Parte 5

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Después de la celebración de mi cumpleaños, abrir los ojos cada nuevo día y que lo primero que vea sea el regalo que me diste, ha cambiado satisfactoriamente mi humor.

- Sigo sin poder creer que lo consiguieras...

Esa noche, después de haber devorado unos dos pedazos o quizás fueron tres, no sé, perdí la cuenta, el punto es que no quedó nada para guardar. Regresando a lo anterior, al terminar, no solo me habías preparado una velada agradable, sino que te tomaste la molestia de regalarme lo que ahora es de mis más grandes tesoros. Lograste que mi cantante favorito me hiciera una dedicatoria de cumpleaños firmada, el cual mandaste a enmarcar junto con un disco de vinilo del álbum que más me ha gustado. Y no solo eso, conseguiste que me grabara un vídeo felicitándome. El cual, dicho vídeo lo tengo guardado en todos los medios posibles.

Cuando te pregunté la forma de cómo lo adquiriste, me revelaste que has trabajado con él en varias de sus canciones, por lo tanto, lo conoces y te llevas bien con él, así que no dudó en cumplirte esta, según tu, pequeña petición , que de pequeña no tiene nada.

También te pregunté el por qué no mencionaste nada de eso cuando salió el tema, cuando te expresé que era un fan de corazón de ese artista. Claro, no fue reproche ni nada, fue de total shock. Y me respondiste que si me decías, ibas a estropear la sorpresa que con ese dato ya habías armado mi regalo.

Aquellas palabras fueron suficientes para haber hecho que mi corazón latiera con más esfuerzo, haciendo que mi cuerpo se sintiera muy vivo.

- Ahora es mi turno de sorprenderte - miro lo que hay dentro de la caja de regalo que ya he preparado y que llegó a tiempo el día de ayer - tengo que darme prisa, al menos hoy tengo poco trabajo.

Hoy es 31 de diciembre, y tu decidiste nacer en una fecha grande: año nuevo.

Acordamos que juntaríamos la velada de la noche vieja para iniciar tanto en tu cumpleaños número 29, como para recibir el 2021. Y en esta ocasión tu vendrías a mi departamento.

Para navidad, también nos reunimos en tu departamento, la cena fue hecha por ti, y como fue de costumbre, estuvo delicioso. Como regalo de aquella celebración, optamos por un intercambio de botellas de vino, conociendo cuáles ya había probado el otro. Dentro de mi plan de hoy, deseo compartir contigo dicha bebida.

. . . . . . . . . . . . . . . .

- Perfecto. He terminado justo a tiempo. Ahora queda... - miro con pesar el desastre que en su paso he dejado en la cocina con utensilios, platos, sartenes que usé - más bien parece que hubo una guerra...

Con resignación empiezo a limpiar e ir acomodando la casa para que en cuestión de dos horas toques la puerta anunciando tu puntualidad a la cena.

A comparación mía, durante el desayuno y el almuerzo estuviste animado preguntándome lo que iba a cocinar, mas no obtuviste ninguna respuesta, excusándome que perdería chiste si te decía.

Cocinar no es mi fuerte, pero logro defenderme. Por lo cual, estuve practicando diario, viendo tutoriales hasta el cansancio para entender la ciencia que implica preparar platillos que sean dignos de ti. Y la verdad, no me ha quedado tan mal: el que persevera, alcanza.

Todo listo y ya vestido, opto por guardar tu regalo en una gaveta que tengo en la sala, para tenerlo más cerca de donde estaremos.

Al ser un hombre de palabra y compromiso, o es lo que tu mismo dices, justo a la hora acordada haces sonar tu llegada en la puerta.

Antes de abrir inhalo y exhalo para hacerme ver relajado a pesar de los nervios que me comen del momento.

- Tenias razón - es lo primero que te digo al abrir y notar tu presencia que hoy luce... Sin palabras...

El chico de al ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora