Narra Ashley
Mis ojos me pesan y me cuesta abrirlos nuevamente. Sigo aquí, en esta sala de hospital de paredes blancas, cortinas blancas, sabanas blancas y hasta cuadros blancos. Lo único que es de otro color aquí, son dos pequeñas sillas grises. Quiero volver a mi habitación ya.
Aún no sé qué sucedió conmigo, por qué estoy aquí. Nadie me da una respuesta concreta de qué hago aquí y eso me está molestando demasiado. Me están ocultando algo sobre mi, sobre mi salud. ¿Qué pudo ser tan grave para estar en una sala de hospital? por más que me esfuerce, no puedo recordar lo qué me trajo hasta aquí o cualquier otra cosa que pudo suceder antes.
Giro para ver un reloj digital, que cuelga de la pared blanca junto a la ventana, de cortinas blancas. ¿Por qué todo es blanco? eso también me molesta. Son las 16:54. La pastilla que me dió la joven enfermera, seguramente fue la responsable de mi siesta de media tarde. A todo esto ¿dónde está ella? tal vez debería llamarla para avisarle que desperté y que necesito una respuesta de por qué sigo en este jodido hospital.
Antes de poder hacer nada, la enfermera entra a la sala seguida de Fernando y el chico de ojos azules que vi anteriormente. Su rostro me es un poco familiar, pero aún así no logro recordar nada de el, ni siquiera su nombre o por qué está aquí, en mi sala. Tal vez es un compañero de trabajo de Fernando, aunque me parece muy joven para ello. Fernando no es tan viejo tampoco, tiene 33 años, pero aún así no relaciono al atractivo chico trabajando con el.
"Buenas tardes Ashley, me alegra que estés despierta" La enfermera de nombre Susan me sonríe.
"Buenas tardes" Trato de imitar su sonrisa, pero mi intento falla.
"¿Cómo te sientes?" Se acerca a mi con una bandeja de comida.
"Me siento mejor" Es verdad, no estoy tan mareada como antes. De seguro la pastilla y la siesta me hicieron bien.
"Eso suena bien. Traje algo para que comas, hace horas que no pruebas nada" Ella apoya suavemente la bandeja en mi falda y yo me acomodo para sentarme mejor.
¿Cuando fue la ultima vez que comí algo?.
"Esta bien" Simplemente respondo.
Mientras tomo un trozo de pan y lo mojo en mi sopa de verduras, observo al chico sentado junto a Fernando que no quita su vista de mi. ¿Me conocerá?.
Recuerdo sus ojos húmedos de lágrimas inyectados en los míos hace unas horas cuando le dije que no lo recordaba. El repitió su nombre dos veces y luego de volver a disculparme por no recordarlo, dos lágrimas seguidas cayeron de sus hermosos ojos azules y se retiró de la sala.
Ahora que lo pienso mejor, el debe conocerme. Pero ¿por qué yo no lo recuerdo a el? esto me da miedo.
Suelto el trozo de pan, que cae dentro de mi plato de sopa, salpicando mi túnica.
"¿Por qué no te recuerdo?" Mi tono suena más alto de lo que quería y todos abren los ojos como platos gigantes.
"¿Qué?" Responde el chico que parece nervioso ahora.
"Tú me conoces ¿verdad?" Lágrimas amenazan con salir de mis ojos.
Esto es muy confuso.
"Si" Suelta apenas, como si se arrepintiera de decirlo.
"¿Por qué no te recuerdo? ¿alguien puede responderme?" Grito y suelto las lágrimas.
Creía no entender por qué estoy aquí, pero ahora lo entiendo. Yo perdí mi memoria, no sé cómo, no sé cuando, pero la perdí, lo sé. Por eso este chico lloró cuando dije que no lo recordaba, el se dio cuanta que yo había perdido la memoria. Por eso no recuerdo cómo llegue aquí o qué mierda sucedió esta semana o la pasada. No sé qué día es hoy tampoco. No sé nada y lo único que quiero hacer es recordarlo todo.
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Salvación
Novela Juvenil*TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS *2014 *#14 Novela juvenil