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Ambos bajaron del carro para entrar en el establecimiento, a pesar de que el rubio había sido advertido de que el restaurante era sencillo, a sus ojos no lo parecía.

Estaba ocupado viendo los detalles del lugar cuando pudo escuchar la voz de su acompañante quien se encontraba discutiendo con el recepcionista.

-Hice una reservación en este lugar para el día de hoy a las nueve y quince de la noche, no puedes decirme que no lo hice.

-Disculpeme señor pero su reservación fue hecha para el día de hoy a las nueve y quince de la mañana, y usted no asistió.

El hombre de traje elegante parecía no querer ceder en absoluto, con su postura recta aún ante la presencia de jungkook, hablándole con un tono frío y neutro.

-Hice una reservación telefónica para las nueve de la noche y si lo anotaste mal eso te convierte en un maldito incompetente. y escuchame bien -apuntó con un dedo hacia la persona frente a el- me voy dar a la tarea de verte perd....

-Muchas gracias por atendernos -Kim inclinó la cabeza hacia el trabajador del restaurante y tomó la mano del escritor dedicándole una mirada nerviosa, el apretó ligeramente su mano dejándose llevar hacia fuera-

-¿Por que no me dejas darle merecido?

-Por que no es necesario. tengamos una cita en tu auto, es el lugar más elegante en el que he estado -dejó salir una risa inocente y sonora viendo hacia su acompañante, quien no pudo evitar devolver el gesto hasta que entraron juntos al vehiculo-

-Vas a tener hambre si solamente nos sentamos aquí dentro. -Gruñó para sus adentros, nada le sale mal, todo siempre queda conforme a sus deseos y el dia de hoy estaba siendo lo contrario-

-No tengo hambre, pero quiero escucharte leer. -la mirada del joven reportero se clavó en los labios de jungkook, quien fingió no notarlo y tomó de los asientos traseros un libro de bolsillo, que comenzó a leer mientras disfrutaba de la atención que Kim le daba-

Los minutos transcurrieron rápidos, la voz del escritor era totalmente atractiva al punto de volverse un vicio, los escenarios que el describía eran sólidos y los personajes tan vívidos que podías tocarlos con facilidad.

Así que se perdió, escuchandole al extremo de no percatarse hasta que sintió la cálida mano de jungkook posarse en su mejilla, seguida del contacto de esos labios delgados contra los suyos.

Antes de poder pensar en separarse de su agarre sintió el sabor embriagante y adictivo de su boca, que le hacía querer mantenerse ahí para siempre.

Una ligera mordida sobre su labio infeior le hizo soltar un suspiro audible, haciendole separarse con tranquilidad al escritor, quien sonrió de forma amplia ante tal reacción.

-Quiero llegar más lejos que cualquier hombre cuando se trata de ti -susurró acariciando la mejilla del otro desviando la mirada hacia sus labios-

Ambos sintieron ese deseo de seguir con su aventura sin embargo el lado más racional del joven se activó de inmediato negando suavemente y retirando con delicadeza la mano que se posaba sobre su mejilla.

-Lo siento escritor Jeon, yo se como terminará esto si dejo que suceda. Vas a fingir amor aprovechandote de mi curiosidad y cuando te aburras me dejarás solo.

Jungkook entrecerró los ojos analizando esas palabras, había sido rechazado por tercera vez, con una razón lógica para hacerlo. Taehyung le intrigaba, lo hacía querer intentar de forma legal hacerlo suyo.

Y no estaba funcionando.

-Está bien, te llevaré a casa, pero acepta tener una segunda cita conmigo, esta fue un entero desastre.

Kim pensó que este sería el final de ellos dos, un hombre de ese nivel no soportaría ser rechazado de esa forma una vez más. 

Sin embargo no podía negarlo, estaba sediento de sus labios, tienen ese toque sensual que enciende de forma instantánea sus deseos más íntimos.

-Puedo caminar hasta casa, no está demasiado lejos -respondió el joven rubio abriendo la puerta del vehículo-

-¿planeas caminar hasta allá? muy buena suerte, vas a necesitarla.

Taehyung volteó hacia el escritor haciendo una suave mueca, claramente se arrepentia de sus palabras, verificĺ sus bolsillos y se percató se que estaba sin teléfono y billetera, no sería capaz de pedir un taxi, y tendría que caminar.

Suspiró con resignación y caminó hacia atrás en línea recta, ya había pasado por situaciones parecidas.

Podría superar algo así con facilidad.

El joven reportero comenzó a dudar el por que había rechazado una oportunidad que cualquier otra persona habría aceptado enseguida, todo el estrés en sus hombros serían calmados en los brazos del escritor si así lo deseaba. si tan sólo no tuviese temores incrustados en su pasado todo sería más sencillo.

Por su parte jungkook se encontraba aún en su auto viendo desde el retrovisor los pasos que daba la unica persona capaz de rechazarlo.

Negó suavemente con la cabeza dándose cuenta de lo terco que era y buscó en sus bolsillos tres cosas, su caja de cigarrillos, un encendedor y su teléfono.

Lo primero fue sacar un cigarro y colocarlo en medio de sus labios rosados para después encenderlo y degustar el humo que ahora se encontraba paseando por su interior.

Su segunda acción es encender su celular, soltar el humo y marcar un número que no se encontraba en su agenda pero si en su memoria.

-¿Sabes que no me gusta la impuntualidad verdad? -habló sereno aspirando de su tabaco una vez más- Tienes una hora y minuto exacto para traerlo donde te pedí.

La voz al otro lado de la línea se escuchaba temblorosa y a la vez decidida a obedecer cada una de las órdenes.

-No cometeré ni el más mínimo error.

-Hazlo todo bien y encontrarás el dinero que te prometí en la puerta de tu apartamento -colgó la llamada tirando el celular hacia el asiento de atrás, soltó el humo que llevaba en su boca y encendió el auto-

Este día sería maravilloso para el.

Acababa de lograrlo, encontró su historia perfecta, se había encargado de estudiarla durante estos días, sabía sus gustos, su pasado, el por que exactamente había sido rechazado y le encantaba.

Tenía el personaje adecuado para acoplarse a su vida frente a sus ojos.

Todo lo que tenía que hacer es esperar a que Kim Taehyung estuviera en su hogar.

Sin darse cuenta se vio a si mismo soltando un fuerte jadeo.

La imagen de ese hombre imperfecto lo tenía intrigado y su único objetivo ahora era poseerlo, disfrutarlo el sólo. sin que nadie más se atreviera a acercarse.

-Oh mi pequeño Kim, apresurate a llegar a casa -mordió suavemente su labio inferior acelerando sin titubear el vehiculo- estaré esperándote.

Obra maestra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora