7.

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Amanda Walter

—Bueno, me voy.

—Aah, si está bien— contesté con desinterés mirando hacia la dirección por donde se había ido Lucas.

—Sin importar lo que diga, irás a buscarlo ¿cierto?— puso su mano en su frente presionando y dijo. —Bien Amanda haz lo que quieras, ¡pero si ese chico te hace daño quiero que sepas que te lo dije!, adiós.

Traté de tomarla del brazo pero por ahora Victoria no es mi prioridad, no puedo dejar que Lucas se vaya después de la idiotez que le dije.

Sé que él y yo no nos conocemos lo suficiente, y las circunstancias de nuestro encuentro fueron extrañas, pero estoy muy agradecida con Lucas, gracias a él pude despedirme de Pat.

A lo lejos vi su silueta y sin dudar comencé a llamarlo.

—¡Lucas! ¡Espera!— grité desesperada pero mis gritos parecían no ser escuchados, como si realmente no lo fueran.

Corrí como pude para alcanzarlo, gracias a Dios mis piernas son lo suficientemente largas.

Toqué su hombro y transpirando me posé frente a él.

—¡Demonios Lucas! Te estoy hablando desd-.

Al verlo a los ojos noté su mirada, perdida, no era capaz de encontrarse con la mía, su cuerpo y manos temblaban y su respiración era entrecortada, lágrimas salían descontroladamente de sus ojos. ¿Qué le estaba pasando?

No dude ni un segundo y lo tomé por los hombros, decidida a que me viera.

—¿Lucas? ¿Me escuchas? Soy yo ¡Amanda!— «carajo no reacciona», pensé. —¡Escucha! Lamento lo que te dije.

Suspiré.

—En realidad...

Lo sujeté aún más fuerte.

—Si bien no nos conocemos lo suficiente eso esta bien, de alguna manera me has echo confiar en ti y ni yo entiendo como, pero el punto es que tal vez ahora no seas nada para mi, pero ¿somos amigos que no?, demonios soy tan mala para esto....yo solo quiero decir, lo siento.

En menos de un segundo él encontró sus mirada con la mía, me miró por unos segundos congelado, al igual que yo, realmente no sabia que decir.

—¿Lucas..?

Al instante me abrazó, me apretó tan fuerte que sentía que no podía respirar, pero parecía que él realmente lo necesitaba.

Sentía su fría respiración en mi nuca, al igual que su cuerpo temblando que poco a poco dejaba de hacerlo, su agarre era fuerte, pero pasando unos segundos la fuerza de este disminuía.

Entonces me alejó.

—¿Qué haces aquí? ¿No que no querías verme?— dijo desviando su mirada tratando de que no chocase con la mía.

Sonreí. —En primera no te comportes como niño y en segunda yo no fui la que dijo eso, fuiste tú.

—Como sea, ¿por qué viniste?.

Puse mis manos en mi cintura y proseguí. —Vengo a consolarte y ¿así me tratas?.

—Déjate de rodeos Amanda, ¿Qué es lo que quieres?.

Joder olvidaba que este chico es mas frio que yo.

—Mira, lamento lo que te dije, fue muy estúpido de mi parte y en verdad no lo dije en serio.

—Las cosas se dicen y piensan por algo, ¿no crees?.

—¿Puedes dejar de razonar y simplemente aceptar mis disculpas?.

THE PHANTOM KILLERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora