Recuerdos

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-debo irme, jiang wanyin de seguro vendrá en cualquier momento- con todo el pesar en su voz, lan Wangji guardo su qugin dentro de la bolsa qiankun, volvió a la cama en donde se encontraba su amado, lo miró por última vez con aquella expresión tan calmada y plena recordando aquella sonrisa que ya había desaparecido de su rostro. Dejando un último beso en su frente lan Wangji se retiro de la habitación, cerrando aquellas puertas de madera mientras daba un último suspiro. Lan zhan no podía expresarse como realmente se sentía, para algunos solamente daba un suspiro de aliento pero lo que realmente sentía era tristeza y dolor dentro de su corazón, otra vez le habían arrebatado lo que mas quería tal y como cuando tenía seis años.

No sabía cómo enfrentar aquello, una parte de sí mismo se había roto y desvanecido junto a wei wuxian pero la otra parte sabía que tenía que ver por sus propios ojos que es lo que realmente había sucedido, temeroso de volver a gusu solamente pudo ir a un solo lugar para poder buscar consuelo, aquel lugar donde se habían visto por última vez, los tumulos funerarios.

Siendo seguido desde lejos jiang cheng vio como lan Wangji se iba de lanling jin haciendo desaparecer aquellas túnicas blancas por los senderos mientras era despedido por los sirvientes, quedándose frente a aquella puerta en la cual se encontraba su hermano estaba en conflicto consigo mismo. Por una parte se sentia realmente miserable, aquellos días en los que yummeng había sido quemado y dejado en un futuro incierto, los rumores sobre la falta de disciplina en la secta Jiang y el que era un joven poco apto para ser líder debido a que no sabía ejercer tal papel con sus subordinados, todo era relacionado con wei ying. Tal como su madre lo había dicho alguna vez, él mismo había destruido a la seca jiang con sus problemas de por medio, sin embargo aún era su hermano, aún era aquel niño que siempre prefería jugar con él que con otros por no dejarlo solo, su compañero de travesuras, la única persona quien realmente creyó en él , a pesar del rencor que guardaba aún había tristeza dentro de él. Después de haberse ido a gusu junto a lan Wangji, jiang cheng se quedó solo reconstruyendo el embarcadero de loto, sin dormir noches ni días preocupado por el futuro de una secta que se encontraba en cenizas y por el estado de su hermano, quien aún tenía que aprender a controlar la energía resentida que habitaba dentro de su cuerpo.

-........ - abriendo las puertas de madera jiang cheng entró a la habitación, encontrándose con el cadáver de wei ying totalmente vendado y completamente destrozado. El verlo de aquella manera en ese estado le trajo una gran conmosion, lágrimas salieron de sus ojos, incapaz de sostenerse de pie empezó a llorar haciendose caer durante el proceso en el piso, lamentándose completamente de las palabras que alguna vez le había dicho, mientras se tapaba la boca para que nadie escuche sus gemidos de dolor se desplomó completamente.

-wei wuxian......- zidian empezó a brillar en su dedo guiada por el odio que albergaba su corazón, levantándose de golpe empezó a mover aquel látigo que emitía luz morada, sin embargo se detuvo con sólo mirar a su hermano en aquella posición en la cual parecía dormido y en paz, con las lágrimas saliendo de su rostro apretó a zidian con tanta fuerza haciéndola detenerse que su mano se lastimó en el proceso. Cayendo de nuevo de rodillas se desplomó sujetando la mano de wei ying mientras lloraba por su perdida.

-¿¡como debería sentirme ahora?! Me prometiste que volverías conmigo y te quedarías para siempre, que lo controlarías. ¿¡Como te atreves a morir de esta manera?! Siempre quisiste ser el héroe, si solo.... Si tan solo..... Nunca te hubieras encontrado con wen qing.... Quizá ahora estarías conmigo y jiejie-  tocando aquella mano pudo sentir como el cuerpo se enfriaba cada vez más, no importa cuánto llorara o suplicara, su hermano ya se había ido.

-te advertí que esto podría pasar....... Tendría que haberte obligado a volver a yummeng conmigo...... Si ibas a morir ahora..... Entonces........ ¡¿Por qué planeaste tu suicidio?!- exclamaba entre lágrimas.

Melodia De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora