[🍋] One-shots kimetsu No Yaiba ᵖᵉᵈⁱᵈᵒˢ ᵃᵇⁱᵉʳᵗᵒˢ

𝚃𝚊𝚗𝚓𝚒𝚛𝚘 𝙺𝚊𝚖𝚊𝚍𝚘

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No sé si a ustedes les pasa, pero a mí me cuesta escribir o leer lemons de Tanjiro¿
Es que lo veo como un hermano, no sÉ. Pero bueno, todo por mis seguidores.

¡Pedido de -Todoroki_Hayami!

¡Aviso! Ahora mismo intentaré escribir un limoncito de Inosuke. Y si no me gana el sueño, de Muzan. Pero me tardo como 1 o 2 horas en cada one-shot. Por favor, denme amor (　；∀；)
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Estabas al aire libre, sostenías una katana por su mango, mientras el chico estaba apegado a tu espalda, tomando tus manos para corregir posturas y movimientos. Tanjiro quería que aprendas a blandir la katana, ya que era lo que en un inicio te interesaba, y no ayudarte era lo peor que podía hacer. Entonces todos los días procuraba enseñarte, con sus manos sobre las tuyas como un gesto de confianza. Pero esa vez el aire estaba congelado, había nieve, no sabías ni por qué había sonado como una buena idea. Echaste tu cabeza para atrás, chocándola contra el hombro del pelirrojo para establecer contacto visual.

—Tengo frío, Tanjiro-kun

Necesitabas aunque sea de su especial calor corporal. Él no parecía tener frío, estaba acostumbrado a las bajas temperaturas de las montañas. Con una mirada comprensiva, pudo entender lo que sentías, apartando sus manos de las tuyas para abrazarte. Esto te haría bajar el filo de la katana, haciendo que la punta roce el suelo. Luego de unos segundos, procedió a hablar.

—Vayamos adentro.

Había conseguido una pequeña casa en un monte, todo con el fin de entrenarte, como si él fuera tu maestro. Te conocía desde hace bastante, entonces no dudaba en intentar cumplir tus sueños y objetivos si es que podía hacerlo, o al menos contribuír en ello. Entraron al lugar y cerraron la puerta corrediza. Se veía a través de las ventanas cómo los copos de nieve decoraban delicadamente las plantas. Pensabas que era un deleite visual, pero el frío en tus brazos te hizo ir a acostarte en el futón y taparte con las sábanas. Lo hacías por dos motivos: Estabas cansada por el entrenamiento, y tenías frío. Pero estabas en la era taisho; no habían fuentes eléctricas de calor, tampoco calefactores. Había fuego, pero sentías que solo servía para rugir sus brazas e iluminar la casa con colores cálidos. No te calentaba en lo absoluto.

Cerraste un poco los ojos pensando en lo que sucedía. Sentiste algo de actividad en el futón de al lado, cuando realzaste tus párpados para ver de qué se trataba, viste el gentil rostro de Taniiro. Unos segundos después, encerró sus cálidas manos en las tuyas.

—¿Tienes frío? ¿Todavía no se te pasa?

Suspiraste un poco mientras lo observabas. Era tan atento contigo que te daban ganas de abrazarlo.

—U-Un poco.

—En el caso de que el frío no cese, puedes apegarte a mí. Me encantaría serte útil al menos en eso.

¿Acaso oía lo que decía? Parece que no se daba cuenta que ya hacía mucho por tí. En otra ocasión habrías rechazado hacer lo que dijo, pero aprovechando sus palabras, te acercaste a él. Procuraba que sus manos encierren completamente las tuyas para generarte más calor. Lo adorabas, sin darte cuenta tus piernas se entrecruzaron con las del pelirrojo a la altura de las rodillas. El contacto visual que mantenías con él, no paró en ningún momento. Transmitían mucho en esa duradera mirada. No entendías cómo pudiste sentir frío antes, pues este había desaparecido completamente de tu cuerpo y había sido reemplazado por un calor que florecía en tu pecho.