Harry estaba realmente cansado.
Caminó por el gran bosque verde lleno de pereza y fastidio en sus pasos.
El castigo había terminado hace unas horas y ver a Jay, aunque sea para despedirse, fue imposible con el Hada madrina pisando sus talones.
Escabullirse de su habitación, por la ventana frente al robusto árbol, fue fácil en realidad; pero estaba cansado de no poder andar libremente como lo hacía en la Isla.
Había un toque de queda para los chicos en Auradon, como si fueran jodidos niños en una guardería.
Harry río empujando una larga rama verdosa atravesando su camino.
Se sentía atrapado.
Fastidiado.Y eso le hizo recordar a la pequeña aventura que Mal había tenido solo hace un año. Su escape desesperado de este lugar, Jay buscándola en la Isla, los dos juntos en ese muelle grasoso...
Ahora sí que podía usar la empatía y entender lo que ella sintió, lo grave que era estar en Auradon a ciencia cierta y las potenciales ganas de escapar que corrían por tus venas.
Harry vio a lo lejos una cabaña oscura, con flores sobre su tejado y un césped casi perfecto rodeándola.
Él debía burlarse de aquello.
Lo anotó mentalmente sin dejar de caminar.Hablar sobre lo que estaba sintiendo con alguien era necesario y Mal no era ni siquiera una jodida opción a considerar.
Pero quizás su padre sí.
—Hey, pálido pirata —solo bastaron dos toques en esa limpia puerta para que Hades apareciera rápidamente —¿Cambio de look?
Harry supuso que hablaba de su casaca de cuero.
—Sí, llamémoslo así —sus ojos observaron el flamante cabello azul encendido, él estaba sonriendo —¿Acabas de follar? ¿Qué te sucede?
—Ciertamente, sí —relamió sus labios, apartándose de la puerta para dejarlo pasar —¿Sabías que no estamos muy lejos del castillo?
Adentro, la cabaña tenía un diseño tan monótono y parecido a la de Evie.
—Así que esta es su casa de engaño.
—Muy listo, idiota —Harry volteó a verlo con una ceja levantada —No es su maldita casa de engaño, solo está divirtiéndose un poco.
Sus lascivos ojos delineados decían los contrario.
Harry negó y vio en la pequeña mesa del florero unos conocidos lentes negros.
El rey miope de seguro lo había dejado.
Rio y lo sujetó al avanzar.
—Solo está jodiendo contigo mientras su esposa cree que va a regar las plantas.
Hades lo ignoró, se lanzó en el mueble acolchado de color manteca y abrió sus largas piernas.
Se había vuelto un moralista de los buenos, porque a simple vista parecía que la frase había calado hondo en su azulada cabeza.
Sus ojos vagaron por la mesa central y fueron directo a las gafas en las manos de Harry por unos largos segundos.
—Entonces... —la sonrisa volvió —¿Viniste por un un engaño también?
Harry negó al instante, tomando asiento muy cerca del adulto que estaba cambiando de tema con su actitud perversa.
Dejó los lentes sobre la mesa central.
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Carita hermosa: Una aventura en Auradon
FanfictionDespués de haber sobrepasado algunas odiseas malignas que intervenían en su relación, Harry y Jay se encontraban sonrientes uno al lado del otro, muy dispuestos a disfrutar de una historia juntos, esta vez, en el grandioso y luminoso reino de Aurado...