Paper Boy

Extra I

FAMILIA

El par de esposos miraba atentamente como los niños jugaban, el más grande de ellos tenía al rededor de cinco años y el más pequeño estaba por cumplir los dos. El bebé reía cantarinamente a las tontas muecas que su hermano mayor hacía agitando sus pequeños bracitos con alegría, el corazón de Severus se derritió ante la imagen mientras se apoyaba contra el pecho de Sirius quien tenía una boba sonrisa en su rostro observando al par de niños. Remus a su lado, acariciaba su mano distraídamente mientras conversaba con la encargada del orfanato.

Los cinco llevaban al rededor de siete meses con el proceso de adopción de ambos pequeños, ya habían hablado y jugado con ellos en incontables ocasiones e incluso los habían llevado a su hogar un par de fines de semana con el permiso de la directora del orfanato, los cinco esposos se encontraban maravillados con el par de hermanitos.

Harry era el mayor de ambos, un pequeño torbellino de cabello desordenado (casi tanto como el de James) y unos encantadores ojos verdes bastante claros, tanto que podrían fácilmente confundirse con el color gris de Sirius. El niño era bastante pequeño para su edad y tenía una gran cicatriz en parte de su frente y ceja causada, según lo contado por uno de los cuidadores, por el violento padre Squib de los niños al cual no le había temblado la mano para reventar una botella de cerveza en la cabeza del pequeño Harry. Cuando se habían enterado de aquel suceso todos sus esposos y el mismo habían querido ir a dar captura al bastardo, que para su mala suerte ya se encontraba en Azkaban. 

Sin embargo, y para bastante sorpresa de todos, Harry no presentaba la personalidad de un niño violentado. Era un pequeño bastante feliz y audaz que adoraba a su hermano pequeño con su vida, estando dispuesto a protegerlo de cualquiera que quisiera hacerle daño. Al gran matrimonio le tomo tres sesiones el convencer a Harry de que ellos no querían dañar a ninguno de los dos sino entregarles el amor y la vida que se merecían, finalmente la personalidad divertida del pequeño castaño había florecido una vez entro en confianza con todos.

Tom por otra parte era el bebé más adorable que los merodeadores habían visto en su vida, el infante tenía el mismo cabello desastroso de su hermano mayor con la clara diferencia de que su tonalidad era de un azabache bastante similar al de Severus, sus ojitos también eran de una tonalidad verde aunque mucho más oscura que la de Harry confundiéndose algunas veces con un tono azul profundo. Bastante ajeno a la realidad de su antiguo hogar, Tom era un bebé risueño, hasta el más mínimo movimiento lo hacía reír tan escandalosamente que causaba una inmediata reacción de felicidad nata en quien la escuchara. Además de ser el bebé más parlanchín del mundo mágico, poco se le entendía ya que no conocía muchas palabras, pero las que no sabía las inventaba y a pesar de que el menor de los hermanos podía caminar perfectamente adoraba ser cargado, sobre todo por Peter que siempre contrabandeaba dulces para ambos infantes.

La química que habían tenido con los niños era inigualable, de tal modo que basto con ver solo una vez a los niños para que los cinco concordaran de que ambos debían ser sus hijos. Los tramites de adopción empezaron de inmediato y aunque al principio hubo un problema con el hecho de ser cinco en un matrimonio pronto paso a ser segundo plano cuando Sirius, Peter y James prometieron grandes sumas de dinero al orfanato como donaciones constantes, Severus y Remus se rieron del trio por días acusándolos de resolver todo con las fortunas de sus familias sangre puras. Ahora a portas de llevar a sus dos niños a casa de forma permanente, Severus agradecía a la fortuna de sus esposo o el proceso hubiera sido muchísimo más tardío.

— Solo queda registrar a los niños bajo el apellido de dos de los futuros padres. 

La directora del orfanato les regalo una sonrisa apenada al trio de hombres mientras les tendían los papeles de adopción, Severus fue quien se encargó de tomarlos y con la pluma que se encontraba en el escritorio de la mujer escribió los apellidos "Potter-Lupin" en la continuación a los nombres de ambos niños.

 Los cinco habían tenido una gran discusión cuando fueron informados de ese detalle, primero alegando contra el orfanato y el ministerio, para después discutir entre ellos viendo que apellidos llevarían sus hijos. Finalmente habían acordado en que tanto Tom como Harry serían Potter-Lupin y cuando se decidieran por adoptar otro niño más este se apellidaría Black-Pettigrew. El apellido Snape había sido descartado por todos, no queriendo que sus hijos llevarán el apellido del bastardo que tanto daño le había hecho a Severus.

El pocionista le devolvió los papeles a la anciana mujer antes de volver a mirar por la ventana que los separaba del corredor donde Harry y Tom aún jugaban bajo la atenta mirada de una cuidadora.

— Felicidades, son padres de dos adorables niños.

Severus no pudo contener las lagrimas de felicidad, fue inmediatamente abrazado por dos de sus amores quienes compartieron un corto beso igual de felices que él. Los cuatro salieron de la oficina y ambos pares de ojos verdes se posaron en ellos, una mueca de preocupación se paso por el rostro de Harry al ver las lagrimas de Severus aunque aquella expresión fue rápidamente remplazada por confusión al ver las sonrisas de todos.

— Nos vamos casa, niños.

Ante las palabras de Remus el pequeño Harry saltó de su asiento emocionado para correr hasta su nuevo padre,  Lupin lo alzó en su brazos al mismo tiempo que Severus cargaba al pequeño Tom que al parecer sentía el aura de felicidad en el aire porque no tardo en reír tan encantadoramente como solía hacerlo.

— ¿Y no hay nada de amor para el viejo Sirius? — el Black se quejó audiblemente.

— No seas llorón, Padfoot.  — se burló el castaño mientras se acercaba a Sirius.

— ¡Papi Paddy!  — Gritó Harry removiéndose en los brazos de Remus con emoción.

— ¡Addy! 

La risa de ambos niños llenó el pasillo en el que se encontraban, Sirius no perdió la oportunidad de burlarse de sus dos esposos mientras tomaba la maleta con las pertenencias de sus hijos. Los cuatro se despidieron de la directora y la cuidadora mientras salían del orfanato, ansiando llegar a casa donde James y Peter los esperaban para celebrar a su pequeña gran familia.