Los aires soplaban regularmente llevando frías temperaturas a todas partes, una que otra partícula ácida eliminando calles o cualquier cosa en la que aterrizase, todas ellas invadían un Cybetron aún conservando su estructura después de la guerra, aunque el ambiente se veía más gris y con grandes musgos morados rodeando los edificios, la apariencia dio más a fondo un planeta luego de un verdadero apocalípsis, sin vidas registradas ni aportes que se habían ocultado en lugares muy imposibles. El aspecto de un planeta desaparecido volvió aún con más tristeza en sí, sólo habitaba el frío y la oscuridad.
Lo bueno de ello era que no se surgió ninguna enfermedad cybertoriana al tener contacto con aquella sustancia viscosa teniendo esa apariencia de musgo venenoso, ni tampoco había ningún peligro cerca. En el coliseo los materiales suficientes estaban reunidos en filas y secciones, había un estante con D-pads de lo que parecían ser sobre los datos del pequeño Blackcore y fórmulas avanzadas del energon puro. Megatron lo había tomado como buen refugio y almacén a la vez, estaba demasiado preocupado por lo que había hecho un decaciclo antes, ahora se encontraba solo con el bebé y nadie más a su alrededor, estaban solos.
El pobre lloraba con desesperación intentando ser calmado con un cubo del lácteo cybetoriano, Megatron ya no podía pedir ayuda absoluta, eran los únicos en Cybertron y ya no hay más de su raza con los que puedan contactar, todos habían desaparecido después del horrible desastre que vivieron, fue una tristeza para él que ello sucediera sin ni siquiera un aviso. Si no fuera por su instinto no lograrían salir vivos de ahí.
Él sólo se sentó arrullando al niño calmadamente tratando de hacerlo dormir, fue difícil cuando se trataba de un ambiente tan frío sin ni siquiera una mínima señal de calor que pudiera generar. Quería llorar de la soledad, pero a la vez estaba enfurecido de lo que acababa de pasar, se arriesgó para salvarlos, todo para que solamente acabara en una tragedia peor que la primera. Intentó recargar junto con Blackcore esperando un día más de caos, pero las extrañas sensaciones de un mal llegaron a interrumpirlo.
—Para tí todo está acabado, ¿No?— Unicron aparece en forma cybertoriana, no parecía mostrar emociones, discretamente se quedó mirando al más pequeño
—No creas que soy tonto, sé que tú lo planeaste— Megatron responde molesto queriendo llorar, apartó al niño de ahí cubriéndolo con su cuerpo para generarle más calor
—Si realmente fui yo, ¿No has de haber sentido mi presencia? Sabes que él también puede
Sus palabras fueron tán lógicas cuando lo dijo por Blackcore, pues cuando primero había causado la supuesta muerte de su pequeño él sintió que era obra del dios, y sabiendo que lo del musgo con la desaparición de sus soldados y Autobots realmente fue misteriosa por decirlo. Se quedó callado un momento para pensar esas sabias palabras mirando al pequeño balbucear en busca de más calor, lo miraba con mucho cariño comparando su aspecto con el que tenía Optimus, eran bastante parecidos en físico, pero lo que cambiaba era su procesador, a veces se cuestionaban si tendría la misma mentalidad psicópata de su creador primario o la mentalidad honorífica de su creador secundario.
Unicron lo observaba tranquilo mientras entró en su mente a revisar sus pensamientos con cuidado de no ser descubierto, supo que se empezó a preocupar por Blackcore después de la nueva tragedia, entendió que lo había protegido muy bien después de todo, tal vez no debería pero sentía su dolor recorrer por ahí y sintiéndose culpable una vez más, ¿Qué le tocaba hacer ahora?.
—Tienes razón— finalmente contesta —Yo sólo hice lo correcto
Unicron reacciona y toma un "respiro" para hablar
—No me puedes ocultar tus sentimientos, Megatron— aclara sus "cables" —Lo hiciste por tu bebé, y no había otra forma de arreglarlo
—Lo entiendo a la perfección, pero ya no puedo hacer nada mas que tenerlo aquí oculto de los peligros
—Fuiste su creador primario, ¿No? Tienes que pensar como uno, ahuyenta ese miedo si quieres que sea alguien fuerte como tú y Prime
—¿Y en dónde tengo que comenzar?
