Capítulo 3

19 4 0
                                    

Esperé y esperé el impacto del auto. Pero nunca llegó. Abrí mis ojos y todo pasó en cámara lenta, ví el auto aún más cerca, está vez no iba a cerrar los ojos. Luego sentí cómo una mano se enroscaba en mi muñeca y tiraba de mí, alejándome de la calle, alejándome del auto que pasó a gran velocidad junto a mi, casi pude sentir cómo mi brazo rosaba el vehículo.

Aún estaba en estado de shock, no podía ver ni sentir nada más qué no fuese el auto viniendo hacía mí

-Sia.

Escuché qué me llamaban a lo lejos, pero no reaccionaba.

Poco a poco comencé a sentir nuevamente las gotas de lluvia caer sobre mi cuerpo, empecé a notar la ropa mojada pegada a mi piel, podía escuchar como Karen me llamaba desesperadamente, y reaccioné.

-¿Qu-qué pasó? -dije asustada notando un poco de alivio en el rostro de mi amiga al ver que había reaccionado.

-Cuando ví el auto me quedé pasmada por unos segundos y luego crucé la calle lo más rápido qué pude. Pensé qué habías cruzado conmigo, pero te quedaste allí quieta, me asuste mucho -dijo un poco agitada, algunos mechones de su cabello mojado se pegaron a su rostro, podía notar el miedo que aún emanaban sus ojos-: Iba a correr hacia ti, pero sabía que no iba a llegar, te juro qué pensé lo peor, ya podía ver tu cuerpo en el suelo y culpándome a mi por no haberme dado cuenta que no corrías conmigo, o por no haberte podido salvar del auto a tiempo.-sollozó. En ese momento supe qué estaba llorando, sus lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia y por eso no me había fijado. Me acerqué y la abracé.

-Tranquila, ya todo pasó. Gracias por salvarme -traté de consolarla.

Karen se separó un poco de mi y me miró.

-Yo no te salvé, Sia. No iba a llegar a tiempo, estaba muy lejos de ti. De la nada salió ese chico -señaló a alguien detrás de mi-: Él te salvó, por poco el auto choca con ambos.

Miré hacia atrás. Sentado en la acera estaba un chico, no podía ver su rostro porque tenía la cabeza gacha. La lluvia había mojado su cabello negro haciendo qué se viera un poco largo, pegado a su cuerpo tenía unos jeans negros y una camisa gris que estaban empapados.

Me acerqué a él.

-Gracias por salvarme -le dije.
El chico alzó la vista, sus ojos eran de un color azul hermoso, tenía una piel blanca, sus labios eran rosados. Había que admitirlo, era atractivo. El chico se levantó, no era mucho más alto que yo.

-De nada, la próxima mira por donde vas -me aconsejó.

Miré a Karen, ella también estaba mirando al chico.

-Sí, tienes razón -sonreí amablemente - Gracias de nuevo.  Nos tenemos que ir -dije mientras me alejaba de él.

-Yo las acompaño.-dijo mientras caminaba y se colocaba junto a nosotras. Karen y yo cruzamos una mirada.

-No es necesario.-le dijimos mi amiga y yo al unísono dedicándole una sonrisa incomoda. Pero no respondió, sólo siguió caminando junto a nosotras sin decir nada. Karen y yo nos miramos y seguimos nuestro camino.

La lluvia no cesaba, el silencio qué nos envolvía era un poco tenso. Así que decidí preguntar algo.

-¿Vives por aquí cerca? -le pregunté al chico.

-No. -respondió secamente.

-¿Y qué hacías allí entonces?.-le preguntó está vez Karen.

-Solo pasaba por ahí.

-¿Cómo te llamas? -decidí preguntarle para tratar de entablar una conversación.

-Joe.-dijo secamente.

DER STIFTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora