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Bucky y tú

- Para fines prácticos tu nombre será
✨ Jessica ✨

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llevabas más de un vez llevando a diario un sándwich de jamón, queso y huevos junto con un café y jugo de naranja, eras la repartidora de un pequeño restaurante que debido a la pandemia había decidido ofrecer delivery, andabas en una bicicleta con canasto donde acomodabas los pedidos, y si eran demasiados usabas esa gran e incomoda mochila.

-Hola James! Tu desayuno! Listo y con un regalo por ser cliente frecuente, lo mismo de siempre

El chico era sumamente guapo no lo iba a negar, pero no pensaba hacer nada, si le coqueteaba o le hacía sentir incómodo podía dejar de pedir los desayunos al restaurant y seguro su jefe le regañaria, acepto en pago entregando la boleta y el vuelto.

- Gracias Jess, luces diferente... ¿Cambiaste de casco?

-Si! Mira este tiene orejitas de gato retráctiles, así que de día es un casco normal y de noche me sirven como luces, así los imbéciles en auto no intentan atropellarme

- ¿Atropellarte? Creí que utilizar bicicleta sería más seguro

-No en la ciudad, los peatones cambian por la vía de bicicletas, los autos no te respetan... Es algo complejo pero con cuidado y bien iluminada no hay problemas ¿Como estás? Veo que ya no tienes tanto pelo de gato con antes

Bromeó con alegría, llevaba dos semanas entregando cuando James bajo con una gatita entre su ropa, había desarrollado una gran dependencia emocional al punto que se le aferraba, luego de unos consejos rápidos al parecer le iba mejor con la minina.

-Si Alpine es simplemente muy mimada, y ahora que la peino a diario como me recomendaste siento que mi casa está menos llena de pelo de gato

-Te entiendo, yo lo aprendí a la mala así que comparto mi sabiduría contigo, oh tengo que irme, ¿Nos vemos mañana? Oh casi lo olvido, descuentos en almuerzos si los pides con anticipación y estos son por si vez a otros humanos que quieran pedir comida con nosotros! Buen día

Luego de entregarle los panfletos volví pedaleando a velocidad al restaurant para continuar con los pedidos del día, así acabó el turno y siguió sin cambios más de dos semanas, hablaba esos pequeños lapsos de entrega con él, y aún que parecían amigos ninguno se atrevía a pedir el número, la chica por temor a equivocar la cordialidad con amistad y el chico por que aún no se sentía totalmente listo para enfrentar el nuevo siglo y a las personas en el, la pandemia no le ayudaba a su salud mental y emocional, Alpine y tomar algunas clases en línea le habían ayudado un poco.

Ese día llevaba el almuerzo de James, eran dos así que asumió que tendría compañía o comería mucho, no le agradaba completamente la idea de que el tuviera compañia, en parte por el contexto sanitario y en otro por que llevaba poco más de una semana coqueteandole, al comienzo había sido sutil y casual pero los últimos días habían sido un poco más descarados, ya tenía su número pero no intercambiaban mensajes aún.

Iba algo distraída cuando un auto se hecho en reversa de la nada golpeándola con fuerza en la pierna y haciéndola caer, no había nadie en las calles y el señor del auto solo comenzó a gritarle que era su culpa y que debía pagarle la abolladura de su auto cuando su bicicleta estaba totalmente destruida, tenía la muñeca doblada y un rasguño sangrante desde el muslo hasta la rodilla, como pudo llevo la bicicleta hasta las afueras del departamento de James, en el mejor de los casos pediría desde allí un taxi a su casa y le explicaría a su jefe, James esperaa abajo como siempre, emocionado por su pedido pero más por la chica que lo traía, al verla en aquellas condiciones a lo lejos no dudó en ir por ella, la sangre de su pierna junto con el esfuerzo había hecho que su jeans azul ahora fuera rojo.