Capítulo 12

103 10 0
                                    

Narra: Nezuko

Narra: Nezuko

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

.

.

.

.

- ¡Cálmate, Nezuko! ¡No seas imprudente! - pese a mis gritos internos ni siquiera pude detener mi andar apresurado, solamente pude apaciguar la expresión furiosa de mi rostro. Mi ceño estaba levemente fruncido, mis venas se remarcaron en mi mano en el momento de tomar del hombro a ese hombre - ¡Es él! ¡¡Ubuyashiki Kagaya!! - me volteó a mirar. Él tenía una mirada tranquila, no parecía alterado por mi aparición.

- ¿Ocurre algo, jovencita? - preguntó aumentando mi furia, estaba segura de que él sabía que yo venía a matarlo, aún así se mantenía tan tranquilo, como si yo fuera insignificante. Aleje mi mano y la acerqué a mi espada pero una voz me detuvo.

- Cariño. - una mujer se acercó, ella era quién mi hermano señaló para decirme dónde estaba ese sujeto - .... ¿Una cazadora? - murmuró en voz baja.

- ¡¡Ella es uno de los tres demonios!! - tomé el impulso para sacar mi espada pero en esa fracción de segundo unos niños aparecieron.

- Madre. - quedé en shock - ¿Qué es un cazador?

- No es nada querida. - acarició la cabeza de la niña que preguntó.

- Padre. ¿Ocurre algo? - preguntó el niño de pelo negro. Yo no paraba de observar lo que pasaba con horror cubriendo mi boca con mi mano y con unas pequeñas lágrimas de rabia e impotencia a punto de resbalar por mis mejillas - ¿Quién es ella?

- No conozco a esta joven. Aunque parece que ella me conoce a mí. - dirige su atención a mí - ¿Tienes algún asunto conmigo?

- ¡¡Hipócrita!! ¡¡Cínico!! ¡¡Finge que no pasa nada!! ¡No puede ser! ¡¡Esos niños son sus hijos!! ¡¿Cómo es posible que no estén enterados de nada?! ¡¿Y son humanos?! ¡¿Acaso los están secuestrando?! ¡¡Esos pobres niños pueden ser devorados!! - mis lágrimas se desbordaron de mis ojos, una leve sonrisa forzada salió de mí - Sí... Pero... No creo que.. sea un buen momento... ahora. - dije en medio de un intento de controlar mi respiración. Los ojos del niño pelinegro me miraban tratando de decirme algo, después me di cuenta que las niñas también. Imaginé al menos diez maneras distintas de huir con los niños, pero en todas moría - Lo que debo hacer es informar qué está pasando. Debo salir de aquí. No hay manera de salvar a esos niños ahora sin hacer escándalo o sin que me maten. - me dolió tener que dejarlos con esos dos demonios.

- Madre. Se hace tarde.

- Vayamos a casa. - dijeron dos niñas de manera sincronizada.

- ¿Estos niños están... Están protegiéndome..?

Kimetsu no Yaiba (Invertido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora