Mystic Falls, hogar de lo sobrenatural, un lugar donde habitan, vampiros, hombres lobo, brujas y los originales.
Todo empezó con la llegada de los hermanos Salvatore, eso ocasiono un sin fin de acontecimientos.
Pero todo termino de estallar con la l...
Cuando él hace la pregunta ella se queda estática en su lugar sin poder responder, ¿Qué se dice en estos casos? Si, no, no lo cree ella aun tiene el mal sabor en la boca, por lo que él ocasionó el día de la fiesta, ella hallando la voz que se le fue al verlo se obligo a si misma abrir la boca y que las palabras salieran.
— Lo siento — dijo mientras guardaba su libro en la mochila — Estaba apunto de irme
— Prometo que no te quitare mucho tiempo — él suspiro — Solo quiero hablar y disculparme
— ¿Disculparte? — sonrío con ironía — ¿Por qué te compórtaste como una bestia? O ¿Por casi romperme el brazo?
Él se sentó enfrente de ella y los dos se enfrascaron en un silencioso incomodo, para él no era fácil pedir perdón.
— Lo siento — soltó por fin, ella lo miro — Me porte de una manera grosera y un poco brusca, no tenia motivo para tratarte así solo que — suspiro — Me recordaste a alguien que creí haber perdido hace mucho tiempo y no supe como reaccionar
— Entiendo — dijo ella — No en realidad no entiendo y sigo molesta contigo
— ¿Y si te invito un helado? — pregunto él
— Podría funcionar
Él intento sonreír, pero salió más como una mueca — De verdad lamento que hayas tenido que ver esa faceta mía, no fue bueno — agacho la cabeza
Con un suspiro hablo — Hola soy Adhara, Adhara Collins y ¿Tu eres? — le pregunto con una sonrisa en los labios, el hibrido al escuchar estas palabras levanto la cabeza para encontrase con ella y una sonrisa — Y bien Me dirás tu nombre o ¿No?
Klaus al verla sonrió, lo estaba invitando a empezar de cero — Mucho gusto, yo soy Niklaus Mikaelson
— El gusto es mío y ¿Qué te trae por acá?
— Bueno, en realidad y perdón el atrevimiento — sonrió con coquetería — Te vi desde afuera y me pregunte que hace una dama tan hermosa sola
Ella sonrió — Ya sabes, dicen que estar sola que mal acompañada
— Si quieres me voy
Los dos soltaron una carcajada y así comenzaron una nueva charla volviendo a sentir ese magnetismo.
