Capítulo 3

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Ventus había aceptado la disculpa de Vanitas, ahora solo quedaba hablar con la verdad.
Necesitaban un lugar tranquilo, razón por la que él rubio se encontraba afuera de la casa de Vanitas.

Aeris estaba en la florería y Sora en una cita con Riku, dándoles la oportunidad perfecta para tener privacidad.

Cuando Ventus tocó no pasó mucho tiempo en que Vanitas le recibiera y le indicara que podía entrar.
Era un tanto extraño verse en esas circunstancias después de lo sucedido. No se dirigieron más que un simple hola y ambos subieron a la recamara del mayor.

Ventus se sentó en el borde de la cama y  Vanitas en una silla frente a él.

El omega no sabía para donde mirar, no dejaba de jugar con sus dedos de forma nerviosa hasta que el azabache rompió el silencio.

—Lo siento

Ventus alzó la vista topándose con los ámbar brillantes de Vanitas, en verdad se veía arrepentido.

—Si… ehh, gracias por el regalo

Vanitas únicamente asintió, los dos estaban igual de nerviosos, no tenían ni idea de cómo tocar el tema por el que estaban ahí.
Los segundos pasaban de forma terriblemente lenta con ambos viéndose y volviendo a desviar sus miradas en un juego estúpidamente absurdo para el alfa quien decidió ir al grano.

—Qué quieres hacer con… bueno ya sabes

Con esa pregunta el rubio parpadeo varias veces ¡¿Vanitas estaba considerando tenerlo?!

—Yo hmm no sé… a veces cuando toco mi vientre siento emoción, pero después miedo por lo que podría pasar...— sé sincero bajando la mirada

Vanitas buscó algo que decir pero no se le ocurría nada, bajó la vista al vientre de su pareja quien noto esto y volvió a hablar.

—¿Q-quieres tocarlo? No es como si tuviera el vientre grande, p-pero definitivamente ahí está...— murmuró, se notaba un rubor en sus mejillas

Vanitas sintió algo dentro de él enternecerse y lentamente extendió su mano hacia el abdomen de Ventus, centímetros antes de tocarlo se detuvo y volvió a bajar su mano, ese gesto desánimo al omega, quien pensaba que si Vanitas lo sentía tal vez sentiría la misma emoción que él.

—Deberíamos ir a qué te revise un doctor o algo así, tal vez así sepas que quieres hacer— dijo y se levantó dirigiéndose a la puerta

Ventus lo frenó tomándolo de la mano, acto por el cual Vanitas se giró a verlo.

—¿Tu que quieres hacer Vani?

—Creo que ya sabes la respuesta— fueron sus únicas palabras

Vanitas no quería un compromiso de esa magnitud en esos momentos, la sola idea no le parecía ni amena ni aceptable, era como un mal chiste. Tenía a su omega embarazado frente a él y eso lo aterraba ¿Que se supone que debería hacer?

Ventus lo siguió hacia su auto donde se acomodó el cinturón e instintivamente como se había vuelto costumbre esos últimos días acomodo sus manos sobre su vientre.

Vanitas se estaciono en una clínica, quería saber la opinión de un doctor. Así tal vez tendría más claro que hacer, si Ventus decidía tenerlo él tendría que quedarse, no se imaginaba el irse y dejarlo así, pensarlo lo afectaba más de lo que hubiera creído, también quería saber si Ventus estaría bien con un embarazo, eran demasiadas dudas para las cuales no estaba preparado emocionalmente.

El abandonar su sueño por un embarazo le parecía la cosa más nefasta sobre el planeta y ahora él estaba en ese papel. Si fuera por él no tendría al cachorro, pero necesitaba saber que Ventus estaba seguro de su decisión, no quería influir en él en algo tan importante como eso.

Aún más dulce •°VanVen°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora