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Miraba por la ventana sin decir ni una sola palabra, se lo veía enojado y algo decepcionado. Siempre intentó hacer lo mejor para los demás, pero de alguna u otra manera lo despreciaban. Estaba al borde de dejar que todos hicieran lo que querían y no aconsejarles lo mejor.

- Changbin ¿Te enojaste?- Preguntó pero no recibió respuesta. - Te estoy hablando.- Lo estaba ignorando.

Seo no le dirigió la palabra, se encontraba realmente enfadado. Odiaba la forma en la que Kim lo despreciaba, como ni siquiera le decía gracias cuando lo sacaba de situaciones incómodas o peligrosas, estaba harto.

Faltaba poco para llegar, estuvieron muchas horas dentro del transporte. Ya habían comido y dormido en el transcurso a la casa.

Minho no había hablado en todo el viaje, se quedó en sus pensamientos por largo rato. No sabía el porqué de la actitud de Changbin, se le hizo realmente raro. Siempre lo vió como una persona divertida y escandalosa, de esos que no tenían preocupaciones y nunca se enganchaban con temas románticos.

- Hemos llegado.- Dijo el chofer lo suficientemente alto para que los adolescentes escuchen.

- Gracias por el viaje, señor. - Agradeció el castaño con una sonrisa.

Bajaron del transporte con sus bolsos, algunos tenían más de uno. Cayeron en cuenta de que la casa en la que se quedarían era enorme, de dos pisos con patio tracero y delantero. A la vista era muy lujosa, al parecer la madre de Han tenía muy buenos gustos y sabía como complacer a los revoltosos adolescentes.

Jisung era quien tenía la llave, así que fué el que abrió la puerta. Al entrar quedaron maravillados, era todo tan bonito y a la vez minimalista. Las decoraciones eran muy modernas, no había jarrones por obvias razones.

- ¿Cuántas habitaciones hay? - Preguntó Yang.

- Mi madre dice que cuatro, una con dos camas y las demás con una.- Comentó felíz, podría dormir con su novio.

- Supongo que ya sabemos como acomodarnos. - Dijo Chan mientras abrazaba por la espalda a Lee menor.

Seungmin bajó la mirada, tendría que dormir junto a su ex y la idea no le agradaba mucho. Miró al bajito en busca de ayuda, pero éste no recibió la señal.

Todos fueron a las habitaciones, menos cuatro personas, el pequeño Jeongin también se había quedado sin acompañante. Minho tomó la situación como una oportunidad, miró al pequeño para que distraiga al musculoso.

- Changbin ¿Quieres compartir la habitación con dos camas?

- No hay problema.- Respondió mirando a Seungmin de una manera no tan amistosa. Luego de eso subió las escaleras.

Minnie no sabía que hacer, estaba entrando en pánico. El chico del lunar en la nariz, lo tomó de la mano para subir las escaleras hasta la habitación. Del otro lado, Seo los miraba negando con su cabeza.

Al entrar, Lee se tiró en la cama para descansar. A la noche tendrían una pequeña fiesta con mucho alcohol y diversión, aprovecharía que los demás fueran a comprar las bebidas.

- ¿Te quedarás ahí?- Preguntó con incomodidad.

- Si ¿Quieres acostarte conmigo?- Movió sus cejas y una expresión de picardía.

- Nunca cambias. - Volteó y de dedicó acomodar la ropa en el pequeño closet que tenía la habitación.

Decidio que este era el momento de brillar, estaban solos en una habitación sin que nadie los interrumpa. Se levantó de la cama y se dirigió al menor mientras estaba distraído. Sus manos se colocaron en su cintura, y su cabeza quedó en el hombro del chico.

- Aún así me amas.- Kim se tensó al escuchar eso, su corazón latía con fuerza. Obviamente lo seguía amando, pero se sentía tan roto por lo de aquella vez. - Si no es así, mírame a los ojos y dime.

- Min.- Se giró para verlo, tenía esa expresión irresistible. - Yo...

No tuvo que esperar una respuesta, se lanzó a los labios de quien tanto anhelaba. A pesar de ser más bajo, él siempre manejaba el beso, decidió ser necesitado. Presionaba con fuerza la cintura del pequeño, quien trataba de seguirle la corriente. Ese beso lo deseaban desde que se sentaron juntos por un momento en el micro, se sentía la tensión entre ellos. Sus corazones estaban acelerados, sentían mariposas como la primera vez.

- Vuelve conmigo, Minnie.- Dijo cuando por fin se separaron. Sus frentes estaban juntas y sus ojos cerrados.

- No puedo, de verdad me dolió lo que hiciste.

- Prometo cambiar, no volver a dudar de lo que siento.- Lo abrazó y se refugió en el cuello del menor. - De verdad me haces falta, te extraño.

- No puedo volver así porque si contigo, lo sabes. - Suspiró.- Te daré tres semanas.

- Será fácil.- O eso pensó.

Changbin había ido a comprar el alcohol con sus amigos, pero desde lo sucedido en el micro estaba realmente callado y serio

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Changbin había ido a comprar el alcohol con sus amigos, pero desde lo sucedido en el micro estaba realmente callado y serio. Él quería que Kim no cometiera un error al estar con Minho, no quería que le volviera a romper el corazón por sus confusiones amorosas con Han. Los había visto llorar a los dos por el mismo chico, Jisung principalmente por el rechazo y Seungmin por enterarse de que había intentado besar al castaño de mejillas prominentes. No era porque le cayera mal Lee, quizás un poco luego de todo.

- ¿Qué te pasa?- Interrumpió sus pensamientos Chan. - Desde hace rato estás así y es muy raro.

- No es nada, solo pensaba un poco. - Respondió agarrando una botella de vodka, una de las más potentes. - Hoy esto servirá para distraerme un rato.

- Eso es muy fuerte, dudo que dures más que una gota. - Rió al verlo tan decidido. - Pero si quieres probar cosas nuevas no te voy a decir que no.

En total eran veinte latas de cerveza, cinco botellas de jugo y el vodka que Seo sostenía en su mano. Decidieron llevar algunos aperitivos y un bidón de agua mineral para los siguientes días.

Esperaban en la fila para pagar las cosas, a Bang le llegó un mensaje de su novio. Era una imagen de aquellos muchachos juntando sus bocas de forma no tan cariñosa, junto a eso había un texto que decía "Al parecer volvieron, espero que no la caguen de nuevo". El australiano le mostró eso al pequeño musculoso, quien apretó sus puños con fuerza.

"Es un idiota". Se dijo a si mismo, la foto realmente le hizo algo de daño.

Desde que intentó que el menor se sintiera mejor consigo mismo, empezó a sentir algunas cosas pero no necesariamente amor, quizás algo de cariño. Nunca se habían llevado bien entre ellos, eran polos opuestos que discutían por cosas tontas todo el rato, pero de alguna manera lograba que algo creciera dentro del pelinegro.

- ¿Bin? - Intentó sacarlo de sus pensamientos nuevamente, pero falló. - No me hagas hacerlo de nuevo. - Tendría que gritar. - ¡Tierra llamando a Bin! - La gente a su alrededor miraba la divertida situación que sufría Chan.

- Oh, lo siento. Paguemos ésto y vámonos.

Luego de pagar todo, los chicos fueron caminando con las bolsas hasta la casa. Los más pequeños ya habían preparado algunos bocadillos, y los demás habían preparado los parlantes para la música. Sería una divertida fiesta entre amigos.

GRADUATES || SEUNGBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora