Capítulo 9

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Narra: Nezuko

Narra: Nezuko

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Estaba caminando de regreso de la Selección Final. No quiero retrasarme más, Urokodaki-sensei, Makomo y Sabito deben estar muy preocupados. Pero ya no puedo más, aunque haya descansado cuando estaba sentada arreglándo el prendedor, mi cuerpo no quiere responder. Ladeé levemente mi cabeza de un lado a otro en un intento por sacar los malos pensamientos.

De todos los demonios a los que le pregunté sobre una cura, ninguno se detuvo a hablar. No puedo creer lo ingenua que he sido. — pensé un rato más sobre mi ingenuidad. En la madrugada, cuando estaba a unos treinta metros de la entrada solté el soporte improvisado y me desplomé, sin embargo mi cuerpo no toco el suelo. Ante mi confusión, abrí mis ojos y me di cuenta que estaba en los brazos de mi hermano — Tanjiro... Estás despierto. ¡Has despertado! ¡Tanjiro, has despertado! — grité al principio con incredulidad, poco a poco mis palabras pasaron a ser de dolor. Abracé con fuerza a mi hermano y me correspondió el abrazo — Waaaaa. No vuelvas a hacer eso. Creí que habías muerto. ¡Waaaaa! — sentí como Urokodaki-san también se sumaba al abrazo.

— ¡Finalmente volviste con vida! — los dos lloramos, él en silencio y yo sin contener mis lamentos, mientras Tanjiro solo nos veía con una cara triste y de preocupación.

— ¡Finalmente volviste con vida! — los dos lloramos, él en silencio y yo sin contener mis lamentos, mientras Tanjiro solo nos veía con una cara triste y de preocupación

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Durante quince días esperamos la espada y el uniforme. Sabito y Makomo me abrazaron en cuanto me vieron, en una cena hablamos sobre lo que ocurrió con el demonio de las manos, tuve que omitir detalles para no arruinar el momento. El resto del tiempo simplemente descansé mientras mis heridas se curaban. Tanjiro si había vuelto a dormir pero afortunadamente solo eran pequeñas siestas.

En el décimo quinto día, el sonido de unas campanas llamaron mi atención. Me asomé por la puerta y vi a una persona que en su sombrero tenía campanas de viento.

— Urokodaki-sensei, ¿Aquella persona es a quién esperamos? — cuando se terminó de acercar el hombre habló.

— Mi nombre es Haganezuka. Soy el que ha forjado la espada que será usada por Kamado Nezuko. — a Nezuko le salió un brillo en los ojos.

Kimetsu no Yaiba (Invertido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora