el departamento

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Al llegar parquee el auto y nos adentramos al departamento

―Siéntete como en casa- dije con un tono bastante deprimido.―Gracias- dijo de la misma manera.

**

Brendon

Al entrar a su departamento pude observar que era un lugar bastante elegante a comparación de mi casa o la pastelería de Dallon, sus paredes eran blancas, su sala tenía muebles negros con una mesa en el centro y unas flores ya marchitas.

Pude notar que mi celular no tenía batería.

―¿Me podrías prestar tu cargador por favor? me quedé sin batería-dije.―Claro, ten- me entrego su cargador.―Gracias

Conecte el cargador en un interruptor que se encontraba a un lado en la pared.

―será mejor que te des una ducha- dijo Ryan mirándome.―claro, ¿primero no vas tú?-pregunte, pues no iba a abusar de su amabilidad.―No, tengo que llamar a los padres de Dallon- dijo seriamente.

Asentí con la cabeza, me guio al cuarto de aseo, me presto ropa y le agradecí.

Ryan

Me dirigí a mi cuarto, tomé mi celular y con muchos nervios comencé a marcar el número de George, el padre de Dallon ¿Qué se supone que le tengo que decir? "Hola Señor Weekes, Dallon está muerto", ¡No!, no tengo ni idea de cómo contarles esta horrible noticia.

―¿Halo?

Rayos, no esperaba que conteste tan rápido, me maldije a mí mismo, pues era obvio que primero tenía que repasar lo que iba a decir.

―Buenas noches señor Weekes, soy Ryan Seaman.―Ryan, que grato volver a escuchare, ¿Cómo estas niño? ¿Cómo esta Dallon?-pregunto George muy animado.

"Muerto, está muerto" pensé, lagrimas comenzaron a salir de mis ojos, decidí evadir aquella pregunta.

―Señor Weekes, hay algo muy importante que tengo que contarle- trague fuerte.―Claro, ¿Paso algo malo?.― Si........eh.―Que pasa niño me estas preocupando.―Dallon tuvo un imprevisto y......―¿Qué? ¿a qué te refieres?.―Dallon murió- dije sin más rodeos, tal vez fui un poco agresivo al decirlo de tal manera, un silencio inundo la conversación.―¿Señor Weekes?- pregunte llorando, estaba muy nervioso y dolido.

―Ryan en este momento iremos a los Ángeles, Gracias por comunicarnos,- dijo, se escuchaba muy dolido.―Yo lo puedo ir a recoger en el aeropuerto señor, podrían quedarse en mi departamento usted y la señora Weekes.―Gracias muchacho nos vemos dentro de unas horas- dijo sollozando.

El señor Weekes colgó el celular, me quería morir, me sentía muy mal, como le pudo pasar esto a Dallon, me acosté en la cama haciéndome bolita, tome mi celular y entre a mi galería, encontré muchísimas fotos mías junto a Dallon, no pude controlar el llanto.

Pasaron algunos minutos y escuche a Brendon encaminarse a mi cuarto, noto rápidamente que estaba llorando, pues no cerré la puerta.

**

Brendon

Escuche a Ryan llorando, salí del baño e intente seguir de donde venía el sonido, después de perderme unas cuantas veces pude encontrar el cuarto de Ryan, él estaba recostado en su cama llorando.

Su cuarto era grande, tenía una cama matrimonial, un escritorio, una tele, dos veladores y un armario algo grande, por instinto me acerque a él y lo abrace por la espalda.

―El no merecía esto Brend- dijo llorando fuertemente.―Lo sé- lagrimas comenzaron a salir.―Llame a al padre de Dallon- dijo incorporándose lentamente para sentarse, provocando que el abrazo terminara.―¿Les diste la noticia?.―Si- dijo limpiándose la nariz- vendrán mañana por la tarde noche, se quedarán en mi departamento.―Si quieres puedes venir conmigo- le ofrecí pasar en mi casa.―Gracias, ¿Me ayudarías a limpiar?.―Claro- dije, aun que ¿limpiar? Que quería limpiar si solamente le faltaba brillar al departamento.

Nos pusimos a limpiar, me fije en el reloj que colgaba de la puerta y ya era la 1 de la mañana.

―Wow ya es la 1-dije un poco cansado.―¿La 1?- pregunto.―Si, mira- señale el reloj de la pared.―Oh, No, ese reloj está atrasado 3 horas- dijo dirigiéndose al reloj lo tomo en sus manos y llevo una de sus manos a su bolsillo del cual saco su celular y miro la hora para ajustarlo.

―Son las 3 am- dijo volviendo a colgar el reloj.―Con razón me sentía algo cansado- dije frotándome un ojo.―Si, vamos a descansar un poco.- dijo encaminándose a su cuarto.

Seguí a Ryan, por unos momentos me negué, pero me dijo que era de mala educación que el invitado durmiera en la sala además no había problema ya que su cama era grande.

Nos acomodamos  y por fin nos entregamos a los brazos de Morfeo quedando completamente dormidos.


No me dejes soloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora