3. El millón de cartas

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Acabamos de llegar a la casa, tuvimos que escuchar el sermón del año, podríamos destacar "son bichos raros" "no comerán cena por 1 semana" "miren lo que le hicieron a mi pequeño Dud", además de matarnos de hambre por las noches decidió que tendríamos que nosotros preparar la cena durante esa semana. (. y le escupo el jugo). Será una semana bastante larga, me encantaría irme de aquí con Harry y descansar, comer bien y salir de la tortura que es vivir con nuestros tíos por lo menos 2 días.

Más tarde en la noche...

Luego de estar toda la tarde ayudando a nuestros tíos con las tareas del hogar, aunque no fue ayudar, lo hicimos todo nosotros.

—Enano. —Digo para sacar tema de conversación antes de dormir, Harry se había hecho daño con unos vidrios que había en el piso, cabeza de maní había roto un plato porque perdió en su videojuego.

—Dime

—¿Cómo sigue tu mano?

—Meh, podría estar mejor, pero no te preocupes, Meli. —respondió restando importancia.

—¿Te imaginas cómo hubiera sido nuestra vida si nuestros padres siguieran vivos? —pregunté de forma repentina.

Es una pregunta que recorre mi mente todos los días. Es como un espiral en el que al entrar no puedes salir. Solo imaginas escenarios que nunca serán reales, ya que antes que cualquier "te imaginas que..." hay que tener en cuenta la realidad. Y la realidad de Harry y la mía era esta, día tras otro en un cuarto de escobas.

Harry queda callado por unos segundos, pensé que se había quedado dormido.

—Sinceramente... no lo sé, pero sé que no estuviéramos durmiendo en un cuarto de escobas, tampoco usaríamos ropa vieja de nuestros tíos o de Dudley, así como también sé que sería todo totalmente distinto, aunque no sabemos cómo fueron nuestros padres, Vernon y Petunia no dicen nada del tema. —dijo entre pausas y con un tono de tristeza en su voz.

—Pues tienes razón, me gustaría tenerlos ahorita aquí. —hice una mueca que supongo que él no pudo ver.

—Siempre la tengo, cabeza hueca y a mi también me hubiera gustado.

—Que modesto eres, Harry James, buenas noches.

Soltó una risa muy baja, supongo que para no hacer ruido.

—Buenas noches, Melissa.

—Te quiero.

No pude evitar recordárselo, no me imagino cómo sería vivir todos los días esta tortura sin él, sin saber que alguien ahí me entiende, vive exactamente lo mismo que yo y que si estamos juntos, no hay tortura que se haga muy pesada si estamos ambos.

—Yo a ti. —respondió dándome la espalda para dormir.

Yo hice lo mismo y me sumergí en mi mundo de sueños.

...

Han pasado unas cuantas semanas, de hecho, ha pasado tanto que es 30 de Julio, mañana es mi cumpleaños, ah y el del enano de mi hermano. Pasaron muchas cosas estas semanas, muchas cosas, empezaron a llegar montones y montones de lechuzas trayendo cartas y cartas de ese tal colegio (quien manda cosas con lechuzas), pero no hemos podido agarrar ninguna ya que nuestro tío siempre nos la quitaba o la volvía a quemar, es un monstruo, un monstruo gordo y horrendo, un día llegaron miles de cartas por la chimenea la cual estaba apagada, pero antes de que leyéramos alguna Vernon nos sacó de ahí y nos llevó a un hotel, pero adivinen que, JA, llegaron montones de lechuzas  a la entrada del hotel, así que se quejaron y Tío Vernon no puso resistencia y se fue. Ahora, un poco más creativo que antes, nos fuimos a un casa que pareciera débil, esta se encuentra en una piedra en la mitad del mar junto a una costa.

Para ser sincera, siento que la cama del cuarto de escobas es más estable que esa casa.

Es una casa bastante pequeña, tiene un cuarto y una sala con un sofá y una chimenea, a Harry y a mi nos tocó dormir en el piso con una pequeña manta, es bastante incómodo, pero no podemos hacer más. Está lloviendo muy fuerte y hay un montón de viento, parece que la casa va a salir volando en cualquier momento.

—Harry. —lo llamé en un susurro para que Dudley no se despertara.

—Dime, tonta.

Dibujé un pastel de cumpleaños en el suelo con un poco de polvo que había en el piso.

—Faltan 2 minutos. —se le dibujó una sonrisa de lado y me ayuda decorando nuestro pastel dibujado.

Miramos con ansias el reloj en la muñeca de Dudley, quien se encuentra en un profundo sueño en el sofá que está situado enfrente de la chimenea.

—5. —conté.

—4. —siguió él.

—3

—2

—1

—Feliz cumpleaños, cabeza de chorlito.—me dijo Harry mientras me abrazaba.

—Feliz cumpleaños, enano sin cerebro.—le dije mientras le daba un abrazo, luego apreciamos nuestro pastel pronuncié—prometo que algún día será el pastel más delicioso e increíble del mundo, tanto así que Dudley y todos sus tontos compañeros le tendrán envidia. —luego de decir eso a Harry le salió una pequeña sonrisa para luego soplar las "velas" junto a mi.

—Así será pequeño saco de piojos. —me responde mientras me da un pequeño golpe en el brazo.

—Cada día más creativo con los apodos, eh, Harry?

—Sabes que lo creativo e inteligente es algo yo tengo, pero a mi parecer tú nunca heredaste.

—Bueno, por lo menos yo no reprobé el examen de lect.. —mis palabras se vieron interrumpidas por un fuerte golpe.

PUM, PUM, PUM

Se escuchaban golpes provenientes de la puerta, Harry y yo nos escondimos junto a chimenea, no nos veíamos, no se si es porque somos muy chiquitos, porque estamos flacos o ambas.

PAFF

Escuchamos caer la puerta, a este punto estaba temblando del miedo, no sabía que hacer, tenía mucho miedo.

Nota de autora: Holaa, por fin pude publicar, tardé unos días porque no tenia internet y pues bueno, perdón, pero por eso les dejé 2 capítulos, así que corran a ver el siguiente, les quiero mucho, un beso en la frente para todes. <33

-B💚

¿Siempre fuiste tú? 💚 [en proceso] |Draco Malfoy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora