CAPITULO 1: ELISA -1997-

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En el verano de 1997 los periódicos llevaban en primera plana el escándalo ocurrido en un hospital de una ciudad, un reconocido medico se había lanzado en caída libre desde uno de los pabellones, su nombre era William Chesterfield y aquel suicidio había sacudido a todos los habitantes.



15:35 PM

Era una tarde calurosa y el día estaba ajetreado en los pasillos de la sala de urgencias, se había esparcido una epidemia de varicela, varios niños y adultos se encontraban esperando su turno. Elisa tan solo tenía 9 años, pero amaba acompañar a su madre al trabajo, su sueño era llegar a ser tan buena doctora como ella y ayudar a todas las personas que lo necesitaran.

Aquel día su madre le había negado acompañarla al trabajo e intento explicarle cuan ocupada estaría atendiendo a los niños.

Elisa quedo decepcionada, pero en el día iría el neurocirujano más famoso del país y la pequeña niña era fanática de sus documentales y ansiaba conocerlo, debía ir a como dé lugar y así lo hizo.

Esperó que su madre partiera de la casa y al oír trabajar el motor del automóvil fue al depósito en busca de su vieja bicicleta. Elisa conocía como la palma de su mano el camino al hospital y para su suerte este no quedaba a más que 8 cuadras de su barrio.

Iba pedaleando con todas sus fuerzas, pero aquellas colinas hacían que sus frágiles piernas se cansaran. Bajó de su bicicleta y pudo notar que en la carretera por donde transitaba no había movimiento, observo por los alrededores y sintió un escalofrió al escuchar un susurro proveniente de un montón de pinos. Retomo el pedaleo y aquella escena la hizo olvidarse de las colinas y el dolor en sus piernas.

Intento olvidar lo que había pasado unas manzanas abajo, pero al recordarlo nuevamente los escuchaba y sentía como si alguien la llamase, aunque Elisa presto atención y supo en ese instante que no era solo una sensación, sino más bien que aquello estaba ocurriendo en la realidad y no solo en su mente. Pedaleo con fuerzas intentando acallar los silbidos y susurros, pero no lo conseguía. Estaba atemorizada y por más que seguía el hospital nunca aparecía.

Estaban detrás de ella, podía escuchar las voces en su mayor intensidad. No tuvo el valor de mirar atrás, cerró los ojos y coloco toda concentración en sus piernas para que estas aceleraran, siguió así por un gran tramo hasta chocar.

Aclaro su visión y pudo ver un rostro, pero no le prestó atención debido a un grito que corto el ambiente, Elisa se levantó y pudo observar a una gran multitud formarse, abrió paso entre ella y vio un cuerpo deforme con los huesos salientes en el piso, trago saliva y sintió unos brazos tomándola por detrás, se asustó y comenzó a temblar, pero era su madre que la había apartado de allí, la coloco sobre su pecho alejando la vista del cadáver de William Chesterfield.

A sus espaldas oía como llegaban los policías y los gritos de horror.

—Mama, ¿Qué ha pasado? ¿Qué hace el doctor en el suelo?, h-hay sangre por todos lados

—Lisa, no mires.

—Pero porque está allí... así, ¿hubo un accidente? Esta... ¿está muerto?

—No... cariño, no ha sido un accidente, se ha lanzado desde el edificio, nadie sabe por qué lo ha hecho ven, vamos a casa

—¿Qué? ¿Pero cómo se cayó?

—Lisa, ha sido un suicidio. Es el Doctor William, se desconoce la razón, simplemente se encontraba dentro de una cirugía y altero a todos al soltar el bisturí y salir como si nada de la sala. Lo siguieron, pero cuando fueron tras él, ya estaba parado al borde del balcón. – ¡Lisa! muévete

Los policías hicieron a un lado a la multitud, Elisa sintió un arañazo en el antebrazo y vio como a su lado había cruzado velozmente la camilla con el cuerpo inerte del neurocirujano que más idolatraba. El cadáver Sonrió y no tenía idea del como había ocurrido eso, estaba muerto, no creyó lo que vio cuando al fijarse como la camilla ingresaba al hospital, pudo claramente ver el movimiento de las manos de William Chesterfield, despidiéndose de ella. Quedo petrificada y el arañazo ardía. Oyó una risa y era la misma voz que la había seguido pronunciando su nombre mientras la camilla desaparecía por la entrada de urgencias.

EN BUSCA DE LAS VOCESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora