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Hoy era uno de esos tantos días en los que faltaba a la escuela, se podría decir que no era una chica de mala conducta pero vamos, tampoco de una ejemplar. En estos momentos me encontraba comiendo unas Papas fritas mientras escuchaba i wanna be yours de Artic monkeys sin duda una de mis canciones favoritas tumbada con las piernas en la pared y mí cabeza colgando de mí cama, eso hasta que siento que abren la puerta de mí habitación dejando ver a mí madre con una sonrisa en el rostro
- Es inui vino a verte- susurro ella sin moverse de su lugar
- Dile que no estoy- le respondí de lo más calmada, mientras volvía a tumbarme a mí posición original
- Tarde- escuché a cierto rubio decir mientras entraba tranquilamente a mí habitación y me robaba una papa que estaba por meter a mí boca
- bien, entonces los dejo solos chicos- mamá nos sonrió y salió por el mismo lugar que había entrado
- por qué faltaste?- preguntó mí amigo mientras se acostaba en mí cama en la misma posición que yo
- no hay razón alguna, solo no tenía ganas- respondí con indiferencia, este dejo de mirar el techo y me observo
- no deberías de hacerlo mas- me senté para observarlo mejor y este imito mí acción acercandose a mí- me aburro si tu no estás
- acaso soy tu payasito?- levanté una de mis finas cejas y le sonreí, el solo me abrazo y apoyo su mentón en mí cabeza
- no arruines el momento, por qué así como te estoy abrazando no dudare en tirarte de la cama sin pizca alguna de misericordia- respondió, como si lo que acababa de decir fuera de lo más común, y si efectivamente lo conocía lo suficientemente bien para saber que era 100% seguro que decía la verdad
- está bien, lo siento, soy una idiota- correspondí a su abrazo y nos quedamos un rato así.
Inui y yo, nos conocíamos desde la primaria, yo era 2 años mayor que el pero nuestras madres eran amigas así que nos veíamos a menudo , nos hicimos amigos y en la escuela nos veíamos cada vez que podíamos. El siempre fue sobreprotector conmigo, aún más en la secundaria, no me molestaba en lo absoluto ya que como siempre fue así, estaba acostumbrada. Cada vez que faltaba el se tomaba la molestia de hablar con mis profesores y conseguir las cosas que hacían en el día, en la escuela ni bien tocaba el timbre de descanso el era el primero que veía al salir de mí curso, si me enfermaba el me visitaba sin dudarlo, hasta recuerdo una vez que me enferme y el en medio de una tormenta fue a verme, para cuando llego a mí casa ya estaba todo empapado , obviamente al día siguiente el era el resfriado así que era mí turno de cuidar bien del pobre chico, a la salida de la escuela el solía decirme que lo esperara para ir a sus reuniones con su banda, no me negaba, pero no me gustaba que formará parte de una banda como esa, yo sabía que el era mejor que eso, pero quien soy yo para decirle que hacer o no.