Capítulo 2

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Capítulo 2: Recuerdos de ángel.

°°°

Cenicienta/Allison.

» Casa de los Williams James ¿En qué puedo ayudarle?

» ¡Cuánta formalidad! _dice una chica al otro lado de la línea.

» ¿Jaz? ¿Eres tú?

» Sí Marie Allison, soy yo. ¿Cómo está todo?

» Pues, la verdad es que todo está igual desde que te fuiste a España. ¿Qué novedades hay de tu padre?

» Está mejorando, eso creo, al menos ya salió del coma.

» ¡Por Dios Jaz! Es una gran noticia. No sabes cuanto me alegra escuchar eso. Espero que se solucione todo... en serio que sí.

» Yo también Ally, por lo pronto volveré a casa en la noche.

» ¿De verdad?

» Sí. No quería abandonar a mi padre en un principio pero, mamá dice que he perdido ya muchas clases y que de seguir así desaprobaré varias materias y sé que a papá no le gustaría eso.

» Claro, tiene razón Jaz, además es nuestro último año antes de la universidad, puede afectarte mucho.

» ¡Yah! Tengo que irme, debo despedirme de papá en el hospital y luego alistar las maletas... Oye, una cosa más...

» Sí, dime.

» ¿Crees que podría quedarme con ustedes? Es que... en casa solo están los empleados y no quiero sentirme sola, mamá sigue de viaje por asuntos de trabajo y papá... bueno ya sabes, mi madrastra se queda acá con él y no tengo ganas de pasar tiempo con esa odiosa de Belinda.

» Entiendo. Claro que puedes quedarte, por mí está perfecto, lo consulto con mamá y después te aviso ¿va?

» Gracias, un beso Ally.

» Cuídate Jaz.

Cuelgo.

A Jazmín Morrison la conozco desde que éramos pequeñas. Hasta ahora, ha sido mi única, verdadera mejor amiga.
Hace un mes su padre, el señor Javier Morrison, tuvo un accidente en la constructora, de la cual es dueño y luego de salir de gravedad, cayó en un estado de coma.

Sus padres están divorciados hace algo más de tres años, cosa que no ha sido fácil de sobrellevar para Jaz. Menos aún el hecho de que su papá se haya casado poco después y su familia creciera con madrastra y la hija de esta incluidas.

––¿Qué haces ahí parada como un adorno? ––pregunta mi abuela. ––Anda a buscarme un pedazo de pastel.

––No Nani, el médico te prohibió los dulces. No puedo.

––Solo será un pedacito. "Una vez al año no hace daño"

––Lo mismo dijiste la última vez y tú terminaste en el hospital y yo me llevé un regaño por parte del doctor y de mamá.

Cenicienta en-línea [EN CURSO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora