IV. Dulce bebé

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—Ah, Daddy...

Los labios de Jungkook recorren su cuello con suaves besos, caricias húmedas sobre la piel del pelinegro que se aferra con las manos al cuello del mayor. Baja por sus clavículas, sus fuertes manos recorriendo la espalda de Seokjin bajo la camiseta, suaves gemidos acariciando sus oídos mientras Jungkook embiste dentro de su pequeño, suaves ondas rítmicas y lentas.

Sale casi por completo para volver a entrar, sacando así de la garganta del menor leves gimoteos de placer en vocales de "ah, ah", sonidos dulces al reprimir Seokjin sus gemidos, pequeños "mmhg, aahhm" que le provocan sonrisas a Jeon, besando los dulces labios rosados.

Es lento, suave, lleno de caricias y pequeños besos esparcidos en el cuerpo de Jin. Le besa los hombros, las clavículas, el cuello, subiendo por el contorno de su barbilla hasta el labio inferior, donde se detiene a admirar hacia abajo, el rostro de ese ángel de cabello oscuro, sus labios semi abiertos, sus ojitos cerrados y mejillas sonrosadas.

Jungkook quita la holgada prenda del torso, Jin se deja hacer por Daddy, quien de inmediato lo abraza para que no sienta frío. La oficina de Jungkook está cerrada con llave por el tiempo que su bebé esté ahí de visita, pero Seokjin sabe que deben ser discretos, porque "No está bien visto hacer el amor fuera de casa".

Pero eso no le importa, en lo absoluto.

Él hace el amor con Jungkook siempre, cuando se toman de la mano en el parque o se besan en la fila del supermercado.

Cuando se sienta en el regazo de Daddy a escuchar su día de trabajo, mientras lo despeina con las manos. Cuando se dan los buenos días entre cálidas mantas blancas o Daddy le pone shampoo en su cabecita en la ducha. Para Seokjin y sus veintiún años de experiencia en la vida, "hacer el amor" consiste en pequeños detalles, como besar la oreja de Daddy porque "Eres el más guapo para mí, no escuches a toda esa gente mala, Jinnie, te ama Daddy", contar sus pestañas cuando él despierta antes en las mañanas, comparar el tamaño de sus manos y susurrarle cuánto lo ama mientras se funden en uno solo.

—Te amo, mi dulce Jinnie... —Jungkook le susurra contra los labios, acariciando los cabellos húmedos de su nuca. —Me haces tan feliz, mi bebé...

Jin sonríe, su respiración agitada y razón nublada por el placer de su cuerpo, cuando Jungkook acierta en estocadas suaves y lentas en ese punto que lo hace delirar, que tan difícil le provoca contener sus gemidos altos, porque hay gente trabajando en la oficina de al lado.

—T-también te ¡ah!... —Jin esconde su carita en el hombro del más alto, sus uñas encajadas en su espalda. —Te... te amo, Da-daddy...

Shhh... —Jeon muerde sin fuerza el lóbulo izquierdo de Jin. —No queremos que nos regañen bebé...

—Lo siento... —Sus piernas, alrededor de la cadera de Jeongguk, tiemblan en cada embiste. —E-es que m-me... me...

—Ya casi amor, aguanta por Daddy... —Jungkook se sujeta al escritorio, una mano al rededor de Jin sobre sus piernas.

Ambos se deshacen en un beso profundo, más necesitado y sensual. Sus cuerpos casi llevados al límite, a punto de llegar al éxtasis conjunto, un paso más cerca en cada embestida ahora más rápida de Jungkook. Jin se muerde una mano, intentando con creses no hacer mucho ruido.

—Eso es, eres mi niño bueno Seokjinnie. —Jeon le acaricia los muslos, sube hasta su erección y comienza ese delicioso vaivén sobre el miembro del menor, a punto de lograr el clímax. —Me encantas... Seokjin... Ah, eso es bebé...

Al ritmo de su muñeca, Jungkook entra dentro de Seokjin asegurándose de tocar ese punto que lo hace delirar. El pequeño se deshace en temblores, aprieta las piernas y se recarga en el hombro de Jeongguk cuando el orgasmo llega a su cuerpo, liberando en cuerdas blancas su éxtasis. Jeon le sigue, llenando de su esencia la funda del látex que decidieron usar para no hacer un desastre y ensuciar a Jin, ahí en medio de la oficina donde no podría limpiarse como se merece.

La camisa blanca de Jeon es teñida del semen de su pequeño, manchando también su corbata negra un poco en el proceso, pero no le importa, no cuando tiene a Jin dormitando entre el sueño y el placer sobre su pecho.

Jungkook tiene otra camisa, puede cambiarse al salir juntos rumbo a casa después de seguir fingiendo que quien fuera su asistente becario en el pasado, ha ido solamente a buscar una carta de recomendación.

Jeon lo arrulla, pasando sus dedos por entre el cabello de Jin mientras sus respiraciones se ralentizan.

—Mi pequeño... —lo deja dormir, subiendo su ropa interior apenas de un movimiento rápido que no despierte a Seokjin entre sus brazos. —Mi dulce bebé...    

   

 

   -jeonseokjinniee. 🥀

Daddy's little boy || GgukJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora