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Kim Taehyung

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Es más fácil vivir dentro de una fantasía a que sentir dolores y resentimientos, el lumbral del cielo era tan gris, no solo mi vida era un completo desastre sino también todo a mi alrededor. Casi podía sentir los reclamos de mi padre una vez mas, en cuanto deje caer el plato de comida que había preparado JK antes de esconderse, prefería mantenerlo alejado de todo esto a ver como salía lastimado por las cosas que mi padre consideraba pecado.

Aunque era yo quien salía lastimado, prefería que las personas que importaban se salvaran de toda esta mierda que llevaba encima. Tenía muchas deudas que pagar, mientras mi padre solo buscaba dinero para saciar sus vicios, simplemente yo tenía que luchar para salvar mi vida y la de mi hermana.

Camine hasta llegar a la tienda de Jimin, luego del enojo de mi padre me había mandado a comprar algunas botellas de alcohol, no tenía dinero así que pediría un préstamo por ahora.

—¡Otra vez, eh! —dijo entregándome las botellas de licor— Deberías denunciarlo, escapa Taehyung, Suni y tu pueden vivir conmigo.

—No digas tonterías Jimin —dije con fastidio. Lo que menos me gustaba era que sintieran lastima por mi— Debo encontrar un trabajo pronto pero me preocupa dejar solos a Suni y a  JK.

—Puedo cuidar a tu hermana mientras trabajes —sugirió Jimin.

—También puedes cuidar de JK, él necesita que alguien lo cuide, tal vez pueda ayudarte aquí —propuse.

El rostro de Jimin cambio de semblante en cuanto mencione eso, sabía que en el fondo no le caía bien pero nunca se negaba a brindar ayuda a quien lo necesitaba, estaba confiando en que esta vez no sería la excepción.

—Lo siento —luego de varios segundos al fin respondió— Solo puedo cuidar de Suni, puedo alimentarla y en cuanto termines tu trabajo la llevaré a tu casa.

—No...—fui cortante— Quiero que Suni y JK permanezcan juntos, la idea del trabajo tendrá que esperar por ahora.

Tome las bebidas de mi padre y salí de la tienda, camine a pasos apresurados para llegar a la calle donde se encontraba mi hogar, sentía en todo momento que alguien me perseguía, tenía esa extraña sensación de que algo pasaría. Unas cuadras antes de llegar a casa fui acorralado por unos hombres extraños, la gente a la que le debía dinero me había encontrado, golpe tras golpe, herida tras herida, recibía de parte de ellos.

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Pasaron varias horas desde que salí de casa, ellos me arrastraron hasta su guarida en una zona alejada de la ciudad, quise escapar pero era imposible, ellos me tenían entre sus manos, se reían de mi y de lo patético que me veía en ese momento.

—Por favor...—suplique— Juntare el dinero, se los prometo pero déjenme ir.

—¿Crees que somos idiotas? —cuestiono— Si te dejamos ir, escaparás como la última vez y nuestro dinero se perderá Kim Taehyung.

—Les juro que no será así, juntaré lo que les debo, encontraré un trabajo pronto y devolveré todo incluyendo los pagos extras.

—Esta bien, confiaremos en ti pero que no se te ocurra escapar o pagarás muy caro por tu estupidez Kim —advirtió.

Lo siguiente que paso fueron mas golpes y mas heridas, duraron así muchas horas, era casi madrugada cuando llegue a casa, lo primero que hice fue buscar a mi hermana, quería ver si estaba bien o si mi padre la había lastimado. Al encontrarlo ella ya estaba durmiendo, tal parece que el monstruo no ataco esta vez, había corrido con suerte, al voltear vi la cama vacía de JK, me preguntaba donde estaría a estas horas de la noche.

Escuche un ruido en el baño, con la caída del agua de la ducha supe de inmediato que el permanecía dentro, si  hacer mucho ruido serví un poco de agua en un vaso para luego sentarme sobre la mesa vacía mientras bebía de el. A los pocos minutos salió JK con una toalla envuelta sobre la cintura, recorrí con la mirada su medio cuerpo desnudo, casi me atore al instante y desvié la mirada.

—Por dios Tae, estas bien, me preocupe demasiado por ti —se acerco hasta quedar frente a mi— ¿Dónde diablos estabas? —murmuró.

—Tuve un percance, me asaltaron en el camino y ya vez...—solté un pequeña carcajada— Al final no tenía dinero y me dejaron ir.

—Déjame curar tus heridas —JK fue a la habitación y volvió con un pequeño botiquín entre las manos.

Coloco un poco de medicina sobre un paño seco y deslizo aquello suavemente sobre mis labios, ardía un poco pero lo ultimo que me importaba era eso, sentía muchos nervios de tenerlo de esa manera y tan cerca de mí. Casi podía escuchar su respiración junto a la mía, mi corazón se aceleraba como si bombeara a mil por hora.

—Dime la verdad —reprochó— ¿En verdad te asaltaron?

—Ya te lo dije —solté con fastidió— No me gustan que cuestionen todo lo que digo y menos alguien como tú.

—Alguien como yo —murmuró— Creí que éramos amigos, podemos confiar en el uno el otro Taehyung o eso pensé.

—¡Basta! —me levante de mi asiento haciendo que se espantara por un segundo— Tuve un pésimo día, primero mi padre con sus vicios, segundo Jimin con sus tonterías, el asalto y ahora tú. Acaso no entienden que esto me agota —exploté.

Realmente estaba descargando mi enojo con él, tener un mal día hizo que me enojara de inmediato pero había algo mas que me hacía ser de esa manera, mis sentimientos estaban alborotados, esta confusión que tenía dentro mío, era sin duda algo que me costaba asimilar.

—Lo siento hyung —él se disculpó.

—No, yo lamento haberte hablado así, solo que estoy un poco estresado, lo siento —dije.

JK se acerco a mí y me abrazo, acariciaba delicadamente mi espalda, poco a poco mis manos bajaron hasta juntarse con las suyas, no se en que estaba pensando pero entrelace nuestras manos en un dulce agarre. Sentí su calor junto al mío, me separe un poco de él para mirar sus hermosos ojos, de un momento a otro no aguante mas y lo bese, estaba confundido, ciego y con mucho temor aún así profundice mucho mas mis besos.

Los besos se hicieron mas desesperados, conduje su cuerpo junto al mío hasta la habitación, lo tumbe sobre la cama y mire su rostro una vez más antes de volver a juntar nuestros labios.

Con la luna de testigo y sin hacer mucho ruido, aquella era la primera vez que pasaríamos la noche juntos, pero sobre todo que "me sentiría amado".

Con la luna de testigo y sin hacer mucho ruido, aquella era la primera vez que pasaríamos la noche juntos, pero sobre todo que "me sentiría amado"

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