22. El partido de Quidditch

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Me desperté en la cama de Harry, me incorporé y miré a los lados, ahí se encontraban Harry y Blaise dormidos en el piso, teníamos que irnos antes de que los demás Gryffindor se despierten.

Me agaché junto a Blaise y le empecé a agitar el hombro.

—Blaise, despierta. —ni se mueve—. Blaise, despierta. —sigo agitando su hombro, pero esta vez con más intensidad—. Ni modo. —saco mi varita—. Aguamenti.

Un ligero chorro de agua sale de la punta de mi varita y cayó sobre el moreno el cual se despertó de golpe.

—¿¡Qué demonios te... —lo interrumpo con un shhh—. ¿Que te pasa, Melissa? —esta vez susurra.

—Nos tenemos que ir a la sala común de Slytherin antes de que los Gryffindor se despierten, idiota.

—Agh. —puso los ojos en blanco y se paró del suelo.

Desperté a Harry para poder despedirme de él y salimos de la sala común de Gryffindor.

—Te la pasaste bien anoche, después de todo no te caen tan mal los Gryffindor. —inquirí subiendo y bajando las cejas.

Se cruzó de brazos.

—No se de que me hablas. —respondió mientras miraba los cuadros.

—Ya no te puedes quejar cuando los Gryffindor te miren por más de 5 segundos.

—¿Tu conoces a gente de todas las casa? —preguntó el moreno ignorando mi comentario.

—Se podría decir que si, a ver, no hablo con los Hufflepuffs, pero supongo que si.

—Bueno, nos servirá para cuando queramos escaparnos de la sala común.

—A ver, Blaise, no será siempre así.

—Ñiñiñi.

Es un niño pequeño.

Llegamos a la sala común de Slytherin y por suerte no había nadie, lo que menos quería era dar explicaciones o ganarme un regaño de los prefectos.

Canté victoria muy pronto.

Un Draco molesta baja las escaleras.

—¡Zabini y Melissa! ¿Donde estuvieron en la noche? —se cruzó de brazos y nos miró.

Estaba celoso. ¿Por qué me gusta verlo celoso?

—Oye, Barbie Slytherin, no me grites que me duele la cabeza, creo que comer mucho dulces y dormir tarde ni me ayudó. —responde Blaise poniéndose los dedos en las sienes.

—¿Tuvieron una pijamada? —la voz de Draco ya no sonaba molesta, solo indiferente, pero él es muy fácil de leer.

No le daba igual, solo lo ocultaba.

—Larga historia, rubio oxigenado, te la contaremos, pero no estés así. —dije mientras me acercaba a él y le pongo las manos en los hombros—. Ahora, tengo que bañarme, bye, idiota. —le di un pequeño beso en la frente.

—Mel, tengo que decirte algo. —escucho la voz de Draco a lo lejos, pero ya había empezado a correr por las escaleras.

Subí a toda velocidad para no llegar tarde, hoy es viernes y toca mi asignatura favorita, Defensa Contra las Artes Oscuras y no quería llegar tarde.

Al entrar a mi habitación me centré en mis compañeras de habitación, no estaba Pansy, solo Daphne, la cual estaba alisando su túnica.

—¿Y Parkinson? —le pregunto a Daphne mientras me quito mis zapatos.

¿Siempre fuiste tú? 💚 [en proceso] |Draco Malfoy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora