Canción: Medicine - Dayglow
Oh, I don't know if I can take you seriously these days
⚡⚡⚡⚡
Matthew
Primera regla cuando comienzas las guardias: Nunca, pero nunca, JAMÁS en la vida se te ocurra decir en voz alta: "El turno ha estado tranquilo, eh" porque vas a terminar invocando al mismísimo infierno a la sala de emergencias. Ni siquiera debías pensarlo, así la sala de emergencias estuviera tranquila.
Hoy fue uno de esos días.
—¿Qué harás hoy? —preguntó Karen, sacándome de mis pensamientos.
—Tal vez salga con Ethan y Maddie. ¿Y tú? —respondí, mientras trataba de leer una historia clínica.
—Mmmm, me saludas a los pequeñajos.
—Claro. —murmuré, tratando de terminar el reporte.
—¿Cuándo fue la última vez que tuviste una cita, Matty? No sé, te notó algo tenso. —puse los ojos en blanco.
Hace meses, joder.
—No te voy a responder eso, Karen.
—Tengo conocidas que te puedo sugerir, eh. —rematando con un movimiento de sus cejas.
¿Entre esas conocidas se encuentra Clarisse Collins? Pero preferí responder con:
—¿Ahora trabajas como Tinder?
Soltó una sonora carcajada.
Karen estaba a punto de responder cuando un grito llamó nuestra atención.
—¡Un médico! ¡Urgente! ¡Mi hermano se muere! —gritaba con desespero un chico pelinegro, con ojos desorbitados en la puerta de emergencia. Sin dudarlo, me acerqué corriendo.
Junto a él estaba un niño, muy parecido a él, llorando a cantaros y... ¿una monja?
—¡Ya te lo dije, Luke, que tu hermano no se está muriendo! —respondió la monja.
—¿¡Cómo que no se está muriendo!? ¡MÍRELO! —volvió a gritar el chico, al parecer, Luke, señalando al pequeño.
—¡Me estoy muriendo, Luke, me muero! —decía entre llanto el niño. —¡Dile a papá y mamá que los amo mucho! ¡Y A DEREK QUE NI SE LE OCURRA ACERCARSE A MI XBOX! —esta última parte le había salido del corazón.
—Señor mío, dame fuerzas. —exclamó la monja, mientras miraba al cielo.
Oh, ok. Me aclaré la garganta para llamar su atención. Luke me miró con ojos desorbitados y me jaló del brazo para ponerme junto al niño.
—¡Ah, un doctor! ¡Mire a mi hermano, no deje que se muera, por favor!
—¡Que no se va a morir! —exclamó la monja.
—Buenos días, soy el Dr. O'Connor. —dije en el tono más calmado posible. —¿Me pueden decir el nombre del paciente y qué ocurrió, por favor?
El pequeñajo se absorbió la nariz. Estos dos me recordaban a alguien, pero no podía identificar a quién.
—Oliver Collins y se cayó de un árbol. —exclamó exasperado Luke. —Mi hermana trabaja aquí, Clarisse Collins.
Clarisse Collins. Por supuesto. Mismo color de cabello y mismos ojos marrones cafés que te miran como si quisieran que desaparecieras de la faz de la tierra.
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Let's Fall In Love For The Night
ChickLitClarisse Collins: Cinco años quemándome las pestañas por estudiar hasta altas horas de la madrugada sobre enfermedades, maneras de prevenirlas e incluso curarlas. Pero...tantos libros sobre medicina y ninguno trataba lo que yo consideraba una de las...