Melodia De Amor

Madre Es.... Parte I

-......¿ Seguirás haciendo esto cada vez que vengas? ..... A-ling... - jiang cheng miraba como jin ling se postraba ante las plaquetas de la familia jiang en el salón ancestral, ahí se encontraban Madam Yu, Jiang Fengmian y.... Wei wuxian.

-si jiujiu.... Mi madre me decía... Que siempre debia dar mis respetos ante mis abuelos y mi tío wei... Aunque no haya podido conocerlos... Se que aun pueden escuchar mis plegarias y saludos.....aun siguen siendo mi familia. También..... Debo agradecer mas a mi tío wei, quien aun me sigue protegiendo- decía jin ling mientras admiraba aquel brazalete de cuencas de color negro que poco a poco le empezaba a quedar más justo. Antes se le caía, pero ya le empezaba a quedar bien. Jamás se la quitaba, en especial cuando sentia miedo o inseguro siempre la tocaba delicadamente, como si sintiera que si lo hacía wei wuxian lo ayudaría y lo acompañaría siempre a enfrentar los problemas.

Sujetando incienso entre sus manos y prendiendolos, Jin ling veía aquellas plaquetas que relucian en el salon ancestral. Había escuchado maravillas por parte de su madre sobre wei wuxian, sus aventuras desde joven junto a su tío jiang cheng, sus habilidades de gran cultivador y la inteligencia y creatividad que tenía wei wuxian, sin embargo aún se preguntaba la razón del porqué su tío no venía cotidianamente al salón ancestral a visitarlo, siendo considerado como los orgullos de yunmeng en esas épocas, era extraño que no haya restos de inciensos o si quiera prendidos en aquel lugar. Parecía como si estuvieran abandonados.

-.... Cierra cuando acabes... - jiang cheng no visitaba el salón ancestral con frecuencia por muchos motivos. El primero era porque le causaba dolor ver ahí a sus padres, sentia resentimiento y tristeza por ambos al mismo tiempo. No fueron buenos padres con el, no le tenían cariño y le hicieron daño, demasiado daño que hasta ahora se sentía inferior e inseguro, pero aún así, eran sus padres. Habían noches en las que se preguntaba si iba al salón ancestral para dar sus saludos por respeto o por obligación.

Luego estaba wei wuxian. Como podía definir lo que sentia por wei wuxian. A pesar de todos los años que hasta ahora habían pasado no había podido apaciguar aquellas emociones que se sentían como la primera vez que vio aquella plaqueta traída por Zixuan después de su muerte.

-¡cómo te atreves! No te olvides de quien es este lugar Zixuan. Tu no mandas aquí ni ordenas nada, llevate a tus hombres fuera de yunmeng ahora mismo.....- clamaba jiang cheng haciendo relucir a zidian en el acto. Viendo cómo aquellos hombres de la secta jin traían consigo un objeto cubierto con un velo dorado entre sus manos, fue que se dio cuenta de la razón de aquella visita. Tan sólo había pasado unos días del funeral de wei wuxian y de la pelea que tuvo con jiang yanli, su querida hermana, pero aún así no quería ver por nada del mundo esa plaqueta.

-líder de secta Jiang... Vengo en nombre de mi señora y en representación de nuestra familia a dejar el nombre del que era mi cuñado en el lugar que corresponde, el salón ancestral de la familia Jiang- jin Zixuan no quería pelear en ningún momento, jamás pensó que llegarían a tales circunstancias si quiera. Cuando escucho por parte de yanli aquellas palabras duras que jiang cheng le había dicho fue que pensó que aquella relación de hermanos se había quebrado por completo, por lo que el mismo decidió ir a yunmeng a dar el lugar que le corresponde a wei wuxian como hermano menor de jiang yanli.

-¡largate de aquí ahora mismo! Si no quieres salir herido, llevate eso, no dejaré que entres a esta propiedad- acercándose un discípulo a Zixuan, este estaba dispuesto a sacar su espada para protegerlo. No obstante Zixuan levantó una mano y le dio una mirada negando toda orden de atacar a jiang cheng.

-líder de secta Jiang, no volveré a lanling Jin hasta realizar el propósito de mi viaje. Le pido que medite sus acciones, recuerde que esto es en memoria de wei wuxian, el se ha ido, wei wuxian ha muerto- declaraba Zixuan con el corazón en la mano mientras miraba fijamente a jiang cheng quién sólo fruncia más el entrecejo y lo miraba con una inexplicable ira.