-Contéstame Alejandro!- insistió Mateo, mi padre nos miraba a ambos esperando lo peor.
-Que te diga que?-
-Mencionaste a Renata y que tu...- se me hundió el estómago, que iba a decirle para justificarme
-Ah eso, pues si es verdad desde que la trajiste a nuestras vidas todo se fue al carajo!- lo dije, sin rodeos y firme en que así era.
-Fingiré que no dijiste eso...- agrego con desilusión.
-Para que hacerlo? Si a fin de cuentas es verdad, mírate Mateo! Ya no eres el mismo, todo por esa chica.....a buena hora la conociste...-
Sabía que mis palabras le dolerían pero no creo que más que a mi, es mi mejor amigo, el primero y a el le dije todo eso sobre su novia? Dios porque no me llevas o algo....dije dentro de mi. Sin duda Renata había entrado a un lugar que ni yo sabía que tenía en mi alma, ese espacio en donde las emociones te hacen reaccionar de manera irracional, más bien, visceral, no piensas sólo te dejas llevar por esa sensación de querer estar con alguien en específico, porque me tenía que pasar con ella? Habiendo tantas en mi panorama.
-Así que eso piensas no? Me sorprendes Alejandro, jamás creí que tu fueras tan egoísta- lo mire sin comprender sus palabras
-Ahora te parezco egoísta? Vaya, esto se pone bueno,..- sarcasmo puro
-Se supone que somos amigos Alejandro, en que momento dejo de importarte mi felicidad?-
Se me desencajo el rostro con esa últimas palabras, ya no podía más, tenía que decirle lo que pasaba en realidad pero mi padre intervino a mi favor, cosa rara en el.
-Muchachos, tranquilos, Mateo creo que malinterpretas las cosas, es fácil sentirse ofendido cuando alguien habla de lo que uno ama..- en ese punto comprendí que yo estaba así, ofendido, dolido por amar a esa chica
-Sr. Guerra yo...-
Mateo no sabía como responder a eso, siendo los mejores amigos desde siempre, ahora completos extraños, lo mire con arrepentimiento, con sentimientos que no reconocía en mi.
-Mira Mateo, ya las cosas están bastante mal entre nosotros, no voy a retractarme de lo que dije, porque en el fondo es verdad, los chicos no lo van a decir, pero yo tenía que hacerlo...-
-Bien! Entonces ya no hay más....hasta luego Sr. Guerra- Mateo se marchó, yo quise salir corriendo cuando mi padre me detuvo tomándome del brazo.
-Ahora no papá...- solté desganado
-Alejandro, que fue todo eso? Entonces hablas en serio sobre esa joven...- se me llenaron los ojos de lagrimas
-No se que me pasa, no lo entiendo...-
-El amor es así hijo, impredecible, inesperado....- El gran Alejandro Guerra, mi padre, dándome consejos de amor?
-Porque duele tanto?- ardía en mi pecho esa palabra tan efímera.
-El dolor, nos recuerda que estamos vivos hijo...-
Me abrazo fuerte y me dejo ir, no quería hacer más nada que perderme en mi música, aunque para ello, necesitaba a mis amigos, incluyendo a Mateo, uno por uno exceptuando el, les llame mientras conducía al garage, aún aturdido por las palabras de mi amigo y mis propias revelaciones, yo el más reacio a enamorarme tenía que hacerlo de ella? Porque tenía que llegar así de adorable a mi vida, porque tenía que llegar con el!! Grito dando un golpe seco al volante, llegue al lugar.
Vi los autos de mis amigos afuera menos el de Mateo, si se le ocurrió contarles, estoy frito, pensé mientras avanzaba a la entrada del garage, al verme mis amigos no supieron que hacer, negaban con la cabeza, quise fingir no entender, los salude normal pero era obvio que ellos no me recibieron así, ahora no necesitaba su rechazo.
-Y? A que debo su "cariñosa" bienvenida?- dije sarcástico mientras tomaba mi guitarra
-Alejandro, Mateo acaba de irse...- dice Leo sin encontrar las palabras para continuar.
-Ah! Ya entiendo, seguro les contó no?-
-Que sucede contigo Alejandro? Porque le dijiste eso?- pregunta intrigado Diego, yo bajo la mirada y no respondo
-Somos amigos no? Deberíamos apoyarnos...- agrega Leo con voz entrecortada
-He intentado hacerlo, lo juro...- respondí dudoso de mi mismo.
