Cuando desperté estaba en una sala blanca, mire mis manos y en mi dedo índice una especie de pinza atada a un cable… un continuo bip, bip, bip.
Intento levantarme pero mis esfuerzos son inútiles, una fuerte punzada en el vientre hace que me lo replantee.
Miro hacia los lados y veo a un Bruno acostado en una butaca, y frente a mí un Marco Gadini con cara de pocos amigos. ¿Qué demonios ha pasado?
— Por fin despiertas.- dice mirándome con desprecio
— ¿Qué ha pasado?- le pregunto confusa.
— Te desmayaste, al parecer discutiste con mi hijo.
— Oh, eso…
— Escucha niña, no sé qué pasó entre vosotros pero tenemos a la prensa encima. Tenemos que pagar una suma demasiado alta por la muerte de la joven Kyriakis y ahora acusarán a mi hijo de maltratador.
— De eso no tengo yo la culpa.
— Claro que si, mírate el rostro, los médicos no quieren decir nada diferente a la verdad, han dicho cosas horribles y no puedo creer que mi hijo te haya hecho eso.
— Usted no conoce a Bruno él…- empiezo a sentir como los ojos se me llenan de lágrimas.- Es una persona terrible, me ha hecho cosas horribles y necesito irme lejos de él.
— ¿Estás loca?, te hemos aceptado en la familia, te hemos dado casa, comida, y trabajo y ahora quieres dejarnos así con el marrón encima.
— Esto solo es culpa de Bruno.- digo alzando la voz, entonces él abre los ojos y me mira preocupado.-
— ¿Cómo estas pequeña? .- me toca la frente y yo giro el rostro.-
— No me toques, nunca Bruno, entiéndelo de una vez.
— Lo siento tanto… Pero lo bueno de todo esto es que el bebé está bien- dice ignorando mi cara de asco.
— Me alegro.- y de verdad lo hago. Me siento mala madre al no haber ido a mi consulta prenatal.-
— Ahora vendrá la doctora a explicarnos todo, papá, déjanos solos por favor.
— No metas la pata Bruno, no me decepciones y mete a tu prometida en cintura.- Marco me mira desdeñoso y sale de la habitación.
Bruno sale detrás de él, y mientras intento encontrar una posición cómoda en esta estúpida cama, entra con una doctora mayor. Es castaña y sus ojos verdes no pueden sino, recordarme a los de Stef…
— Buenos días señorita Gadini, soy la doctora Marta Almeida.
— Jiménez.- la corrijo.
— Disculpe.- dice mirando la ficha y nuevamente a Bruno, después de que él se encoja de hombros con una mirada divertida, ella decide ignorarlo.- Me comentó su…
— Novio.
— Enemigo.
— ¡Lia!.- me reprende Bruno y yo lo ignoro.
— Por favor.- dice la doctora con aire cansado.- me gustaría tener una consulta normal así que, si son tan amables los tratare como pareja, dado que él dice ser el padre de su bebé.
— Y lo soy.
— Si, lo es.- acepto.
— Bueno pues según me ha comentado su novio, usted tuvo un desmayo y cayó por las escaleras.
— Así parece.-
— Tengo 25 años de experiencia señorita, y sus hematomas no son recientes, además de que es claro que el desmayo fue ocasionado por una contusión en el craneo. Pero eso no es asunto mío, veo que usted pretende que esto no pase a mayores, sin embargo he de dejar constancia de lo que sé. Ahora procedamos a su estado.- Bruno la mira entre molesto y sorprendido, pero no se atreve a responderle. Sabe que ella sabe que abusaron de mí. Me tienen que haber revisado completamente.- Está de ocho semanas de gestación, lo que nos deja un límite de cuatro semanas para realizar un aborto.- tras un silencio incomodo le respondo.
— No quiero abortar.
— No queremos.- dice Bruno.
— De acuerdo, entonces haciendo cuentas, usted debería dar a luz la ultima semana de abril, aproximadamente. Deberá empezar un tratamiento, con ácido fólico y vitaminas. También he de comentarle, su placenta esta desprendida.- Mi piel se siente demasiado fría, por favor, apagar el aire acondicionado.- Pero con reposo y unos óvulos de progesterona debería estar bien en unas semanas o tal vez meses, por otro lado, su bebe está bien, no se presentan latidos que puedan preocuparnos. Sin embargo, si usted vuelve a ser ingresada con síntomas como los de esta ocasión, yo personalmente pondré una denuncia en contra de usted.- Le dice a Bruno.- y ni todo el dinero del mundo podrá salvarlo.
— No tiene ningún derecho, es nuestra vida y no es ético que se entrometa.-
— No me hable de ética jovencito, usted ha propasado las leyes, y este país defiende a la mujer contra hombres como usted. De gracias que no hago que lo detengan en esta ocasión.- Luego me mira a mí y totalmente ajena de sentimientos me dice.- Debería pensar bien las cosas, si necesita cualquier cosa comuníquese con este hospital, pregunte por la doctora Almeida y yo acudiré a usted, 25 años dan para tener muchos contactos.
Dicho esto se despide y sale de la habitación, y me doy cuenta de que estaba sosteniendo el aire dentro de mi pecho, y además apretando el estomago. Entonces me suelto y me voy resbalando hasta quedar acostada, Bruno me acomoda la manta y los cojines y después se sienta en la butaca nuevamente, se ve arrepentido. No siento lastima por él.
— Lo siento mucho Julia, te juro que te amo y no sé qué pasó por mi cabeza para actuar así. No hay nada en el mundo que excuse mi actitud pero he de decirte que mi padre esta cabreado, demasiado. Sabe que estuviste con otro tipo pero he preferido no decir quién era. No soy malo Julia, solo quiero lo mejor para todos y aunque me mate por dentro saber que te acostaste con él, me siento en paz. Yo maté a su hermana así que en cierto modo estamos en paz.- No puedo creer que confunda una infidelidad, que no lo fue, con un asesinato.- No me mires así, se que es horrible pero así es la vida, ya nos está sacando bastante dinero entre denuncias y tantas mierdas, pero saldremos de esta y vamos a casarnos, sino, te prometo que ese chico vivirá su peor pesadilla en menos de una semana, si mi padre se entera de lo que hizo, dejaría de intentar devolvérsela. Él lo aprecia muchísimo y siente lo de Diana…
— Dudo que tu padre sienta nada, me ha tratado como si fuese la peor basura y jamás se lo voy a perdonar al igual que a ti.
— Piensa así.- dice poniéndose más cerca de mí.- Si no te casas conmigo y me dejas como un idiota, te quitará a nuestro hijo y hundirá a Stefano.
No puedo permitirlo, mi bebé ha vivido demasiadas malas experiencias desde que es un pequeño gusanito y ahora Stefano no debe pagar por mis errores, y prefiero que esté con Carla, ella sabrá sacarle más sonrisas que las lágrimas que derramó por mi culpa. Diana murió por mi culpa, no pienso acabar con su carrera también.
— Está bien, me casaré contigo.- digo mientras siento como una lágrima rueda por mi mejilla…
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Durará tanto como lo cuides y lo cuidarás tanto como lo quieras.
DiversosÉl no era el hombre perfecto. Aunque lo parecía. Ella no era la chica perfecta, y a su lado, se notaba aún más. Tenía celulitis en las piernas, su cabello no se veía bien a menos que lo alisara. Ella amaba comer, y él hacerlo para ella. Encajaban de...