❦ 03

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Aquellas miradas eran intensas entre ellos, por una parte el pelinegro estaba confundido sin saber que era lo que estaba diciendo y por otra parte aquel castaño pensaba que era un espía enviado por aquellas personas que simplemente querían verlo muerto. 

Pero que tanta veracidad había tras eso.

—¿De que estas hablando? —preguntó confundido el castaño.

—Yo...no se de que estas hablando —susurró en un tono audible para el castaño— No se quién soy.

—No entiendo que es lo que quieres decir —comentó amargamente— Solo dime la verdad, ¿Conoces al señor Genovese?

Aquel chico parecía pensar en aquellas palabras que había dicho Taehyung, simplemente no entendía nada y era por que su mente estaba en blanco. No sabía que decir y eso era lo que mas le preocupaba, no saber que hacer en ese momento.

—Oppa!! —gritó una voz femenina. Era su hermana, estaba tomando una ducha antes de llegará su padre y se aprovechará de la situación.

Era la pequeña de Tae así que cuidaría de ella mientras pudiera hacerlo.

—Tú...—apuntó al pelinegro que yacía echado en la cama— Quédate quieto y no hagas ningún ruido —dijo, acto siguiente salió de la habitación para ir por su hermana.

Era normal que la ayudará en todo lo que pudiese, es mas quería mandarla a estudiar a un buen colegio pero simplemente el dinero no alcanzaba y si hacía algún gasto extra no tendrían con que comer, y eso provocaría que hubieran problemas en casa como siempre.

—¿Qué pasó Suni? —preguntó fuera del cuarto de baño.

—No hay agua caliente Oppa, podrías decirle a Jimin Oppa que nos preste la ducha solo por hoy —pidió casi tiritando del frío que sentía ahí dentro— Oppa por favor —volvió a pedir, cosa que Taehyung no quería hacerlo.

No era por orgullo tan solo era porque no quería deberle favores a nadie, y mucho menos a aquel chico que siempre era tan amable con él y no entendía la causa de su amabilidad.

—Báñate con lo que hay Suni —espetó— Sabes que es lo que podemos pagar así que no pienses que siempre tendrás las comodidades con las que sueles soñar —dijo enojado dando un pequeño golpe en la puerta y dándose vuelta para adentrarse nuevamente en el cuarto.

No solo tenía que lidiar con una adolescente en casa sino también con un desconocido que parecía estar tomándole el pelo.

—Bien, me dirás, ¿Cómo te llamas, eh? —preguntó el castaño sentándose en el filo de la cama llamando así la atención de Jungkook— Anda contesta o te juro que no me importará que estés herido.

—Ni yo mismo sé quién soy —susurró— Como crees que te diré algo si no sé quién soy —elevó su voz para así hacerle saber al castaño que no sabía que hacía ahí— No recuerdo nada, es como si mi mente estuviera en blanco o como si estuviera aún dormido.

—Entonces no recuerdas como llegaste a ese callejón.

—¿Callejón?—preguntó curioso— Si estuve en un callejón, tal vez vivía por ahí o algo así.

—No lo creo —río por la ocurrencia del chico— Mira tal vez sea el efecto de tus golpes, podríamos esperar a que te recuperes y pues al fin largarte de aquí.

—Creí que éramos hermanos —comentó— Porque mas estaría aquí en tu casa si no fuéramos cercanos —dijo curiosamente.

Aquellas palabras dejo pensativo al castaño, era la primera persona que ayudaba Taehyung y no sabía como actuar. Que debía decir, que debía hacer, y si lo acusaban de algo por tenerlo en su pequeña casa, y si su padre se enteraba que es lo que realmente haría.

—Oye —lo llamó— Hey tú, hyung responde —hizo un movimiento con su brazo que le dolió y soltó un gran gemido.

