XVI. Ángel

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A veces se pregunta, si Seokjin es realmente consciente de todo lo que despierta en él. Sus pequeñas acciones, totalmente fuera de la malicia o la doble intención, sus reacciones avergonzadas y la forma en la que sonríe cuando se da cuenta que lo estuvo mirando de lejos, hacen que Jeongguk realmente se pregunte si tanta dulzura e inocencia es posible en alguien.   

Puro, tanto como su nombre lo indica. Seokjin era un ángel perdido en un mundo lleno de malicia que había llegado a sus manos de formas que jamás esperó para tomar todo lo que creía y conocía y hacerlo trizas frente a sus ojos únicamente con el sonido dulce de su voz tarareando alguna melodía mientras se ata los cordones o la forma en la que sus pestañas bajan cuando cierra los ojos y se deja acariciar sin miedo.    

Malicia.    

Le hace eco en la cabeza, taladrando sus sentidos y pensamientos. ¿Tenía Jungkook malas intenciones con Seokjin? Realmente jamás ha pensado en él de forma sexual, no la forma en la que ha pensado en alguien. No, definitivamente Jin estaba demasiado lejos de ser visto como objeto de sus fantasías más descabelladas (Y Jungkook realmente no pensaba muy descabellado). Seokjin era demasiado, demasiado y en tantos sentidos que Jeon ha pasado noches en vela tratando de entender que es lo que lo hace tan distinto, tan... honesto.  

Han pasado tres meses desde que viven juntos, tres meses en los que ya han tenido que pasar por una separación de una semana y Jungkook jamás olvidara el momento en el que recibió una llamada en la madrugada, donde Seokjin entre llanto le pedía que le contara una historia para dormir y alejara las pesadillas. Desde ese momento supo, que había nacido perfectamente en su pecho, para dormir en sus brazos, para ser amado y protegido de la forma que merece. Jin cayó del cielo para poner su mundo de cabeza y él no podría estar más agradecido por ello.   

El pequeño frente a él, a metros de distancia, le sonríe a su nana y asiente ante algo que Jungkook no puede escuchar desde su asiento de la sala de estar. Jieun le entrega un tazón de fresas con crema batida y lo despide con un toquecito en la nariz, al que Seokjin responde con una suave risa que acelera el corazón del mayor en tan solo segundos.   

Un ángel.   

Se acomoda en la silla a un lado suyo, llevando consigo su dulce merienda de medio día. Seokjin toma una fresa, la cubre de crema y después de mirarla por algunos segundos, la extiende frente a él sin decir una sola palabra. Sus ojos, llenos de inocencia, de súplica silenciosa esperando que tome lo que le ofrece de sus dedos.   

—Come —lo pide, pero no suena como una orden. Es más una petición y Jungkook abre la boca en silencio, recibiendo la fruta de parte de Seokjin, así como una gran sonrisa como recompensa.   

Jin baja la mirada, encoje los hombros y juega con sus dedos bajo la mesa, suprimiendo una risa traviesa. Jeongguk mastica mirando a su pequeño con una ceja alzada.   

—¿Qué pasa?   

El castaño se muerde el labio.   

—Nada... —y de nuevo esa sonrisa que esconde algo.    

—Seokjin...    

—Tienes crema —se apresura a decir, antes de reír bajo la palma de su mano—. Aquí —y se levanta de la silla, colocando suavemente el índice a un lado de la manchita de crema para recorrerlo y limpiarla—. Ya está, daddy está limpio ahora.   

Jeongguk lo mira, como quien admira una obra de arte. Sus mejillas rosas, sus ojos brillantes, su cabello despeinado que sin embargo lo hace ver aun más adorable: como un niño recién levantado. Siente que se le llenan de lágrimas los ojos y sonríe a medias, tomando ambas manos del menor para dejar un beso en cada una.    

—¿Te he dicho antes lo precioso que eres? —lo mira directamente a los ojos, los cuales se abren con sorpresa para dar paso después a un hermoso sonrojo.    

—Algunas veces... —esconde la boca tras el cuello de su suéter, moviendo los deditos de sus pies nerviosamente unos contra otros—. Me gusta cuando lo dices...   

—Entonces te lo diré a cada minuto —sus manos en las caderas de Seokjin, aquellas que tanto le fascinan y de las que el menor se siente tan seguro—. Eres precioso, mi pequeño Seokjin...   

Jin se cubre la cara con ambas manos, haciendo reír enternecido a Jungkook quien lo guía hasta su regazo y lo coloca de forma que no se haga daño. Acaricia su espalda baja, haciendo pequeños cirulos sobre la tela del suéter azul cielo y juega con la punta de su nariz a separar los dedos de Jin en su rostro.    

—Jinnie... —se ríen, presos de demasiados sentimientos y cosquilleos en el estomago—. ¿Dónde está Jinnie?    

—Nooo... —niega, apretando los dedos—. Se fue.   

Jeongguk finge un puchero exagerado que el menor mira desde atrás de sus dedos y sonríe.    

—Aaah... —un suspiro profundo—. Pero daddy quiere ver a Seokjinnie. Él es el más precioso príncipe del mundo entero.   

—¿De todo el mundo?   

Un beso sobre el dorso de su mano.   

—De todito.    

Seokjin baja las manos, descubriendo a penas sus ojos y niega después de algunos segundos.     

—Eso es mentira —asegura, descubriendo totalmente su rostro—. Yo estoy viendo al más guapo de todo el universo justo ahora.   

El mayor sonríe, sin poder impedir el llanto y las lágrimas caen sin aviso, antes de que tome a Seokjin entre sus brazos y lo abrace con fuerza contra su pecho escondiendo su rostro en el hombro del menor.    

—No sé que hice para que estés aquí conmigo, Seokjin... —el castaño le hace rulos en el cabello, con un dedo—. Pero todos los días, agradezco al cielo permitirme cuidar de uno de sus ángeles.   

Seokjin se aferra a su espalda, puede sentir su hombro húmedo a causa de las lágrimas del mayor pero cuando se separa tratando de verlo de frente y limpiarle la carita, afianza el agarre, negando con la cabeza.   

—No me dejes nunca... —un suspiro entrecortado—. por favor, no te vayas nunca...   

—No lo haré... —Jungkook lo abraza, en calma y sintiendo como sus cuerpos encajan perfectamente—. Lo prometo, mi ángel...   

Pero aunque lo piense demasiado, siempre llega a la misma conclusión; no puede haber malicia en un amor tan puro, como el que siente por Seokjin. Porque no le habrían concedido un ángel si supieran que puede hacerle daño...   

Y no planea hacerlo jamás.   




 

-jeonseokjinniee.

Daddy's little boy || GgukJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora