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— ¡¿Qué tu que?! —Grito la pelirosa con puntas verdes acompañado de dos trenzas y al lado de aquella estaba la pelimorada quién solo miraba al pelinegro con ojos azules claros— Son pareja y no han hecho una cita ¿Cierto? —La pelirosa miro al pelinegro con ojos azules claros quien este solo asintió— Te ayudaremos.
— Ara, ara~ No sabía que Tomioka-San no sabía como realizar una cita. —Se burló la pelimorada— Como dijo Mitsuri, te ayudaremos pero en mi caso será con una condición.
— ¿Cuál? —Preguntó el pelinegro con ojos azules claros un poco molesto, pues había dejado lo más importante a última hora.
— Lo sabrás más adelante. —El pelinegro con ojos azules claros solo bufó ante aquella respuesta pero era ellas o nada.
— Bien ¿Cuándo tenías programada la cita? —Preguntó la pelirosa con una sonrisa.
— Para hoy en la noche. —Respondió el pelinegro con ojos azules claros, callando a las dos pilares que estaban al frente de él.
— ... Bien, tenemos poco tiempo. —Habló la pelirosa— ¡Debemos buscar el lugar primero!
— Un lugar calmado, esos lugares le gustan a Tanjiro, sin ninguna molestia por eso vivía en una montaña ya que allí era todo tranquilidad. —Respondió el pelinegro con ojos azules claros.
— ¿Un lugar tranquilo? —La pelirosa solo se limitó a pensar en los lugares más tranquilos que conocía— ¿Alguna idea, Shinobu-San?
— ¿Un poco más alejado de donde nos reunimos para esperar al patrón? —Respondió la pelimorada un poco dudosa.
— ¿En donde solo se escucha el sonido del mar? —La pelimorada asintió— ¡Seria un lugar muy hermoso! ¡¡Deberíamos llevar a Tomioka-San para que lo pueda ver!!
La pelimorada solo rio ante aquello, obligaron al de ojos azules claros a levantarse ya que este al parecer quería seguir sentado.
En el camino, la pelirosa le contaba el lugar al de ojos azules claros con los detalles más perfectos, como era, lo que tenía, de lo calmado y muchas cosas más.
— Ara, ara~ llegamos. —La pelirosa al escuchar a la pelimorada, tomó la mano al de ojos azules para mostrarle el bello lugar, después de todo para una pilar del amor, el amor no se le escapaba.
El pasto era todo verde y suave con flores a los alrededores, los árboles eran altos que producían pequeñas sombras a las personas, se escuchaban a los pájaros cantar y a la pequeña cascada chocando contra el río, se podía apreciar el cielo y en las noches era más preciosos.
¿era un bello lugar para una cita, cierto?
— ¿Y que opinas Tomioka-San? —Preguntó la pelirosa al de ojos azules claros pues le había mostrado una pequeña parte del lugar— Ahí mucho más por ver pero necesito tu opinión.