Cuando el castaño escucho aquel sonido se acercó de inmediato hasta él viendo si estaba bien. Si que era torpe aquel chico y eso le quedaba en claro al castaño, si no tenía cuidado ahora como sería cuando lo botará de su casa en unos días.

—No puedes moverte así sino jamás sanarás ¡Eso quieres! —gritó haciendo asustar al pelinegro por un segundo— Debes tener cuidado siempre, no sabes lo que peligroso que es estar así.

—Si hyung. Pero si te preocupas así por mí entonces...—pensó unos segundos y luego continuó— Entonces somos hermanos o tal vez amigos.

—Si —mintió, no podía decirle lo contrario, aunque quisiera deshacerse de él algo le detenía en el fondo y no sabía que era— Pensé que caerías en mi broma pero el que cayó fui yo —comentó casi susurrando sus últimas palabras.

—Entonces, cómo es que estoy aquí hyung? —preguntó— Pero sobre todo, cómo es que me llamó? —cuestionó.

—Tuviste un accidente y es por eso que no recuerdas nada —decía mentira tras mentira, tal vez en unos días se arrepentiría pero ahora era lo mejor para no asustar al desconocido— Tu nombre es —no sabía que decir pero debía decir algo ahora— Tu nombre es JK —soltó de inmediato.

Había escuchado antes sobre esas iniciales pero no sabía donde así que fue lo único que se le ocurrió por el momento. Tal vez ayudarlo no había sido de su agrado pero él lo ayudaría consiguiendo dinero o por lo menos un par de día hasta que se recuperara del todo y se fuera de ahí.

—¡JK! —exclamó y pensó en aquellas iniciales, le llamaban mucho la atención pero no lograba recordar— Me gusta, tal vez en unos días recuerde mas, como dices tal vez es efecto de los golpes que tengo —quiso sonreír pero no pudo gracias al dolor que sentía en el estomago cuando hacía algún movimiento— Hyung duele mucho —soltó de repente haciendo preocupar al chico frente a él—  Podría tomar alguna pastilla.

—No lo creo JK —respondió en un tono frío— No somo gente de dinero, no puedo darte lo que quieres porque tal vez gracias a eso mas adelante necesitemos comida —comentó.

El silencio reino en aquella habitación por unos segundos para luego ser reemplazadas por unos grandes gritos que venían desde la sala.

El señor Kim había llegado y no era novedad que lo hiciera en un total estado de ebriedad, el castaño sabía que debía hacer algo para que no viera al misterioso chico en su casa.

—¿Quién es? —preguntó el pelinegro sacando de sus estado pensativo al castaño— ¿Por qué grita de esa manera? —volvió a decir, estaba curioso y no era novedad.

El pelinegro no recordaba nada, ni su vida, ni su pasado, ni que era lo que hacía ahí y pero le daba temor aquella persona gritaba de esa manera.

—Quédate aquí y no hables —susurró para luego salir por la puerta vieja que daba hacia la sala donde yacía su padre.

Ya ahí vio a un hombre mayor acompañado de su padre, ambos estaban borrachos y eso era lo que tanto temor le causaba al castaño.

¿Alguna vez sintieron demasiado temor al ver a alguien en ese estado? Es curioso ver como algunas personas calman su dolor, su irá, sus tristezas con una copa de alcohol.

Es así como sucedía con el castaño, su padre salía muy temprano y pasa el resto del día entre copa tras copa. Y al llegar a casa simplemente se olvidaba que tenía unos bellos hijos esperándolo.

Pero saben algo, a veces ahogar las penas en el alcohol no siempre es suficiente para canalizar el dolor que yace en el fondo de un corazón roto. A veces simplemente hay dejar ir las cosas del pasado para tener un buen futuro.

 A veces simplemente hay dejar ir las cosas del pasado para tener un buen futuro

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꧁༺𝐄𝐥 𝐒𝐢𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐕𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝 «𝐕𝐊𝐨𝐨𝐤»༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora