Don't let me down

159 12 8
                                    

Fumar siempre se me dio bien, creo que el primer cigarrillo que presioné contra mis labios fue a mis nueve años, luego de eso me miraste como si estuvieras decepcionado de mí, no podía creerlo, que un niño de mi misma edad me miraba como si le estuviera haciendo daño, y no di la cuenta que si lo hacía indirectamente con cada tormento que me daba.

Me di cuenta a los diez, dejé de fumar cuando me dedicaste esa misma expresión de decepción cuando te ofrecí un cigarrillo, tus regordetes labios se fruncieron, tus ojos se apagaron. Ahí, me di cuenta que podía extrañar como me mirabas, por eso deje de fumar, porque extrañaba cada mirada llena de amor cuando no tenía un cigarrillo en mis dedos.

Nunca entendí porque me mirabas con amor, ni yo podía mirarme tanto tiempo sin sentir repulsión, pero tu estabas feliz con cada media sonrisa que te soltaba, siempre eras feliz con tan poco, cuando me di cuenta que me amabas fue cuando te vi darle ese mismo cálido tacto a otras chicas, interesado en algo más, ahí me di cuenta que tu amor era absurdo, pero nunca dejaste de mirarme con amor.

Me amaste, y puedo decir que gracias a tu eterno amor me di cuenta de eso, que eras el mío también, una vez que pude sentir y comprender el amor que me habías dado, no pude evitar caer al lado tuyo.

Estoy soltando todo mí orgullo en esta carta, porque a ti te gusta mí letra robótica, porque te da gracia cada vez que escribo, porque siempre me haces escribir tu nombre con mí letra, pensaba que era estúpido, hasta que me di cuenta que siempre lograba encajar letras al merced de tu nombre, se veía tan bien y en poco tiempo me obsesioné con buscar la mejor forma de escribir tu nombre.

Te habías reído cuando te diste cuenta que las tres últimas hojas era tu nombre en mí cuaderno.

"Me gusta como escribes mí nombre, pero me encanta más cuando lo nombras en voz alta." Pip, te había dejado de llamar Pip cuando escuché esa frase, de tus labios salieron golpeando mí corazón.

Philip eres un marica asqueroso, pero yo lo soy más, porque me enamoré del único sorete que me amó y me demostró amor.

Y me sigues amando, porque nuestro amor es de esos para siempre.

Lo sé, porque estoy enculado.

Así que no me mires confundido con una sonrisa idiota, solo apúrate y pídeme casamiento, no me decepciones.

Solo apúrate y termina tus pecados.

Porque tu único pecado es amarme y el Anticristo, osea yo, te quiere como futuro rey.

Porque eres el único mortal que me hizo llorar cuando murió, porque me había olvidado que soy el futuro gobernante del inframundo y que era obvio que te iba tener en mí castillo como una puta.

Pero si eso te da consuelo para apurarte y que me pidas casamiento, pues si, Philip, lloré como un marica cuando moriste, hice tu funeral como la puta más lujosa y luego por medios de Kenny me había enterado que te vio en el infierno.

Me sentí el estúpido mas grande cuando fui a visitar tu tumba y Kenny iba a raspar su propia tumba.

Fue algo así.

"Ey Damien qué tal? Buena tumba que envidia."

"Gracias es lo que se merece... Realmente me siento vacío."

Dip with DipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora