Solitarios. Cap II. (El Castigo Perfecto).

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Eran como las 8am cuando la Srta Melisa nos mandó al sótano, una habitación pequeña, húmeda, llena de polvo y oscura, allí se guardaban los trastes viejos, en realidad no había el suficiente espacio para seis adolescentes, por lo tanto nos tocó sentarnos todos juntos.

Nunca había estado castigada con los chicos, la verdad no teníamos mucha comunicación, nos daban clases por separado, dormitorios retirados y hasta comíamos en horas distintas, la directora era bastante maniática con respecto al contacto con los varones, no quería que tuviéramos relaciones sentimentales ni físicas, ni siquiera podíamos ser amigos.

Al mirar a las chicas me di cuenta que estaban nerviosas por la presencia de los chicos, ellas solo eran unas niñas y nunca habían compartido con varones, estaban sonrojadas y miraban a cualquier lado con tal de no mirarlos a la cara, había un silencio tremendo lleno de incomodidad en toda aquella habitación, éramos personas extrañas para cada quien y por lo tanto nadie hablaba, decidí romper con el silencio para suavizar un poco la situación.

-Amy: Connie ¿crees que la Srta Melisa se haya dado cuenta de que cogimos algunas cosas de la cocina?
+No creo Amy, esa pobre anciana ya no ve casi, es muy poco probable que se de cuenta.
-¡Vaya! Tienes razón jajaja.

Las chicas y yo sonreímos por el comentario de Connie y luego volvió a llegar el silencio, joder... Era bastante incómodo y ya no sabía que decir, cuando de repente vi que uno de los chicos se entusiasmó a hablar.

-Leo: ¡Venga chicas! Yo no las conozco, lo único que se de ustedes gracias a la Srta Melisa son sus nombres, ¿No creen que deberíamos de aprovechar el castigo que nos han dado para conocernos mejor? Llevamos desde pequeños aquí y esta ha sido la primera vez que puedo hablar y estar con ustedes.

Todos levantamos la mirada hacia Leo, en realidad era una buena idea pero no tenia el valor de ser la primera en responder, suelo ser muy tímida a pensar de ser la mayor de las chicas, ellas al contrario se notaban entusiasmadas con lo que acababa de decir Leo, así que no pasó mucho tiempo cuando empezaron a entablar una interesante conversación.

-Sophia: Tienes razón Leo, me gusta esa idea, pero dime ¿que quieres saber? Y yo te respondo.
+Bueno Sophia lo único que se de ti es tu nombre, dime ¿sabes como llegaste acá?
-Bueno, estoy aquí desde bebé, la directora me dijo que mis padres eran hippies, no tenían familia, vivían viajando por todo el mundo, les gustaban los conciertos de rock y eran muy divertidos, pero cuando tenía yo dos años de edad murieron en un accidente automovilístico donde solo yo logré sobrevivir, el estado decidió que debía quedarme aquí y pues así llegué, cuando a penas era una bebé, hace unos meses la Srta Melisa me dio una carta que escribió mi madre antes de morir, dice que fui la felicidad de su vida, la luz en medio de la oscuridad, que me amaban mucho y que luchara por mis sueños, me conmovió de verdad, me hace feliz que me amaron y me da motivos para seguir adelante, luego de eso pues he vivido lo mismo que ustedes, la estúpida rutina de cada día. Y tú, ¿como llegaste?

+Yo pues... Llegue cuando tenía seis años, vivía con mis padres en el centro de la ciudad y ellos era la única familia que tenía, mi madre era una hermosa mujer, alta, rubia y con ojos claros como el azul del cielo, mi padre era un hombre alto, bastante moreno, cabello castaño y ojos oscuros, pero era alcohólico, un día llamaron a mi madre, habían encontrado a mi papá inconsciente en un bar, cuando salimos a la clínica ya era tarde, mi padre había muerto de un infarto fulminante, fue muy doloroso a pensar de tener solo 5 años cuando pasó, mi madre lloraba día y noche, no estaba bien, los doctores decían que había entrado en una especie de shock, y junto con la depresión fue mortal para ella y murió de tristeza, fui al funeral de mis dos padres, me sentía solo, el estado también se hizo cargo de mi por la carencia de familia y me trajeron acá.

Las chicas y yo nos miramos sorprendidas por aquella triste historia, era incómodo no sabíamos que decirle, por la piel morena de su rostro corrieron pequeñas lágrimas mientras nos contaba, luego con la cabeza agachada respiro muy profundamente y atrapó con el borde de la manga de su suéter las pequeñas lágrimas de tristeza que salían de sus ojos al recordar su pasado.

A pesar de lo que acababa de suceder nadie dijo nada, sin embargo, Thomas se levantó y se sentó junto a él y le dio un pequeño abrazo en señal de que todo iba a estar bien.
-Thomas: Mira Leo a pesar de tu triste pasado tienes que siempre verle el lado positivo a las cosas, si tu no fueras venido acá Chris y yo no te hubiésemos conocido y ustedes dos chicos son lo mejor que me a pasado en la vida, son mis hermanos aunque no vengamos de la misma madre, y aunque no se los diga mucho, los quiero.
Leo miro a Thomas con mucha emoción y le devolvió el abrazo pero esta vez con mucha fuerza e intensidad.

Yo no sabía esa parte de Thomas, el suele ser un chico muy serio y de pocas palabras, lo cual me pareció muy tierno de su parte haber intervenido de esa manera.
Las chicas solo observaban lo que paso mientras en sus caras se reflejaba una sonrisa llena de ternura y un poco sonrojadas.

+Chris: ¡Vaya Thomas! Eso ha sido lo más cursi que he escuchado de ti jajaja, pero tienes razón hermano, ¿que fuera de mi si no los hubiese conocido?

-Connie: A ver pequeños románticos... Ya basta de cursileria y sigamos jajaja, te toca a ti Chris, ¿Como llegaste acá?

+Pero que pesada eres chica jajaja, bueno... Yo llegue cuando tenía 8 meses, aún era un hermoso y gordo bebé jajaja, pues no se como fue, la directora me dijo que me dejaron abandonado en la puerta del hogar así que supongo que no tengo padres ni familia. ¿y tú Connie?

-Bueno a mi me ha pasado casi igual que a ti, pero tenía 4 años, la directora también me dijo que me han dejado abandonada, pero conmigo venía una nota que decía "Cuiden muy bien a mi pequeña Connie por favor, la amo con todo mi corazón pero conmigo corre mucho peligro", a veces logro recordar un poco como era mi madre, pero es borroso el recuerdo, y bueno eso es todo lo que se, a lo mejor mi madre este viva, a lo mejor no, pero igual ahora mi única familia son Amy, Sophia, la Srta Melisa aunque sea una vieja amargada jaja y ustedes chicos aunque nunca compartamos.

-Chris: Ah pues, nosotros siempre hemos hablado de eso y también las consideramos parte de nuestra pequeña familia aunque muy poco las veamos.

Las chicas sonrieron y se les notaba lo alegre que estaban por haber escuchado lo que dijo Chris, yo también lo estaba pero no suelo demostrar mis sentimientos.

-Leo: Bueno chicos, solo faltan ustedes dos, Amy y Thomas, ¿quien de ustedes se anima a contar su historia primero?

Thomas y yo nos miramos y mi expresión de timidez e incomodidad fue muy obvio entonces Thomas supo que yo aún no diría nada asi que volteo la mirada en señal de que el hablaría primero.

-Thomas: Bueno, yo tampoco se como llegue, aparecí acá y ya jaja, solo se que fui el primer niño en llegar y cuando llegue lo primero que dijo la Srta Melisa al verme fue que sabía que conmigo llegaría el mal y se iría la tranquilidad de este hogar jajajaja, antes el orfanato solo aceptaban niñas hasta que llegue yo, ahí fue donde empezaron a aceptar varones.

-Sophia: jajajaja, la Srta Melisa siempre nos recuerda eso Thomas, todo el tiempo nos menciona que cuando llegaste en tus ojos se reflejaba el demonio que llevabas dentro jajaja esa pobre anciana si que esta loca eh, muy dramática.
-Chris: ¿y tu Amy? ¿No piensas contarnos?

Bueno ahora venia yo, lo mire, respire profundo, deje salir mi timidez por ese suspiro y decidí responder.

-Amy: Ehm... Bueno... Yo tampoco se como llegue acá, nadie sabe de mis padres, pero tengo la esperanza de poder buscarlos y conocerlos algún día, claro cuando cumpla la mayoría de edad y me den la salida de acá.

-Thomas: bueno Amy esa es una buena idea, espero que si logres cumplir esa meta.

Le sonreí a Thomas como gesto de gratitud por su comentario y enseguida mire hacia una pequeña ventana donde se podía ver hacia afuera del hogar y me percaté de que ya estaba oscuro y ya era hora de cenar, me levanté con Sophia y fuimos a preparar unos sándwiches para todos.

Solitarios "Un Nuevo Mundo".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora