Invitación

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Tamborileaba con mi lapicero sobre la superficie de mi pupitre, esperando a que el minutero del reloj de la pared avanzara con premura. Podía escuchar los casi imperceptibles sonidos que las agujas hacían al moverse: tic toc, tic toc, tic toc. A esta altura del año no tenía ímpetu en seguir escuchando al aburrido profesor de matemática dictar la clase; ya era una experta en ecuaciones logarítmicas, no necesitaba escuchar la lección una y otra vez solo porque los mismos inadaptados de siempre no habían prestado atención.

─ ¿Ya tienes acompañante para el baile? ─preguntó en un susurro mi amiga Tenten, aparentemente era el único tema de conversación que tenían los estudiantes del Konoha High School. Aunque la pregunta no estaba fuera de lugar, faltaban menos de cuatro días para que el condenado baile ocurriera.

─Aún no, ya estoy perdiendo la voluntad de ir ─le respondí con desinterés, y es que no podía importarme menos. Sí había recibido propuestas, pero no podía corresponder ninguna: en primer lugar estaba Daimaru, un chico con el que salía pasar el tiempo durante la niñez, pero cuya falta de intelecto hizo que me distanciara; seguido a él me invitó Hidan, un joven mayor que había repetido el curso y que era conocido por sus extrañas charlas sobre religión y rituales; también estaba Sasori, supongo que era el mejor partido de todos, era guapo pero se sabía que andaba con una mujer diferente cada semana; al final estaba Shikamaru, uno de los estudiantes más vagos e inteligentes, sin embargo hay un rumor que dice que cada vez que esta con una chica se queda dormido cuando están en medio del sexo.

─Yo voy a ir con Sakura, ¿viste lo hermosa que es? ─me preguntó esperando que respondiera de forma afirmativa, y tuve que hacerlo. No podía contradecirla cuando estaba en lo cierto.

─Ya me gustaría ser como tú, los hombres son unos completos idiotas, salir con mujeres debe ser mucho más entretenido ─comenté curiosa, desde que mi amiga había salido del armario como lesbiana no podía dejar de considerar esa posibilidad. Incluso llegué a contarle a mi mejor amiga, Ino, quien no dudó en besarme de repente para aclarar mis dudas. El resultado fue rotundo: estaba condenada a enamorarme de hombres.

─El problema no es que no te hayan invitado, sino que estás esperando esa invitación ─el énfasis que puso en la palabra "esa" casi hace que me caiga de bruces al suelo. Esa maldita Tenten, era evidente de quién me estaba hablando.

Mi relación con Naruto Uzumaki había empezado con el pie izquierdo: fue hace unos tres años atrás, estaba cargando con una maqueta del sistema celular que debía presentar en clase cuando el rubio chocó contra mí, arruinándola; estaba corriendo puesto que se había quedado dormido y estaba llegando tarde. Casi lo asesino en el acto, pero a cambio de eso, me agarró un incontrolable ataque de risa, que él empeoró con su nerviosismo y disculpas. Al final tuvo que pararse frente a toda mi clase para explicar que había sido él quien destruyó mi maqueta; y yo terminé llevándome una calificación perfecta a casa. Desde ese momento comencé por cruzármelo con mayor frecuencia (principalmente porque se volvió el mejor amigo de mi hermano menor, Gaara, y nadie quiere siguiera acercarse a él) y llegamos a formar un único grupo de amigos.

─Cállate, Tenten. Naruto es tres años menor que yo ─dije como si aquello fuera un impedimento, pero al ver que no la había convencido, decidí cambiar mi estrategia─. Además, es demasiado distraído como para invitar a alguien, seguro ni siquiera termina yendo al baile.

La castaña estuvo a punto de recriminarme cuando el sonido de los parlantes del salón nos llamó la atención. Inmediatamente suspiré, jamás estuve más agradecida de que uno de los molestos anuncios de la directora Tsunade interrumpiera mi conversación. Era la oportunidad perfecta para dar el tema por muerto. Pero claro, no sabía para ese momento lo equivocada que estaba.

─Hum... Hola... ─murmuró una voz a través del parlante, una voz que me era peligrosamente conocida. Pude ver la insistente mirada de los ojos oscuros de Tenten, ella parecía haber adivinado qué era lo que estaba por acontecer ─. Soy Naruto Uzumaki, de la clase 1-C.

─¿Qué diablos hace Naruto? ─murmuré confundida, el nerviosismo de su voz me había calado en los huesos. Una parte de mi cuerpo me advirtió que debía salir corriendo de inmediato.

─Lo único que quiero es invitar al baile a la mujer más hermosamente doncella que conozco ─el corazón me dio un salto, él siempre estaba diciéndome doncella, era su apodo.

─¿Está hablando de ti? ─preguntó Tenten con curiosidad, no fui capaz de responderle porque Naruto siguió hablando a través de la radio de la institución.

─Así que, por favor, Sabaku No Temari, ve al baile conmigo ─el chillido de mis compañeras de curso me retumbó en los odios, la situación se había vuelto un completo desastre y ni siquiera pude escuchar los comentarios suspicaces de la castaña a mi lado.

─¿Con el idiota de Uzumaki? Imposible ─escuché a alguien decir en la ola de murmullos. Estuve a punto de salir en su defensa, pero el sonido del timbre anunciando el inicio del receso me hizo salir corriendo rumbo al patio de la escuela. Sentía las miradas de los estudiantes sobre mí, por supuesto, todos habían escuchado el bochornoso mensaje.

─¡Temari! ─Naruto llamó mi atención, acercándose a mí con un visible sonrojo en sus mejillas. Estaba agradecida de portar un bronceado perfecto en toda mi piel, sino me hubiera encontrado de la misma manera─. ¿Qué me dices? ¿Aceptas mi invitación?

─¿Cómo conseguiste el permiso para usar la radio escolar? ─pregunté, ignorando sus interpelaciones anteriores. Daba gracias de encontrarnos en uno de los pasillos menos transitados del establecimiento, sino me hubiera sentido abrumada.

─Iruka sensei habló con la directora, puede ser muy convincente cuando quiere ─me respondió rascando su nuca de forma apenada. Asentí con la cabeza y luego comencé a alejarme de él, pasando por su lado─. ¡Espera! ¿Eso es un no? ─su frustración era palpable.

─Yo no dije eso ─comenté, deteniendo mi paso, pero sin voltearme a verlo─. Voy a usar un vestido rojo así que asegúrate de tener una corbata que combine... Y pasa por mí a las nueve ─No permití que viera la sonrisa que tenía tallada en el rostro y me retiré sabiendo que, a fin de cuentas, si iría a ese condenado baile.

One shot's NaruTemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora