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Cuando los dos gemelos llegaron a su hogar, se encontraron con una pequeña sorpresa: la mitad de la población de Inkwell Island estaba formado fuera de la puerta, buscando encontrarse con las dos tazas. Así que una vez alguien en la muchedumbre divisó a los dos hermanos, toda la multitud se agolpó alrededor de Cuphead y Mugman.

— ¿Alguno de ustedes también vio una extraña luz cegadora en el cielo? —Blind Specter, el fantasma azulado, fue el primero en alzar la voz.

— Vamos, fantasma ridículo, todos en la isla vieron esa inmensa luz, que pregunta más estúpida —Beppi se ganó una mirada atroz de parte del fantasma, pero el payaso bicolor ni se inmutó.

— ¡Estaba dando unas vueltas en el aire cuando eso me encandiló, casi me precipito desde el cielo! —Wally, una gigantesca ave, dio vueltas alrededor, empujando a muchos seres y causando un pequeño escándalo.

— Eso hubiera sido muy divertido de ver —Cagney, la flor parlante, se cruzó de brazos y rodó los ojos.

— ¡OYE!

El pájaro plantó rostro a la flor, quién saco sus raíces de la tierra para enfrentarse a Wally.

— Chicos, chicos, ¡chicos! Entiendo que se hayan preocupado, también nos asustamos apenas vimos ese destello... —Mugman se colocó en medio de los dos, tratando de evitar la pelea entre ambos.

— ¿Nos asustamos, los dos? Eso me parece multitud, yo no recuerdo... —la taza roja silbó despreocupadamente, hasta que sintió la mirada asesina de su hermano.

— ASUSTADOS, DIJE. Pero no creo que sea nada de que preocuparnos. Tal vez solo fue un... ¡fenómeno luminoso!

— Mug, en esta isla todos somos fenómenos...

— ¡No, me refería a...! YA, solo olvídenlo. Cada uno vuelva a su hogar, y les aseguro que todo estará bien.

De mala gana e insatisfechos con la respuesta, cada uno de los fantásticos habitantes de Inkwell Island volvieron por sus pasos rumbo a sus islas.

La puerta de la pequeña casa se abrió súbitamente, dejando ver a una anciana tetera.

— ¡Mugman! ¡Cuphead! ¿Cómo están muchachos? Todos esos seres causaron un gran desastre, casi tumbaban la puerta.

 Si... lamentamos eso, Anciano Kettle —el hermano de azul agachó la vista y pateó una piedra.

— Mientras ustedes estén bien, yo lo estaré. No se preocupen. Ahora entremos, se nos hace tarde para la cena.

— De acuerdo —respondieron las dos tazas al unísono.

Apenas la tetera abrió la puerta, Cuphead corrió desesperado a encerrarse a su habitación, que compartía con su hermano, ante la mirada perpleja de su familia.

—  ¿Tu hermano Cup esta bien?

La taza azul pensó un poco buscando una respuesta, hasta que una idea no muy amigable se le cruzo en la cabeza.

— Tal vez ahora esta bien, pero apenas suba y encuentre que haya desobedecido cierta instrucción que le di...

Al llegar al pequeño cuarto, Cuphead sacó el pequeño tesoro que venía escondiendo ya un buen tiempo. Él era consciente de que su hermano le prohibió recoger ese cristal, pero siendo la razón del extraño evento ocurrido en el cielo, no podía simplemente dejarlo tirado por ahí.

Su hermano y abuelo entraron en la sala mientras Cuphead metía el cristal bajo su cama.

— ¡Y después de todo te atreviste a traer esa cosa!

CROSSOVER: Mundos de juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora