Capítulo 31

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Narra Ross

-Espera, déjame ver si he entendido el plan de hoy del todo- Lilly ríe.
-A ver- ella apoya su cabeza en sus manos.
-Ahora en un rato has quedado con Rydel en un sitio para hacer de modelo para su boutique- ella asiente. -Y después tienes que ir a comprar cosas para la reunión de mañana- ella vuelve a asentir.
-Y al menos me gustaría que me acompañaras a comprar- me pide ella.
-Ya lo había pensado, pero además- ando hacia ella hasta quedar enfrente de ella mientras sigue sentada en el taburete de la cocina.
-Te quiero acompañar a lo de Rydel- sus ojos se abren notoriamente.
-¿No crees que te vas a aburrir?- me pregunta ella.
-Por favor Lilly, ¿enserio crees que para mi va a ser aburrido algo como ver a mi novia modelar?- ella vuelve a reír, lo que me hace sonreír.
-Que tonto- comenta mientras sigue medio riendo. -Además, así puedes ver a tu hermana y a quien esté allí- le saca también ese punto positivo a que yo también me vaya.
-Claro, si es que todo son ventajas- ella sonríe y se levanta enredando sus brazos en mi cuello.

-Te quiero- es ella la primera en decirlo.
-Y yo a ti- la beso al instante.

El beso se alarga poco a poco y este se intensifica, haciendo que mis manos ahora estén en su espalda baja y nuestras lenguas estén teniendo una pelea deliciosa dentro de nuestras bocas.

Pero antes de que empiece lo bueno de verdad, Lilly separa nuestras bocas, haciendo que la mire con frustración.

-Tenemos que estar en poco más de una hora con tu hermana- me informa.
-Nos da tiempo de sobra- la reclamo.
-Tengo que ducharme y prepararme, y tú también- me recuerda.
-Una de esas dos cosas la podemos hacer juntos y así tardamos menos tiempo- sus ojos se entrecierran.
-Buen intento, pero mejor otro día en el que no tengamos que estar en un sitio sí o sí a una hora específica- ruedo mis ojos.
-Tu ganas- digo y ella deja un pequeño beso en mis labios.
-No me tientes Lilly, porque recuerda que te sigo sujetando- la recuerdo yo esta vez.
-De acuerdo- la suelto.

Y de forma rápida, ella se apoya en mi para darme un beso y se va medio corriendo.

-¡No tardo en ducharme!- me informa medio gritando desde las escaleras.
-¡Okay!- respondo en el mismo tono que ella.

Me siento en el taburete en que ella estaba antes y me pongo a terminar de tomar mi café.

Miro mis redes sociales de forma distraída, publicando una stories en mi Instagram y contestando a unos cuantos Tweets, haciendome sonreir algunos por las cosas que me preguntaban.

Salgo de la cocina y subo las escaleras hasta llegar a la habitación de mi novia, en la cual ella no estaba todavía.

Y al estar solo, hago una cosa que no hacía desde hace mucho tiempo, me paro a fijarme en todos los detalles que hay en la habitación de forma detenida.

Mi sonrisa sale de forma involuntaria al recordar cuando entramos los dos juntos la primera vez en esta casa y lo importante que fue para nuestra relación hacer ese gran paso.

Por mi mente pasa la imagen de que algún día me podría mudar aquí de nuevo con ella.

De que un día llegaríamos a esta misma casa después de que la pidiera matrimonio.

De cómo ella me contaría un tiempo después de ya estar casados que está embarazada.

Y de cómo una mañana uno de nuestros hijos vendría a despertarnos porque quiere abrir los regalos de Navidad que Santa ha dejado debajo del árbol.

Una lágrima cae por mi mejilla derecha, y eso me hace volver a la realidad, donde todo eso simplemente se quedaría en mi imaginación, porque yo ya me había encargado de estropearlo.

Over AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora