Huyendo de todo, decidí faltar incluso a la escuela, dos semanas, apague el teléfono, ni siquiera revise mi correo, a mis padres les dije que necesitaba un tiempo para mi, no era novedad que lo hiciera pues cuando me siento agobiado tomo un respiro, pero esa vez no sabía exactamente que ocurría conmigo, sólo no podía sacar de mi mente su mirada, me la pase en la cocina del restaurante ayudando al chef, mi madre decía que mis amigos preguntaban por mi que si todo estaba bien, que podría decirle?
-Me vas a decir que ocurre?- dijo en tono serio.
-Nada mama...-
-Tus amigos están preocupados y yo empiezo a hacerlo...-
-No es nada, solo quiero estar solo...- fue lo las estúpido que pude decir, mi madre obviamente no se quedo tranquila...
Seguí con mi "rutina" importandome poco la escuela, mis amigos, incluso mi música, todo lo hice a un lado porque me sentía perdido, alterado, desesperado por sacar su imagen de mi vida, por las noches no dormía pues al cerrar las ojos recordaba la sensación cuando la salude, cuando nos miramos, paranoico me volví, así estuve durante un mes hasta que mi padre me llevo prácticamente a rastras a la universidad, amenazandome con quitarme el auto y demás, en esos momentos no podía darle ese lujo.
Esa mañana llegue, estacione el auto lo más alejado de donde solía hacerlo, los pocos que notaron mi presencia me miraban diferente, acaso habían visto a un monstruo? Los mire de la peor forma para que me dejaran tranquilo, tome mis cosas y camine resignado a mi primer clase, ese día tocaba administración a la primera hora, que podía ser peor que eso?
-Vaya! Pero si es Alejandro Guerra en persona!- dijo alguien detrás de mi
Me equivoque al decir que no había nada peor que esa clase, al girar para bien quien era, mi rostro se desencajo totalmente, era ella, Támara, del brazo del idiota con el que me engañó, mejor dicho, por quien me cambio según ella, pues otras de sus cartas era esa, tener a más de uno a su disposición, riéndose a carcajadas de mi reacción.
-Y tu no dejas de ser la misma zorra no?- respondí molesto, no estaba para ser cortes con nadie
-Uy, que genio el tuyo...- dijo Trevor, ese que piensa que por estar con ella es el mejor...
-Sabes que? No estoy para soportarte... Los deje con la palabra en la boca, me tenían harto, ni porque me fui un tiempo, me olvidan, maldita sea...
Llegue al salón, esta vez estaba a reventar, como nunca, la cosa pintaba de mal en peor y entonces vi a mis amigos, me sorprendió que Mateo no estuviera con ella y a la vez me sentí aliviado, aunque por la forma en la que me recibieron no me duro tanto esa sensación.
-Que demonios paso contigo?- Leo me grita provocando que el resto de la clase nos mirarán expectantes
-Hey! Cálmate, si sólo me fui unos días...-
-Días?- agrego Mateo levantándose de su asiento para quedar frente a frente
-Fueron dos meses Alejandro! Dos meses en los que no tuviste tiempo no siquiera para nosotros, para nada!-
-Mateo, cálmate...- Diego, dijo tratando de enfriar las cosas, pero yo tenía miedo de decir algo sin pensar
-No me voy a calmar, anda mejor dinos que fue tan importante para mandar todo al carajo!- Mateo no se iba a quedar conforme, tenía que actuar rápido...
-Por nada, solo necesitaba tiempo, espacio, ya me conoces...-
El profesor Lane entro y gracias a eso mis amigos ya no siguieron interrogándome, aunque sus miradas se clavaron en mi toda la clase, se me hizo eterna, al salir adelante el paso y los deje muy atrás, no pensaba acompañarlos y ver que Mateo se encontrará con ella, no, yo no iba a permitirme ponerme extraño con su presencia.
Con tal de evitarlos en los recesos, decidí asistir a asesorías y ver mi situación escolar, nefasta, todo mi esfuerzo estaba por irse a la borda, porque? Porque no logró entender que me sucedió con Renata, por eso, por imbécil.
-Todo bien Alejandro?- La profesora Stevens me saco de mis pensamientos, no, nada estaba bien...
-Pues no, la verdad no...- dije desanimado...
-Que sucede? Tiene que ver con el motivo de tu ausencia?- sólo asentí y mire por la ventana, tal como lo pensé, mis amigos estaban con ella, los tenía a todos entretenidos con su plática, por dios, que podía tener de divertidas sus anécdotas en España?
-Porque no estas con ellos?-
-Es una larga historia, en fin iré a hablar con el director, espero que aún pueda hacer algo por mi...-
-No seas tan duro contigo Alejandro- me dijo tomándome de la mano, me reconforto
El día termino, ya no me tope con mis amigos hasta que salí al estacionamiento, todos me esperaban al rededor de mi auto y si, ella también estaba ahí, radiante, sutil pero impactante a la vez, era increíble que logrará esos contrastes, con tan solo cambiar de peinado, como no me trago la tierra en ese momento...
-Bueno, es obvio que tu ya no nos quieres cerca, cierto?- El tono en la voz de Mateo me dio escalofríos, jamás me había hablado de esa manera..
-No, eso no es...- de pronto al verlo abrazarla por la cintura me lleno de celos? Trague saliva lentamente...
-Verdad...- como pude termine mi frase, porque, porque tenía que venir a descontrolar todo?
-Mi amor, déjalo en paz, es tu mejor amigo, deberías apoyarlo, tal vez esta pasando por un mal momento...- Renata abogando por mi? En serio?
Le di las gracias y me despedí pidiéndoles que me entendieran, definitivamente no sería fácil explicar mi proceder, pero tenía que sacarlo, como decirles que la novia de mi mejor amigo me tiene así, como?
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Arriesgado Amor
RomanceAlejandro y Renata, dos almas perdidas en un mundo en que las apariencias pesan mas que los sentimientos. "Eres eso que siempre pedí a la vida no conocer..."