VII

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-Lo siento...- pronunció el omega alejándose de Niki rápidamente.

-Sunoo, es--

-L-lo siento- volvió a pronunciar mientras las lágrimas se formaban en sus zorrunos ojos.

Salió de la cama agarrando una chamarra y zapatos y salió corriendo de ese cuarto y seguidamente de esa cabaña pese a los intentos de Niki para detenerlo.

Aunque el alfa quiso ir tras él, Sunoo era más rápido, corrió perdiéndose entre la nieve que caía esa noche.

-Mierda...-Niki sabía que era peligroso que su dulce omega esté en ese clima tan frío con tan solo una pijama y una chamarra, tenía que encontrarlo y controlar su impulso de felicidad al ser besado por Sunoo estando consciente.

Pero Sunoo corrió sin rumbo, sin siquiera ver a su enfrente, corrió hasta donde sus piernas le dieron hasta que tropezó cayendo sobre la espesa y suave nieve debajo suyo, ni se molestó en levantarse, tan solo se dio la vuelta y miró el cielo sin saber qué hacer.

-¿Por qué tenía que ser yo?- la luna estaba justo en su encima y empezó a hablarle -De todos los omegas... ¿me tenían que gustar a mi los hombres? Sabes que yo no puedo, mi familia... los voy a decepcionar....

Se sentó y abrazó sus piernas buscando algo de calor, no quería volver, no quería ver el rostro de Niki que seguro estaría asqueado por lo que acababa de suceder, no quería perderlo, Niki era la única persona que podía considerar familia, él era su hogar.

Ya sé quién soy... y eso es lo peor.

Empezó a llorar odiándose a sí mismo, por más que no quería que le gusten los hombres, no podía evitarlo, habían miles de personas que eran como él, pero eso no detenía el hecho de que no todos estaban en su situación.

Y a unos 10 minutos de caminata, estaba Niki con una linterna y una manta para cuando encuentre a Sunoo, algo le decía que no estaba en la cabaña de otros compañeros.

Buscó por más de media hora hasta por fin ver una cabellera rubia sentada y apoyada en un tronco.

-¡Sunoo!- lo llamó, pero este no respondió, entonces Niki pensó lo peor y corrió hacia él.

Resultó estar dormido, pero su rostro estaba completamente frío al igual que sus manos, su nariz estaba roja por la temperatura y habían lágrimas congeladas que estaban en sus mejillas.

-Sunoo...-lo envolvió en esa manta y lo cargó cual doncella, tenía que volver rápido, el frío era inmenso y empezaba a afectarle un poco.

Ni él supo de dónde sacó fuerza para continuar caminando hasta la cabaña, pero su cabello estaba lleno de nieve, sus pestañas igual, aunque no le importaba su condición personal actual, le importaba Sunoo.

Lo llevó a la habitación donde prendió la calefacción y abrazó a Sunoo hasta darle el calor necesario para que tenga el propio, sentía las inquietas feromonas que Sunoo desprendía aún estando en ese estado, así que para relajarlo desprendio un poco de su aroma lográndolo exitosamente.

Niki estaba sentado y apoyado en la cabecera de la cama mientras dejaba a Sunoo descansar en sus brazos hasta que sintió cómo su lindo omega alzaba la cabeza.

-¿Eh?- pronunció sin saber en dónde estaba, se supone que salió corriendo de esa cabaña, pero se sorprendió por despertar rodeado por los brazos de Niki.

-Ya estás bien, me preocupast--

-Suéltame- se puso ansioso intentando separarse de los brazos de Niki, lo cual fue inútil.

-No, no te voy a soltar, quiero saber qué pasó.

-Suéltame- volvió a pedir, esta vez más desesperado.

-Ya dije que no lo voy a hacer- al contrario de los pedidos de Sunoo, Niki reforzó el agarre rodeando su cintura con ambos brazos.

-Suéltame....- su voz salió débil y fragmentada, parecía estar llorando, ahí Niki pensó que talvez lo estaba sosteniendo demasiado fuerte y soltó su agarre, pero Sunoo hábilmente escapó seguido de eso.

Aunque Sunoo siquiera pudo tocar la puerta del dormitorio, Niki lo agarró de la muñeca y lo devolvió a la cama, sostuvo de igual manera su otra muñeca con su otra mano.

Ahora Sunoo estaba acostado en esa cama, con Niki entre sus piernas y sosteniendo sus muñecas a sus costados impidiéndole escapar.

-¡Sunoo!- Niki trató de calmar los inútiles intentos de Sunoo por liberarse -¿Qué pasa? ¿Qué te da tanto miedo?

El omega solo sollozaba, no estaba dispuesto a responder, pero los ojos de Niki le imploraban hacerlo, así que ya no pudo más.

-¡Esto! ¡Esto es lo que me da miedo!- sollozó sin tratar de zafarse otra vez -¡Me da miedo el hecho de que empezaste a gustarme! ¡Y me da miedo ser gay!- ni siquiera podía verlo a los ojos -no sé cómo pasó... no sé desde cuándo... y eso me da miedo... me daba miedo perderte porque tú me tratas tan bien que quiero que me abraces para siempre...

El alfa no sabía qué decir, tan solo lo escuchaba.

-Me da miedo cuando me siento raro cuando te acercas o cuando me abrazas y nunca me sentí así... por eso es que--

-¿Por eso me besaste?- su voz no salió como él hubiera querido, ya que salió rasposa y gruesa haciéndole a Sunoo sentir pequeño, pero en sus ojos estaba reflejado el cariño.

-Yo... no lo sé, nunca besé a nadie, simplemente lo hice, y-y no me odies por haberme sentido bien cuando te besé... o tener asco de mi, estás en todo tu derecho de odiarme... pero quisiera que no lo hagas.

Los labios de Niki se juntaron en una pequeña sonrisa.

-¿Odiarte? No, nunca podría odiarte, me dijiste que te daba miedo ser gay ¿no es así?

Sunoo desvió su mirada mientras mordía el interior de su labio.

-Entonces si te da miedo ¿me dejas ayudarte a superarlo?

-¿Qué?-volvió su vista a él.

-Quiero ayudarte a que ya no tengas miedo- se acercó a su rostro.

-Niki, no lo entiendes, ya te lo dije, me gustas, no puedes simplemente hacer esto y--

-Me haré responsable de las consecuencias- atacó sus labios soltando sus muñecas para que pueda moverse como quiera, si no quería esto, no lo obligaría.

Las lágrimas de Sunoo pararon, besar se sentía de maravilla, pero era aún más maravilloso besar a Niki, los labios del alfa se sentían tan bien, se movían lentamente mientras calmaba todas sus inseguridades.

-M-me gusta- Sunoo estaba mareado por tantas sensaciones, un simple beso logró descolocar todos sus pensamientos.

Era un beso simple, así que Niki se preguntaba por qué Sunoo estaba de esa manera.

-Sunoo ¿besaste a alguien más alguna vez?

-No... sé que lo hago mal, pero--

-No, me encanta ser el primero- y volvió a besarlo, suave y delicado, el estallido en ambos corazones era síncrono, las lágrimas ya no caían por los ojos de Sunoo, siquiera estaba asustado, en realidad no sabía lo que estaba sintiendo.

Las manos de Sunoo se guiaron lentamente a la nuca contraria y con timidez se sostuvo de ahí.





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Cami~

Sinner - SunKi♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora