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Ryōmen Sukuna*

Si en el pasado le hubiesen dicho que un simple humano lo haría perder la cabeza seguramente y sin dudarlo mataría a esa persona y luego la comería sin más, pero los años pasan y la vida da mil vueltas, ahora la única persona que tenía en su mente era su querido Yuji Itadori.

Sukuna ahora estaba seguro que el estaba dispuesto a ser lo que sea por su querido chico. A la mierda un mundo donde las maldiciones reinen, el solo quería tener a ese precioso ser de luz entre sus brazos y protegerlo de cualquiera que le haga daño. Solo quería que el mundo fuera un buen lugar para que sus futuros hijos que tendría con su mocoso de cabellos rosados estuvieran en un lugar donde nadie los amenazara ni mucho menos ponerlos en peligro.

Habían pasado cerca de dos semanas sin su Yuji, cuando Getou le había explicado el plan para acabar con los hechiceros de una buena vez.

- Tal parece que quieren sellarte Sukuna - Mencionó Getou en una de sus ya frecuentes reuniones - Sabes que eso podría suceder si tienen a Yuji con ellos, por eso se lo llevaron. Lo usarán en nuestra contra.

Sukuna sabía que eso podía ser posible, sobre todo por que no conocían la condición en la que estaban ambos. Pero bien dicen que el amor es ciego, y el confiaba en Yuji

- No soy un debilucho, acaso piensas que caeré tan fácil. Además, nosotros también tenemos una ventaja - Miro a la maldición y este solo río. - Satoru Gojo no se esperara esto.

Su plan era simple, ninguno de los dos separados podría acabar con Gojo pero tal vez uniendo fuerzas podrían causarle daño. Realmente Sukuna no confiaba en Kenjaku y viceversa pero a final de cuentas ambos tenían un mismo objetivo.

- ¿Entonces cuál es el plan?

- Sellar al estúpido albino y recuperar territorio.
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🧡✨🖤
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Cada 31 de octubre la ciudad de Shibuya era una de los mejores lugares para celebrar Halloween, las calles se llenaban de adolescentes disfrazados disfrutando de la vida nocturna que les ofrecía la ciudad, ese era un escenario perfecto para crear caos y pánico en la sociedad.

El plan era simple Getou y los demás se encangarian de los hechiceros una cuestión fácil para las maldiciones quienes ya habían medido en poder de varios de ellos, sabían a lo que se enfrentaban, difícilmente se irían de aquel lugar sin sellar al hechicero más fuerte. Mientras tanto Sukuna destruiría su querida escuela de hechicería y tomaría a Yuji para regresarlo a su lado.

Getou junto con Mahito y los demás extendieron un velo por todo Shibuya y así comenzó su plan. Sukuna tomó unas cuantas armas malditas y en un solo chasquido de dedos ya se encontraba frente a la escuela de hechicería, era de noche por lo que todo alrededor parecía un lugar tranquilo, pudo haber extendido su dominio y así encontrar más rápido a Yuji pero no quería hacerlo ya que lo más probable es que hubiera hechiceros cerca y prefería jugar un rato con esas pobres almas.

Camino rápido por un par de lo que parecían ser templos, pero en realidad la mayoría solo eran fachadas y no eran más que lugares comunes, estaba por abrir una sala más pequeña pero de repente salieron dos hechiceros de bajo rango de un pasillo, al parecer ninguno había notado su presencia hasta que lo tuvieron enfrente, Sukuna tomó a ambos hechiceros con una sola mano y con la lanza que llevaba en su otra mano pudo atravesar las entrañas de esos pobres diablos. Siguió por él camino que iban a tomar los hechiceros, y grande fue su sorpresa al divisar a un hombre salir de una sala más grande que las otras que había visto, llevaba un sweater amarillo pálido y un pantalón negro algo desgastado, pero su mayor sorpresa fue ver qué era una copia casi exacta de Yuji, su cabello era menos brillante y llevaba puestas unas gruesas gafas. Ese hombre seguramente era el padre de su adorado Yuji.

Matrimonio arreglado [SukuIta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora