#36 Esto temía

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Narra Jack

Sus preciosos ojos azules aún siguen cerrados, su mejilla izquierda está recostada sobre un almohadón color blanco y sus labios están apretados, trazando una perfecta línea con ellos. No puedo negar de ninguna forma, a pesar de tener el alma a los pies por causa de que ella besó a otro chico cualquiera, mientras yo la extrañaba sin más poder. Aún con cientos de cables inyectados en sus muñecas, justo debajo de sus cortes, con heridas en la frente, hombros y asomando por el cuello de su bata del hospital, puedo lograr ver sangre seca de lo que parece otra herida más, ella sigue siendo la chica más hermosa que conocí en mis dieciséis años de vida, casi diecisiete. 

Llegue aquí esta mañana, alrededor de las 08:30am. Tras enviarle unos veinte mensajes de voz y de texto, y llamarla unas treinta veces más, para saber cómo había regresado a su apartamento y asegurarme de que no este en el bar, la fiesta o cualquier otro lugar donde pueda llegar a haber cualquier tipo de drogas o chicos. Llamé a Fernando desesperado para saber cómo estaba Ashley.

En mi mente existía la posibilidad de que Ashley no respondiera a mis llamados y mensajes, porque seguramente estaba enfadada o triste por lo que había sucedido antes.

Recuerdo cómo sus ojos azules se abrieron como dos platos gigantes y sus labios temblaban anunciando la llegada de sus lágrimas, cuando le dije que se alejara de mi. Traté de ignorarla y hacerme fuerte ante la situación, pero sólo con mirarla mi deseo de abrir los brazos y que ella corriera hacía mi para llorar juntos, se hacía más grande. Por eso, luego de decidir a susurro quien llamaba a su taxi, suspiré y me aleje de ella entrando a mi propia casa. Aunque sé que por más distancia que pueda haber entre nosotros, parte de mi se queda con ella.

La posibilidad en mi mente desapareció cuando Fernando desde el otro lado de la línea, angustiado, decía que Ashley había sufrido un accidente de transito mientras viajaba devuelta a su apartamento.

Mi alma, ya en el suelo, desapareció por completo, haciéndose cenizas al oír las palabras de Fernando.

Las gotas de sudor caían sobre mi frente, mi corazón bombeaba cada vez más rápido y podía sentir la preocupación mezclado con angustia, corriendo por mis venas, cómo lo hacía el whisky. Ya desesperado, le pregunté a Fernando la dirección del hospital, quien angustiado, tomó calma para tratar de tranquilizarme a mi y pedirme por favor que esperara hasta la mañana para ir al hospital.

Me costó comprender y transmitir una voz calmada. Pero accedí y le prometí a Fernando que temprano en  la mañana iría al hospital a ver a Ashley, mi chica.

Ahora mismo son las dos de la tarde y Ashley aún no ha despertado. Mierda. Fernando acaba de salir de la habitación, dijo que iría por algo de comer, por lo que ahora estoy completamente solo, sentado en una pequeña silla color gris, mirando a la hermosa chica inconsciente frente a mi.

Joder, es hermosa. Lamento la forma en la que le hablé a esta hermosa chica por la madrugada, pero creo que se lo merecía. No estábamos juntos, es verdad. Ella podía hacer lo que quisiera con otros chicos, pero aún en el peor estado de embriaguez ¿cómo pudo besar a otro? aún no entra en mi mente. Tal vez la respuesta es que ella me quiere mucho menos de lo que yo la quiero a ella.

Ahora que lo noto, sus labios ya no están apretados. Un ligero espacio entre sus labios, deja asomar a sus dientes, lo que me hace recordar a su hermosa sonrisa. Necesito que vuelva a sonreír, de la misma manera en que sólo lo hacía para mi.

Su mano se mueve desde alado de su muslo hasta su cara, refregando sus ojos. ¡¿Despertó?!. No sé qué debo hacer, sólo necesito escucharla hablarme.

"Ashley! Al fin despertaste" Salto de la silla para acercarme más a ella.

Murmura algo que no logro descifrar qué y continúa refregándose los ojos, ahora con ambas manos.

"Sé que estas enfadada conmigo, pero estoy muy preocupado por ti. Hace horas que estoy esperando que despiertes" Apoyo mis manos en el borde de su colchón y no quito mi vista de ella, esperando su repuesta.

Creo que la estoy presionando demasiado, ella acaba de despertar tras tener un accidente de transito.

Ashley vuelve a murmurar algo que tampoco logro saber qué y por fin abre sus ojos para encontrar a los míos.

"Ashley ¿cómo te sientes?" Las palabras salen sin más, estoy desesperado.

"¿Qué?" ¿No escuchó?

"¿Cómo te sientes? hace mucho que estoy aquí" Acerco la silla gris para poder sentarme alado de ella.

No sé si debería avisarle a alguna enferma que ya despertó, lo más seguro que si, pero ahora solo quiero hablar a solas con ella.

"Me siento... mareada,si." Hace un gran esfuerzo para sentarse contra el respaldo de su cama.

"¿Quieres que le avise a alguna enfermera?" No sé qué hacer por ella.

"No, esta bien..." Hace una pausa pero no entiendo por qué.

"¿Qué?" Siento miedo.

"Tú nombre ¿cuál es?" Justamente esto temía.

El escalofrío más grande recorre por mi cuerpo y no puedo hacer otra cosa que rezar por que sea una maldita broma de mal gusto. Ella...¿no me recuerda? quiero lanzar algo y pisotearlo mil veces, cualquier cosa.

"Debes estar bromeando" Mi tono cambia automáticamente y los ojos de Ashley se centran fijamente en los míos. No, no lo está.

"Lo siento, pero de verdad no te recuerdo" ¿Cómo puede mantener sus malditos modales?.

"Soy Jack! Jack Parker" Comienzo a desesperarme aún más, no sé qué hacer.

"Lo siento..." La conozco demasiado, ella siente pena y está avergonzada por no recordarme.

"Iré a llamar a una enfermera" Dejo las lágrimas caer, ya no hay nada más que hacer.

Ella no me recuerda. ¿Olvidó todo lo que vivimos? ¿todo lo que hice por ella? ¿todas las risas y lágrimas de emoción?. Siento ganas de dormir para no volver a despertar jamás, Ashley no me recuerda. Espero que la enfermera haga algo, en cambio, destrozare cada sala de este maldito hospital.

Al salir en busca de una enfermera, tropiezo con Fernando, pero lo ignoro. No quiero que me vea llorar, la única que puede hacerlo es Ashley.

SalvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora