Rompimiento (Tajhit)

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El celular de Mangel sonó y se apresuró a contestar, sobre todo al ver que era llamada de Adam

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El celular de Mangel sonó y se apresuró a contestar, sobre todo al ver que era llamada de Adam.

- ¿Qué pasa?-

- Raúl está herido, el caníbal lo atacó-

El doctor Rogel sintió de golpe como se afectaba su homeostasis, al percibir como su entorno se descompensaba descendiendo a un nivel critico su temperatura, y su espina dorsal transportaba señales eléctricas que recorrían sus músculos. ¿Había escuchado bien? Su actividad cerebral hiso explosión, conectando en cuestión de microsegundos todos los posibles escenarios futuros para Lolo si aquello llegaba a oídos de Luzuriaga, debía actuar rápidamente y con cautela.

- ¡Por ningún motivo hables con nadie antes de que yo llegue!-

No se refería a esa cautela precisamente, pues no estaba dentro de su estricta conducta el proceder de manera irracional, pero al abrir la boca sus impulsos primitivos de defensa explayaron sus cuerdas bucales a un tono mayor. Su receptor se sobresaltó, pues no esperaba su respuesta casi agresiva, pero sin duda, de primera persona le llamaría a Rogel, pues siendo su jefe y amigo, confiaba en su madurez en la toma de decisiones rápidas, aunque su exasperación no mostraba esa cualidad de momento, quizá era comprensible pues la persona herida era su pareja, aunque no sintió que su frase tuviera algo que ver con el bienestar del afectado.

- ¡Comunícame con Raúl!-

De nuevo su tono alto dominando sus acciones, no sabía porque tenía la necesidad de expresarse de aquella manera y notó como su pulso estaba gravemente afectado pues no solo estaba con palpitaciones excesivas si no que sus manos no eran capaces de sostener el teléfono celular estable, tenía miedo. Sin perder más tiempo agarró su bata blanca y sus credenciales, en lo que le comunicaban al trigueño sentía que transcurría una eternidad y ya quería estar allá.

Adam le dio el teléfono a Raúl y este chillo en la línea buscando consuelo.

- Mangel-

- ¡No se te ocurra llamar a Luzuriaga ni a los guardias!-

- ¡¿Quée?!-

Adam arqueó las cejas sorprendido por el gritó de Álvarez, mientras cargaba temeroso el cuerpo del caníbal para introducirlo en el habitad.

EL CANÍBAL (MANGELITO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora