VERDADES OCULTAS

CAPITULO 1:BIENVENIDAS

CAPITULO 1: BIENVENIDAS

-¿Estas lista?-pregunto el Director Manuel a Mia.

-Sí, llevo haciendo este desde que estoy en segundo ya llevo 4 años, lo tengo todo grabado en mi mente- respondió la castaña con una cara de fastidio.

-Por favor prométeme que no dirás malas palabras- el director sabía perfectamente que las groserías no se harían esperar por parte de Mia.

-¿Cuándo le falle? Si estoy haciendo esto es porque formo parte de los chicos más destacados del internado, solo confié en mí, sé muy bien cuando guardar mi lengua-al parecer esta no estaba del todo animada por lo que iba a realizar, se podía notar las ganas de terminar de una vez la presentación y correr a su habitación-bien ya estoy lista, lo espero abajo y no, no llevaré el papel me lo sé de memoria, relájese, no se moleste cada día se le caen más los pelos -sin esperar una respuesta de este, salió corriendo para encontrarse con los demás alumnos que a diferencia de ella parecían entusiasmados, al parecer era su primera vez.

-¿Está nervioso, cierto?-pregunto Lila una morocha alta de ojos marrones claros.

-SÍ, como todos los años. ¡DIOS CUANTO TERMINARA ESTA M….!-ni siquiera pudo terminar ya que Lila la calló con una mirada penetrante.

-¡TODOS A SUS POSICIONES!- informo Oded la Sub directora.

Inmediatamente  los 50 alumnos se dispersaron en dos fila se hicieron presente una de mujeres y otra de hombres, todos se colocaron de acuerdo a sus grados, empezando por Quinto y continuando hasta el Primero.

Todas las mujeres llevaban el cabello sujeto con una coleta alta perfectamente peinada sin ningún mechón cayendo por sus rostros, vestían de una falda color vino que llegaba un dedo antes de la rodilla, una camisa blanca sin ninguna arruga a la vista, encima de eso un hermoso chaleco del  mismo color de la falda que llegaba hasta la cintura y  cubría sus brazos hasta la muñeca y por supuesto la insignia bordada del internado que era preciosa a simple vista, la Virgen que cargaba al niño en brazos se hacía presente en casi todas las partes del lugar, su calzado eran unas botas eran del mismo color con un pequeño tacón. Todo estaba perfectamente combinado, lo único que las distinguía aparte de las estatura eran las pequeñas  insignias pegadas cerca del pecho de estas, algunas tenían más que otras por supuesto Mia era quien las tenía todas, 25 para ser exactos.

Los hombres vestían del mismo color, con unos pantalones planchados y limpios perfectamente y al igual que las mujeres tenían el mismo color de camisa y chaleco con sus insignias correspondientes.

-Cada uno se coloca en sus respectivos grados, con la mirada seria, deben transmitirles respeto, pero a la vez un toque de superioridad, no olviden ser amables y mostrar una sonrisa, ahora cuando estas puertas se abran, tengan en claro que para algunos es su primera vez, pero para otros es la última así que no lo arruinen, cuando suene el timbre, ya saben que hacer- las mismas palabras de siempre se repetía la castaña aunque claro había agregado solo un poco, este sería su última presentación, el año siguiente se iba a la Universidad-Por cierto quería decirles que estoy muy orgulloso de todos ustedes en especial de mis niños de Quinto- con esas palabras finalizo el director y salió al escenario, los demás esperaban su turno para Salir y representar al internado.

Hace 5 años se abrió una sede en Perú contando con la primera promoción por graduarse ese años, dentro de los cuales Mia formaba, todas las personas sabían de la gran educación que se brindaba en dicha institución es por eso que todos los papas quisieron poner en sus hijos dentro, pero las vacantes era limitadas, para lo cual se realizaron una serie de exámenes las cuales solo los que  las completaban satisfactoriamente podían ingresar, la mayoría eran hijos de grandes empresarios, abogados, doctores, pero otro solo eran becados, ya que la pensión era muy cara y muchos no podían cubrirla, el internado tenía tres pilares: Razón, Religión y Amor, era católico por supuesto, es por eso que era estricto.