Fue tanto tiempo de haberlo pensado durante parte de su vida mecánica, sabe que ya era hora a pesar de los comentarios que reclaman una injusticia en esas acciones. Y sí, la petición es volver al planeta Cybertron por sólo echar un vistazo. La orden de Ultra Magnus se escuchó falsa en los Autobots cuando saben que al regresar se quedarían ahí por el resto de los años y sin ver a aquellos aliados humanos que según ellos reclutaron y prometieron mantener salvo al planeta Tierra. Sus razones para no aceptar la propuesta fueron el cariño de Jack por Arcee y la amistad de Raff con Bumblebee, si ellos supieran el próximo plan imaginarían el gran destrozo en sus corazones con el cual deberían de vivir a partir de ahora.
El evento de despedida fue como la de un sacrificio que haría un héroe; se había llenado de lágrimas humanas y regalos de los mismos para los seres Cybertorianos, jurando nunca olvidar la alianza que todos ellos reforzaron con los grandes planes y peligros enfrentados gracias a su ayuda. Los niños del pequeño grupo ya no aguantaban esas ganas de gritar sus nombres cuando ya iban a dejar a la Tierra, sus vidas volverían a estar destrozadas si eso fuera cierto, y ni siquiera su despedida la concluyeron con un simple abrazo a los gigantes cuerpos de metal con los que convivieron, ellos se habían acostumbrado a su cariño que hasta rogaban acompañarlos, pero entendían la petición anterior, pues lo hacían para salvar a su planeta y a su especie.
No había ninguna novedad cuando llegaron, ni una sonrisa apareció al pisar de nuevo el metálico y rocoso suelo de un Cybertron totalmente apagado, el ambiente fue lo único que se vio disfrutable con solo captar algo de las pequeñas partículas que iban merodeando por ahí, como si se hubiera conservado durante mucho tiempo y sin métodos de industria cybertoriana si realmente fuera el apocalípsis según ellos. Con solo un par de pasos los edificios casi destruídos esperaron su momento para caer y liberar un patrón de colores ya desvanecidos pero reconocibles, como si aún hubiesen registros de vida restantes.
—¡Hogar dulce hogar!— las primeras palabras de Bulkhead salieron con el fin de romper el incómodo y serio silencio entre el grupo de Autobots rondando por las calles, y con ello lo acompañó con unas vueltas extremas teniendo la precaución de no caerse
—Si estamos en Kaon, veremos que esta aún el coliseo de gladiadores— fueron las dulces palabras de Arcee apuntando al lugar
—Y hablando de gladiadores ¿Qué estará haciendo Megatron ahora?
Intentando distraerse con el trabajo diario y gracias a unos cuantos cambios, el ahora chismoso de Soundwave se la pasaba pensando en las palabras extrañas que decía su lord, Megatron, el tono de voz era dulce y suave con estar escuchando los poemas que dedicaba a nada más ni menos que a Orion Pax, la otra identidad de Optimus antes de obtener la Matrix de liderazgo. Lo escuchaba decir esas dulces palabras una y otra vez cuando podía y ni siquiera se lo comentó a sus compañeros; con ello pensó que Megatron se le había revuelto el procesador con pronunciar cada párrafo de los dulces y amorosos poemas que iba dedicando.
Los detalles lo convencieron de llevar su investigación con sólo caminando de un pasillo a otro asegurándose de que todo estuviese bien, lo cual para él fue un trabajo diario del cual se había hartado, fue obligado varias veces a hacerlo sin descanso a pesar de que no lo necesitaba. Exploraba tranquilamente por ahí hasta acercarse a las puertas de las que podía escuchar la voz de Megatron, la poesía había vuelto a traumar a Soundwave con verse presente sin que lo supieran. Aún tenía la teoría de que a Megatron le habían descompuesto el procesador, por lo cual se quedó ahí a escuchar las hermosas palabras que iba mencionando poco a poco, demostrando tener sentimientos.
—Una joya, dos joyas ¡Dos joyas! Dos de las que he perdido en estos momentos, una excelente decoración en tu rostro, me arrodillo frente a tí sujetando tu mano y pedir estar a tu lado por siempre ¡Por tu bien y por el mío!
