Desde Krypton [Supercorp].

[Seis: Por más que trate].

Parece inevitable. 

Dentro de Kara se estaba armando una revolución, en un bando estaba el ejército vestido de azul y del otro estaba el ejército vestido de verde, todos los pequeños soldaditos peleaban y gritaban en busca de la victoria. Si se lo planteaba de otra forma, Kara estaba contrariada y dos partes de sí misma peleaban entre sí.

Si enfrentaba el problema como la joven adulta que era, ella reconocería que no habría las supuestas mejores oportunidades que seguía insistiendo en esperar. Ella sabría que era mejor enfrentar aquello a pesar de todo porque si seguía postergando su anuncio solo lograría que las raíces se expandan.

Pero no estaba lista para decirle a Lucy que quería dejar de salir con ella, no cuando una parte de su corazón aún se arraigaba al pensamiento de que todavía no era tiempo de que sus sentimientos se sintieran tan maravillosamente revueltos, con el atisbo de calidez que tanto anhelaba, con la delicadeza de la añoranza y con el capullo de felicidad y deseo infinitos.

Ella no sentía nada más que cariño hacia Lucy, la chica era dulce y tenía una cara bonita que cualquiera apreciaría, también era inteligente, tenía una personalidad bárbara y era apasionada en lo que hacía. Eran cualidades que una persona que haya pasado un rato con ella notaría. Pero... No había esa chispa que tanto ansiaba sentir, esa conexión que con tanto recelo deseó desde niña.

Sabía que no la conseguiría en la Tierra, o al menos creía que sería así, pero sus esperanzas eran bajas; había veces que no se permitía fantasear por miedo a hundirse demasiado en la fantasía. Por esa razón había decidido que sus sentimientos fueran quienes la guiaran a la persona adecuada, y Lucy Lane no lo era. Aun así, Kara tenía miedo de decirle a Lucy como se sentía, pensaría que la estaba defraudando y era eso lo que menos quería.

"Estás pensando" Susurró su hermana, aplastando un dedo entre sus cejas. Kara se hizo para atrás con una mueca "Y no pienses en negarlo. La arruga te delata".

"Maldita arruga" Resopló, siendo consciente de la mirada atenta de Alex, arrugando la nariz.

Aplastó uno de los almohadones contra su estómago y tiró la cabeza hacia atrás, mirando el techo. Estaban en una noche de hermanas, el jefe de Alex había aceptado su solicitud de tres días libres para acoger a su familia, aunque a cambio debía hacer guardia una semana entera después, por lo que disfrutarían los dos días siguientes al máximo y habían decidido hacer un fuerte unido antes de la llegada de su hermano y Eliza.

No es que fuera estrictamente necesario, pero esa fue la mejor excusa que se les ocurrió para no sentirse culpables por no esperar a Winn y dejarlo a él escoger las películas que verían.

"¿Qué piensas, Kara?" La rubia escuchó el material del sofá fruncirse bajo el peso de Alex cuando se movió hacia ella pero siguió mirando hacia arriba "Vamos, cuéntame. Quizás pueda ayudarte".

Kara giró la cabeza, miró el rostro de Alex y preguntó.

"¿Has visto a Luthor en este último tiempo?" El rostro de Alex se frunció en confusión, mirando a su hermana como si fuese la cosa más extraña que haya visto en su vida.

"No entiendo porque estarías pensando en Luthor, Kara" Alex mordió un poco de un Twizzler que tenía en la mano y se golpeó la barbilla con las yemas de sus dedos "Pero sí, ha estado en algunos casos y aportando su insoportable imperioso carácter de vez en cuando, ¿por qué?"

"Pregunto, nada más".

Alex la observó con sospecha por un rato, luego procedió a seguir mirando la película; había pasado poco más de un mes desde la primera vez que Kara conoció a Lena Luthor y le dio un lugar en el que dormir por la noche, pero a la mañana siguiente el sofá estaba impecable y la misma nota en la que había escrito antes de dormir estaba rayada por detrás con un agradecimiento desordenado y un billete de veinte dólares doblado cuidadosamente debajo de la nota, donde también decía que era la mitad de lo que gastaron ella y Alex en bebidas pero no había tenido la oportunidad de pagar.