-No, no lo haz hecho y no podrías, porque Diego y yo sabemos la verdad...- me deja frío, sin reacción alguna, será que fui tan obvio?
-y que verdad es esa?- dando patadas de ahogado es lo único que se me ocurre
-si tu siempre dices que nunca te vas a enamorar...- Diego se abstiene de continuar al ver la sombra de Mateo en el umbral
Giro a donde el esta mirando y en efecto es mi amigo no se si nos escucho pero en sus ojos puedo ver el enojo, lo cual me da a pensar que si, ya lo sabe o lo sospecha, en cualquiera de los dos casos, no tengo como defenderme, a buena hora tenía que llegar, ya me estoy acostumbrado a sus "apariciones".
-Enamorado? De que hablan?-
-Que onda Mateo, dijiste que no vendrías al ensayo...- Leo le pregunta cambiando el tema sin éxito
-Yo pregunte primero, porque nuestro amigo no nos explica?- señalándome con rencor, como nunca antes
-Yo no tengo porque explicar nada Mateo, mucho menos se de que hablas Leo- busco salidas por donde sea cuando escucho su voz a lo lejos
-Mi amor, ya deja de hostigarlo, veniste a hacer las pases no?- entra Renata quedando de pie junto a el, no lo soporto, no puedo verla junto a el.
-Cariño, tranquila solo quiero respuestas...- le dice Mateo besándola con ternura
Eso basta para que en mi interior surjan los peores instintos de venganza, aprieto los puños y la quijada con fuerza, Diego me observa y camina lentamente hacia mi para sujetarme del hombro y así evitar una locura, después de ese beso, Renata lo abraza pero al verme notó como su expresión cambia por una llena de tristeza, no, tal vez solo es mi idea.
-Bueno pues como esto ya es un circo, me largo!- digo finalmente llevándome mi guitarra.
-Esperan a donde vas Alejandro?-
-Lo siento Leo, si vine fue porque necesitaba mi música mis amigos pero en vez de eso solo tuve interrogatorios absurdos, me largo!-
-Que esperabas? Que a todos nos parecería gracioso tu sentir?- me detiene Mateo con sus palabras.
-Te lo dije, yo no podía quedarme callado, mírate Mateo eres otro! Otro sujeto que no conozco! Bien Renata cambiaste a mi amigo, te felicito!- imbecil! Eso es lo que soy.
Sin verlo llegar, Mateo, mi hermano, mi amigo de la infancia suelta la mano de Renata para irse con toda su furia sobre mi, desprevenido, siento un golpe lleno en mi rostro, en lo que me pasa el efecto de eso, veo como Leo ya tiene sujeto a Mateo y Diego a mi, pero no, si el quiere pelea, la tendrá.
Logró zafarme con fuerza de Diego y me le voy con todo a Mateo, ya para ese momento no era mi amigo, era mi rival, Renata nos pedía detenernos pero era imposible contener a dos bombas atómicas a punto de estallar, Mateo mientras lanzaba golpes a mi abdomen y rostro me gritaba que no iba a permitir un insulto más para la mujer que ama, si supiera me mataría en ese instante.
Yo igual le grite que no tenía porque traerla a nuestro mundo, que si la amaba estaba perfecto pero porque integrarla a nosotros, mis celos estaban por salir y no, no podía permitirlo, deje de luchar, baje la guardia recibiendo más golpes hasta que notó que ya no estaba peleando, que ya no seguía el juego, intente límpiarme la sangre de mi boca, sin decir nada, tome mi guitarra y me marche, me dejaron en claro que efectivamente, estaba solo a partir de ese momento, que no contaría con ellos mientras siguiera existiendo ese sentimiento quemándome el alma.
Subí al auto con el propósito en mi mente de superarla, olvidarla a como diera lugar, definitivo no pensaba con claridad, me dolía todo pero creo que más el ver como mi mejor amigo ya no lo era, hecho todo a perder, no me quedaba nada, así que porque no poner las cosas peor. Cuando me di cuenta ya tenía el auto estacionado afuera de la casa de támara, no estaba pensado eso definitivo, me quede unos instantes dentro de mi auto, entonces recordé aquel beso que encendió mi ser y baje hasta la entrada, convencido de que si entraba a esa casa, firmaba mi condena.
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Arriesgado Amor
RomanceAlejandro y Renata, dos almas perdidas en un mundo en que las apariencias pesan mas que los sentimientos. "Eres eso que siempre pedí a la vida no conocer..."