—Justo en donde se necesite— parpadea —Te ayudaré en los momentos necesarios, nada más
Las últimas palabras hicieron que aquella entidad poderosa se esfumara por las extrañas nieblas que aparecieron de repente y justo cuando Megatron quizo decir algo, en cambio los gritos del sparkling aparecieron de nuevo y no eran por hambre, sino por tener algo de frío. Así que el Decepticon suspiró y lo colocó en la cunita logrando obtener el calor suficiente, además de eso prefirió quedarse un rato a cuidarlo y mirando cómo ladeaba su cabecita a los lados. Revisó las D-pads que tenía coleccionadas, algunas parecían tener los últimos mensajes de Optimus, Starscream, Arcee y los demás.
Las leyó cuidadosamente e imaginando sus voces en el procesador como si se trataban de ellos, la que más le motivó fue la de Bumblebee, quien expresaba sus sentimientos de familia hacia Optimus justo en el antes y el después de su rescate de la Némesis, sus sentimientos de dolor se tenían presentes aun así. Ya no podía soportar ese miedo justo como Unicron lo dijo, así que salió del coliseo mirando el cielo y deseando que las cosas cambiaran en un futuro cercano.
Todo sea por la vida de Blackcore y la suya; Por Optimus, el creador secundario, los co creadores y él mismo. No se rendiría aunque el destino se lo ruegue, sabe que hay un conflicto a enfrentar y pronto lo completará sin importarle si muere o no. Por fin se había decidido, así que volvió a por Blackcore, lo sacó de la cuna y fue a donde el dios Primus no sin antes despedirse de su ciudad. No pedía transformarse, pues sabe que el susodicho estaba cerca de su posición y que no es fácil pedir su ayuda por los actos malvados cometidos, seguía arrepentido de por sí aunque ya se había disculpado la mayoría de veces, hasta los repetía siquiera.
—Primus, ¿Me recuerdas?— se presentó —Sí, Megatronus, lo que fui una vez antes de enloquecer por completo, necesito tu ayuda
Tenía miedo de ser rechazado, así que abrazó un poco más a Blackcore quien estaba algo confundido ante la situación, pero de todos modos no le impidió hacer algunos ruidos, y Gravity, su mascota arácnida parecía apoyarlos también a pesar de no ser tan importante para ellos. Esperaron un momento y Megatron recuperó el valor suficiente como para pensar en sus siguientes peticiones.
—Últimamente me ocupé de mi bebé Blackcore yo solo, ha pasado tanto tiempo para sentirme casi agotado, ya se me acabaron todas la ideas posibles— suspiró —Dime, ¿Qué tengo que hacer ahora?
Espero otro momento cuando por fin su propuesta fue escuchada por Primus. Un destello apareció en la chispa del Anticon señalando a un destino desconocido, así que Megatron volvió a armarse de valor y equipó todo lo que necesitaba: D-pads, energon puro, el último leoncito de Wheeljack, la varilla infinita, y lo último del antídoto que consiguió y usó para salvar a Blackcore de la muerte causada a propósito por Unicron. Sabe que estaban apunto de salir de Cybertron, pero no le importó tanto si necesitaba primero educar a Blackcore a pesar de ser aún un bebé, y Gravity también estaría dispuesta a ayudar a su compañero en las buenas y en las malas.
Con sus telarañas señaló la ruta que debería de seguir Megatron para empezar con su deber como creador único, tampoco sabía a dónde los llevarían esos hilos pegajosos sabiendo que no terminaban aún. Seguía pensando en su destino y en las consecuencias, conservando ese miedo de fallar su cuerpo le dio la petición de volver y ocultarse, desobedeció rápidamente cuando Gravity le dijo en dónde serían sus pasos finales para llegar. Pero lo que realmente quería saber y ni siquiera expresó fue: ¿Cómo devolvería a Prime y a los demás?.
Ni siquiera le preguntó a Unicron...
