Solitarios "Un Nuevo Mundo".

Solitarios. Cap I. (Indicios).

-Amy: ¿quienes son ustedes?
+Extraños: Somos tus padres Amy, hemos venido por ti.
-Amy: ¿Mis padres? No... Ustedes no son mis padres, nunca estuvieron conmigo. Si en realidad lo son ¿por que me dejaron aquí?
+Extraños: Oh Amy, lo sentimos, se que fue una triste y horrible decisión, pero...
-Amy: Pero ¿que? Hablen, díganme por favor, necesito saber.

Ellos no hablaban, solo la miraban con ojos de tristeza, de pronto los ojos de aquellos extraños se tornaron color blanco y fueron desapareciendo.

-Amy: No, ¡Por favor no! ¡respondan!
+Extraños: Cuidate pequeña Amy, cuida a las demás niñas, ellas son tu responsabilidad y no salgas de aquí.

"Tic-tic-tic" Sonó el despertador, son las 6am *respira profundo* Solo era un sueño más, sudada y envuelta entre sábanas trate de calmarme, lágrimas corrían por mis mejillas a causa de ese terrible sueño. Me levante para despertar a las demás niñas del orfanato, ya era tarde y la Srta Melisa se enfada si llegamos tarde para hacer los deberes diarios.

Ya estábamos listas y bajamos al living, pero algo muy extraño estaba pasando puesto que la Srta Melisa nos estaba esperando muy enojada, al darnos cuenta traía consigo a su gato el Sr Misu, lleno de sangre y con las tripas afuera como si algo o alguien lo hubiese mordido, todas las niñas al ver semejante cosa se asustaron y en sus rostros se reflejaba el horror de aquella escena, era verdaderamente espantoso y la Srta Melisa con su mirada llena de rencor nos pregunto: ¿¡quien de ustedes pequeñas revoltosas fue capaz de hacer semejante atrocidad!? *Sus lágrimas caían por sus mejillas arrugadas* ese gato para ella era como un hijo puesto que lo quería más que a nosotras.
-Srta Melisa: ¿¡quien fue!?

Todas se miraban asustadas y me miraron a mi, en sus jóvenes rostros se notaba que ninguna era capaz de hacer semejante cosa. Yo era la mayor y me sentía responsable de estas pequeñas así que respondí

+Amy: ninguna de nosotras a sido Srta Melisa, se lo aseguro. ¿como hacerlo? Nosotras queríamos mucho al Sr Misu.

La Srta Melisa a pesar de su incontrolable rabia y tristeza pudo reflexionar y darse cuenta de que no fuimos nosotras. Un silencio incómodo lleno la habitación y ella procedió a meter al gato desguazado en una caja, se limpio las manos y se sentó a pensar en su sillón, nosotras no sabíamos que hacer solo nos quedamos allí paradas esperando alguna reacción de ella y de repente su cara cambio

-Srta Melisa: ¡Los chicos! Si no fueron ustedes entonces seguro fueron ellos, Amy ve a llamar a esos pequeños demonios y tráelos acá.

Fui de inmediato sin decir nada, pensando si en verdad esos chicos fueran sido capaces de matar al Sr Misu, agitada subí las escaleras hasta la habitación de los chicos y al llegar a la puerta reflexione y me di cuenta que aunque yo no toleraba a esos chicos no eran tan malos como para hacer eso, respire profundo y toque *toc-toc*

-Amy: ¡Chicos soy Amy abran la puerta por favor!
Los chicos abrieron la puerta y el primero que estaba era Thomas, detrás de él en fila estaban los demás chicos, se veían asustados
-Thomas: ¿Que a pasado Amy? Hemos escuchado los gritos y les ha causado miedo a los chicos.
-Amy: Alguien a hecho pedazos al Sr Misu, esta muerto, y la Srta Melisa piensa que han sido ustedes, pero... Estoy segura de que no es así, no han sido ustedes ¿cierto chicos?

Se miraron mutuamente sorprendidos de la terrible noticia y moviendo sus cabezas hacia los lados me respondieron que no, Thomas puso una mano en su nuca como pensando que hacer, el era el mayor de ellos y al igual que yo se sentía responsable de los más pequeños.

-Thomas: Por supuesto que no Amy, gracias por confiar en nosotros, será mejor que bajemos rápido antes de que se moleste más.

Perspectiva de Thomas:
Bajamos por las escaleras y tenia mucho miedo, trataba de no hacerlo notar para no asustar a mis chavales, ¿como responderle? ¿Que decir para que nos creyera, que no habíamos sido nosotros? La Srta Melisa nos odiaba, pensaba que si no conseguíamos convencerla nos echaría del orfanato y nos quedaríamos en la calle.
Al llegar al living ella nos esperaba sentada en su sillón

-Srta Melisa: Quiero que uno por uno se acerque a esa caja que esta en la mesa y mire lo que acaba de acontecer.

Mire a los chicos y en fila fuimos a ver como había quedado el Sr Misu, cuando lo vi me sorprendí mucho, la verdad nunca había visto semejante cosa, nosotros eramos muy traviesos pero la inocencia nos llenaba, llevábamos viviendo aquí sin salir mucho toda nuestra vida y no sabíamos mucho del mundo exterior.

Cada uno de los chicos miro al pobre gato, por las mejillas rosadas de los más pequeños corrían lágrimas de tristeza, como querían a ese gato.

-Srta Melisa: Se va a colocar uno por uno delante de mi y me va a mirar a los ojos.

En seguida lo hicimos, fui yo primero, me pare frente a ella y la mire, nunca la había visto tan cerca, era una señora anciana de 70 años, cabello blanco grisáceo, muchas arrugas y en su mirada se notaba la rabia y la tristeza que la consumía, me separé y así fueron pasando uno a uno, algunos asustados claro pero tenían que hacerlo.

La Srta Melisa a pesar de todo notó en cada uno de nosotros que éramos inocentes ante aquella situación, pero aún así envuelta en su rabia tenía que culpar a alguien, saciar su sed de venganza.

-Srta Melisa: A pesar de que noto en ustedes bastante inocencia ante este hecho, los voy a castigar, por haber cerrado anoche todas las ventanas sin percatarse de que el Sr Misu que en paz descanse, estuviera dentro de la casa. Pasaran todo el día en el sótano, podrán salir mañana.

Perspectiva de Amy:
Todos sin poner peros fuimos directo al sótano, antes de bajar agarré a Connie por la mano y salimos corriendo silenciosamente a la cocina, si íbamos a pasar todo el día en el sótano teníamos que comer algo, tomé una cesta grande y metí un paquete de pan de sándwich y mermeladas para acompañar, un par de frutas y agua, al llegar al sótano las chicas y lo chicos nos esperaban, cuando vieron la comida suspiraron de alivio y comimos un poco para dejar para más tarde.