Capitulo 5 "Dando el primer paso"

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Subí a mi auto y conduje a toda prisa a casa, apenas si tenía tiempo para cambiarme y tomar algo para marcharme de nuevo hacia el restaurante, hoy seria un día largo, no comprendía como fue que Renata se metió tan dentro de mi, en que momento baje la guardia, yo el que menos quería enamorarse, vaya estoy usando esa palabra tan horrible? Si esa, me sucedió, con quien menos debía, aunque el hecho de que sea novia de Mateo me va a facilitar las cosas para quitármela de la cabeza, eso y mas pensé cuando llegue a casa, entre corriendo subiendo las escaleras casi en un salto, el tiempo corría y si no me apresuraba, tendría a mi padre llamándome una y otra vez. Estaba por cambiarme la camiseta cuando sentí que alguien me observaba, ella?

-Hola Alex, la puerta estaba abierta y yo....- dijo un poco nerviosa, termine de vestirme tratando de fingir mi descontrol

-Tu? Pero que haces aquí? Es Mateo, le paso algo?- la tome de los brazos desesperado, porque otra razón ella estaría en mi casa...

-No, el esta bien....- hizo una pausa y después se acerco tanto a mi que pude memorizar su rostro

-Que haces, Renata, que pretendes?-

Acto seguido me beso, la solté de los brazos y pedí al cielo que mis manos no la tomaran de la cintura, pero fue demasiado tarde, no pude evitar rodearla con mis brazos y pegarla mas a mi, no paro de besarme y aunque quise detenerme, le correspondí como a nadie, afortunadamente tuve un momento de cordura y recordé a mi amigo, me costo mucho pedirle que parara...

-Estas loca?? Por Dios Renata que pretendes???- Le dije intentando reponerme de todo lo que acaba de suceder...

-Tu también me besaste Alejandro...-

-Fue un error, un maldito error...-

-En verdad lo crees? Porque en tus labios y tu mirada pude ver que te pasa lo mismo que a mi...- cuando dijo eso la mire desconcertado, no podía ser cierto, no debía serlo...

-Te equivocas, quizás estas confundida, no es fácil adaptarte a otro país, otros amigos, si seguro es eso...-

Tome mis cosas y salí de mi casa, ya no quise escucharla, Renata detrás de mi en silencio, me sentía el peor de los amigos, un traidor, con el ánimo por los suelos, entonces ella se detuvo en la entrada de mi casa, justo cuando yo iba a subir al auto y pretender que nada paso...

-Por favor Renata, no hagas esto...- le suplique dándole la espalda...

-No nos puedes hacer esto, a Mateo, a mi, porque?- continúe con la voz entrecortada y conteniendo las ganas de volver a besarla

-Que fácil es decirlo no crees?- respondió molesta...

-Como?-

-Que fácil es decirme que no haga "esto", pero y lo que tu haces?- agrego decidida...

-Yo? Yo no hice nada! Tu te haz encargado de cambiar a mi mejor amigo, de envolverme de alguna manera y además vienes aquí a jugar conmigo....-

-Lo que me queda claro es que no vale la pena...- me dejo frío...

-Que haz dicho?- camine hacia ella...

-De nada sirvió venir aquí pese a mis propias convicciones, ni mi orgullo, solo tenía que despejar mis dudas de porque no puedo sacarte de mi mente...-

Cada palabra, me dejaba confundido, aturdido, no podía creer que ella sintiera algo semejante por mi, eso no debió pasar...

-Lo mejor será que vayas con Mateo, seguramente te extraña...- fue lo último que dije, lo único que podía decir para convencerme de que eso era un error, una burla más de mi destino.

Subí a mi auto y ya no supe si se marcho o no, llegue al restaurante y mi padre estaba en la entrada, con el semblante serio, bueno así estaba desde que decidí tomarme ese "tiempo" estación el auto donde siempre, tome mis cosas y entré por la parte trasera del lugar, ahí estaba mi madre que al verme corrió a abrazarme, acaso sabía como me sentía en esos momentos?

-Hijo, vino Mateo a hablar con tu padre...- Sentí como si alguien me golpeara la mandíbula fuerte, noqueado...

-Y eso para que? Ah si! Vino a decirle que me perdí dos meses de clases no? Que bien amigo...-

Entré a la oficina de mi padre, miraba por la ventana hacia donde estaba mi auto, trague saliva y me senté intentando pasar inadvertido, entonces giró hacia mi y la expresión en su rostro me provoco escalofríos, hacia mucho que no me sucedía eso...

-Y bien, que tienes que decir Alejandro?- soltó sin más, sin el menor rastro de sensibilidad en sus palabras...

-Nada, no hay nada que decir...-

-Dos meses!!!! Faltaste a clases durante dos meses!!! Y no tienes nada que decir!!! Por Dios!!! Que ocurre contigo?? Hasta cuando vas poner los pies en la tierra??- grito con todas sus fuerzas, era ensordecedor escucharlo, estaba lo que le sigue de furioso...

-Te dije que necesitaba tiempo...- respondí entre líneas, mis palabras no tenían sentido, en realidad nada lo tenía, ni yo podía comprender como me metí en ese lío, siempre tomando precauciones para no caer y sin más ahí estaba, sumergido en el dolor...

Me miro desconcertado, el momento para revelar mi frustración había llegado, lo tenía atorado en la garganta, si no lo sacaba moriría...

-Tiempo? Para que? Si se puede saber?- agregó alterado y mirándome directo a los ojos...

-Para olvidar...- las palabras no salían de mi boca, me costo mucho trabajo decirlo, sacarlo de mi alma...

-Explicate porque no te entiendo...- mi padre por fin se sentó frente a mi, la expresión le cambio por una de preocupación, señal de que vio mi amargura, mi desesperación...

-Necesito sacarla de aquí papa...- señale mi pecho con las manos temblando...

-Cálmate hijo...- su actitud cambio...

-Ojalá pudiera, llevo dos meses, dos malditos meses ocultando mi angustia, mi frustración, haciendo todo para que ya no siga atormentandome pero no lo consigo...- ahora yo gritaba, manoteando, llevándome las manos a la cabeza, me levante de la silla y comencé a caminar por la oficina...

-De quien hablas? Alejandro no te entiendo...- mi padre me tomo del brazo y por primera vez sentí que me apoyaba, que me escuchaba y no pude evitar doblegarme...

-No puedo decírtelo papa, nadie jamás podrá saber que ella, Dios como fue que sucedió? Se suponía que no debía pasar, en todo caso debería odiarla por alejarme de mi mejor amigo...- Sin darme cuenta lo dije, a medias pero confirme para mí mismo, que así era, en lugar de estar molesto con ella por llegar así de repente a la vida de Mateo, moría de amor por Renata, todo se salió de control a partir de ahí...

Nos quedamos en silencio después de que dije eso, llorando desconsolado, con esa angustia en el pecho que no podía borrar, mi padre abrió tanto los ojos sorprendido, intrigado al mismo tiempo, ya no había mucho que decir, creo que para ese instante ya estaban las cosas claras, tal cual eran, lo único que hubiera querido era que el no hubiese regresado al restaurante...

-Que tu que???- Grito Mateo recargado en la entrada de la oficina de mi padre....

Arriesgado AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora