Isabella una jovencita hermosa y valiente, la cual pierde todo y decide cobrar venganza, pero no está preparada para las sorpresas del destino, lo cual complicará aún más su vida, caminando hacia lo desconocido del amor.
Pese a que estuvimos esperando por Henry, el Jamas llegó y a nosotras nos consumía la incertidumbre por no saber de Atana, pues ellos sabían que yo iba a su casa, sería el primer lugar donde me buscarían.
-Henry no llegará! Ya ah pasado un largo tiempo y quizás el aún no lo sepa, tenemos que ir por Atana.( comente)
Sofia rápidamente me contestó que si pues ellas siempre habían estado juntas, más le sugerí tratar de pasar desapercibidas al ir para allá, así que volvimos a salir arriesgando nuestras vidas por salvar a una de nosotras, se que ellas lo harían por mi. Cuando pasamos por el pueblo vimos una gran muchedumbre de personas así que cubrimos nuestra cabeza y tapamos un poco nuestro rostro, nos acercamos ahí pues mucha gente exclamaba y gritaba, cuando por fin pudimos ver lo que estaba pasando, no podíamos creerlo, pues tenían a Atana amarrada de sus manos y atada a una cruz grande de madera, pues la quemarían viva para una ves más tenernos bajo sus pies. Sofia apretó fuertemente mi mano, en ese momento nos miramos y pretendíamos soltarla, Pero Atana sentía lo que estaba pasando así que grito.
-No lo hagan, es mi destino! Libéranos!!
Nosotros sabíamos que ella se refería a nosotros, sabía que se refería a mi al pedir que los liberara. Más el dolor fue insoportable al ver como prendieron la hoguera con ella ahí, ella lo hizo por nosotros, pero una ves más arrebataron algo de mi.
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Salimos pronto de ahí, más pude ver entre toda la gente a Henry pues el estaba impactado con lo que estaba pasando, más no pude acercarme a él para decirle nada, puesto que me estaban buscando a mi también.
-Véte Sofía, vete lejos, es a mi a quien buscan! (Le dije) -Y dejarte sola? Jamás. Volvimos a escabullirnos entre el bosque mientras veíamos lo que íbamos a hacer.
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Al llegar a la casa de el bosque estábamos devastadas, pues no sabíamos que hacer, no contábamos con dinero, ni nada de cómo poder huir. Sofia lloraba desconsolada, así que esta ves me toco cuidarla como ella siempre lo hacía con migo, le preparé un té para que pudiera dormir, mientras ella se recostó, yo le acariciaba el pelo para que durmiera y así fue, ella se quedó rápidamente dormida. Yo la miraba y sentía tanta pena al verla así, caminaba de un lado a otro pensando en que podía hacer, pero no había otra opción más que ir a buscar a Henry, pues necesitaba de su ayuda. Asi que supe que tenía que volver y si era necesario entregarme para que no le hicieran daño a Sofía, lo haría.
