Las hijas de Lilith

Capítulo 8.

Me abalanzo sobre Rashelle y rodamos por la tierra, yo protegiéndola de la feroz mordida de la bestia que ha intentado atacarnos. Nos levantamos de un salto, ella saca su arco y flechas, yo desenvaino mi espada. La bestia, peluda y feroz nos gruñe, pero antes de volver a atacarnos, se escucha un silbido que aturde nuestros oídos.
Veo una figura acercarse a nosotras y no distingo qué es. Parece... un humano. Tiene puestos unos pantalones negros de cuero, con botas de piel que llegan a sus rodillas, una túnica obscura y ocre, y una capucha que logra cubrir completamente su rostro. Rashelle y yo no bajamos la guardia.
La figura se retira la capucha y logramos ver un rostro tosco, cuadrado, con ojos verdes y nariz fina. Mi corazón se estruje lentamente cuando chasquea sus dedos y hace que la criatura negra se acerque a él y lo obedezca.
-Bien hecho, Shira.
Le acaricia el lomo. La bestia menea la cola. ¿Qué carajos?
-¿Quién demonios eres? ¿Por qué tu criatura quiso atacarnos? -empieza Rash a interrogar.
-Disculpen si Shira las asustó. Es nueva en esto, la he estado entrenando -nos mira directamente a ambas como si fuera un conocido.
-Soy Evan -tontamente nos sonríe, y me acabo de dar cuenta que es un hombre. Mi cerebro acaba de carburar que es uno de esos monstruos, peor que los morigans.
-¿Crees que nos da gusto verte? Monstruo infeliz hijo de... -suelta una palabrota mi compañera. Yo sigo como estatua.
El joven frunce un seño.
-Esa boca... ¿así de amable eres con los desconocidos?
Rash se le quiere ir encima, pero la detengo y hago que me mire a los ojos.
-¿Qué? ¿Nunca en su vida habían visto a un hombre? Porque parece como si yo fuera el extraño aquí.
-No hablamos con monstruos como tú -escupo y le dedico una mirada con desdén.
Estrés. El joven parece que no tiene idea de lo que hablamos.
-Tal vez él tenga información sobre las Guardianas -me murmura al oído mi compañera y me roza la mano. Nos mantenemos a unos metros de distancia con el hombre desconocido.
-Tal vez él se encarga de desaparecer a las Guardianas que salen del muro -le respondo.