Detalles

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Capítulo VIII


—¡Karin, abre la puerta!—

—¡Vete!— Fue lo último que escuchó seguido de un silencio sepulcral que solo era interrumpido algunas veces por los fuertes sollozos que emanaban de labios de su esposa.

—Si me dejarás explicar— Le dijo mientras reposaba la frente contra aquel obstáculo que le separaba de ella..

—¡¿Explicar?! ¡¿Qué?! De verdad que yo... ¡Agh! ¡Oh no!—

—¡¿Que ocurre?!— Pronto comenzó a preocuparse y al ver que los segundos pasaban sin que ella contestara a sus indagaciones se abrió paso destruyendo aquel estorbo que no le permitía acercarse a la pelirroja.

Vio a la pelirroja tendida sobre la cama, mientras se tomaba del vientre y una mueca de dolor estaba dibujada en su rostro.

—I-Itachi... ¡Duele muchísimo!—

—¡Tranquilízate, llamaré al médico, debes estar calmada!— Le pidió angustiado para inmediatamente después salir presuroso de la alcoba.

¡Lo sabía! No debió hablar más de la cuenta, pero quien iba a imaginar que su esposa le seguiría hasta la habitación de Hinata.

Maldijo por lo bajo.

¿Y porque se engañaba?

Si bien era cierto, sentía demasiada atracción hacía la mujer de su hermano y aunque creía quererla, tales sentimientos lejos de ayudarle a tomar una decisión  definitiva le confundían aún más.

¿Porqué ella se le había entregado tan fácilmente en aquella ocasión?

¿Que era lo que sentía realmente por él?

Preguntas sin respuesta que quedarían de lado por el momento, ya que había algo más importante en lo que enfocarse y eso era su esposa e hijo no nato.
Lastimosamente y aunque hizo su mayor esfuerzo intentando no traer tales cavilaciones a su mente no pudo evitar continuar con esos pensamientos. Anhelaba con todo su ser obligar a Hinata a decidir entre su hermano y él, si ella le aceptaba, sin importar el "que dirán" se divorciaría y posteriormente se casaría con ella. Pero en dado caso de que no se cumplieran sus expectativas, aún tenía que saber hasta que punto de la conversación Karin había escuchado y si ella le creería después de que le diera una buena explicación, porque realmente no podía perderla.

Era egoísta, no había duda alguna, pero le daba igual porque tenía esperanza de que pronto daría punto final a su ya tan extraña situación.


☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

Estaba a punto de despuntar el alba y la habitación aún permanecía en penumbras. Hinata dormía profundamente y por alguna extraña razón sus tibias manos seguían entrelazadas con las suyas desde la noche anterior. Pero lejos de molestarle, Sasuke se permitió percibir el calor de la mujer que descansaba a su lado y esto le permitía experimentar un amor que nunca antes había conocido. Sí, había tenido alguna que otra noviecilla durante su faceta de estudiante y aunque sintió afecto por ellas en su momento, sin lugar a dudas este sentimiento era más fuerte. ¿Sería que en realidad gustaba de esa mujer? No lo sabía con exactitud.

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