(AZUL)PDV
Mi primer día de clases.
Iba caminando por los pasillos de mi nueva escuela, muchos alumnos se encontraban fuera de sus aulas y otros caminando junto conmigo, estar rodeada por niños ricos no me causaba tanta gracia. Estaba asustada, debía admitirlo, las miradas que recibía eran escalofriantes, seguramente lo hacían porque no tenía dinero como ellos. No tenía ninguna amiga hasta ahora, mis dos compañeras de cuarto aún no se presentaban, estaba sola en esa enorme habitación y socializar no era mi especialidad.
Con la cabeza gacha me dirigí hacia el pabellón que me tocaba, un dolor de cabeza se hizo presente, lo cual ya no era sorpresa, los dolores de cabeza cada vez se hacían más frecuentes.
-¿A cuántos pobretones más vamos a tener que ver?-escuche e inmediatamente trate de buscar de donde provenía esa voz pero todos estaban metidos en sus temas y nadie me miraba directamente.
¡Dios, me estoy volviendo loca! Apresuré el paso y vi el pabellón donde estaba mi salón.
-¡Buenas piernas!-dirigí mi mejor mirada desafiante hacia un grupo de chicos que me estaban mirando, al notarlo desviaron sus miradas y volvieron a meterse en sus asuntos.
Todo esto era algo raro para mí, nuevo colegio, nuevas personas, nuevos profesores, tan solo iba aquí dos días y ya siento que parte de mi otra yo se va desvaneciendo. Voces y más voces se hacían presentes a medida que iba avanzando para llegar a mi aula.
Entre a enorme salón, alumnos se encontraban dentro y otros sentados en las modernas carpetas, todo era surreal, las paredes eran blancas con cuadros religiosos, toda una pared actuaba como ventana, se podía ver parte de la ciudad, carros en marcha, peatones esperando su turno de cruzar, los rayos de luz matutinos armonizaban el ambiente escolar, para protegernos de los rayos solares habían cortinas blancas, como pizarra se encontraba un enorme proyector al lado de una meza, la cual correspondía al profesor, empotrada en la pared se encontraba una enorme pantalla, la cual se mantenía apagada.
Todos los alumnos empezaron a colocarse en cualquier carpeta, definitivamente la mejor opción era la última carpeta la cual se encontraba en la fila más apartada y no dude en apoderarme de ella. Coloqué mi mochila en el suelo y mi nerviosismo era evidente, muchos alumnos sonreían juntos y al parecer se conocían desde hace mucho, la soledad definitivamente me estaba ahogando en un mar de desconocidos.
Voces y más voces lo único que hacían eran inundarme mas, todo era torbellino de palabras que no paraban y cada vez se extendía más.
-Solo piensa que no hay nadie y que estas en una habitación sola-un hombre alto de tez blanca se encontraba a sentado en una carpeta que estaba al lado mío, mantenía su rostro oculto debajo de una capucha.
-¿Qué?, ¿Cómo sabes sobre eso?-hablé en voz baja, no quería que nadie se enterará y al parecer nadie se percataba aun sobre la existencia de ese individuo.
-Ya te lo dije, pero te lo volveré a repetir, soy Gazael, tu guía-lo mire interrogante, ¿guía, para qué?-tienes el poder de leer la mente y por lo visto aun no tienes idea de cómo manejarla, pero para eso me enviaron, no te preocupes, sólo piensa lo que te dije-lo mire alarmada, yo no puedo tener ese don-no digas nada las preguntas me las dirás después, ya viene tu profesora, solo haz lo que te dije, no sabes las puertas que se te van a abrir-esto era imposible, yo pase de ser una chica normal y ahora tener un don y tener un guía, en un momento de desesperación trate de reclamarlo, pero este había desaparecido y la profesora hizo su ingreso.
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VERDADES OCULTAS
Gizem / GerilimOcho personas: Cuatro chicas, cuatro dones, una fuerte amistad. Cuatro chicos, cuatro amores, un amor especial. Ocho corazones enamorados, cuatro vidas llenas de mentiras, cuatro vidas normales, dos corazones envenenados de maldad y UNA SOLA...